Autor de correspondencia. Correo electrónico:lorena.contreras@udp.cl
La presente investigación tiene por objetivo determinar las características y problemáticas que se presentan en el funcionamiento familiar de 389 niños, niñas y adolescentes víctimas de graves vulneraciones de derechos en Chile, mediante la aplicación de la Escala deEvaluación Familiar de Carolina del Norte (NCFAS-G). Sus resultados identifican problemáticas centrales en esta muestra, tales como una moderada vulnerabilidad socioeconómica, dificultades en las interacciones entre sus miembros y con su entorno (familia, vecindario), así como debilitamiento de las competencias parentales.Se concluye que las variables de dinámica relacional de la familia y la pareja, los vínculos afectivos, la parentalidad y la autonomía familiar requieren ser abordadas mediante una intervención integral, sistémica, coordinada y oportuna.
The present research aims to determine the characteristics and problems that occur in the family functioning of 389 children and adolescents victims of serious violations of rights in Chile, through the implementation of the North Carolina Family Assessment Scale (NCFAS-G). The results identify central problems in this sample, such as a moderate socio-economic vulnerability, difficulties in the interactions between their members and their environment (family, neighbourhood), as well as weakening of parental competences. The conclusion is that the variables of relational dynamics of the family and the couple, affective bonds, parenthood and family autonomy need to be addressed through an integral, systemic, coordinated and timely intervention.
La vulneración de derechos hacia niños/as y adolescentes constituye un grave problema a escala mundial dada su elevada prevalencia, así como a los serios daños a corto y largo plazo que genera en el desarrollo infantil, consecuencias que pueden ser devastadoras. Así, cifras aportadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia – Unicef (
Sobre el particular, hoy en día existe un consenso bastante generalizado respecto a la importancia de trabajar no solo con niños y niñas, sino también con las familias en situaciones de vulneración de derechos de sus hijos (
Autores como
La relación establecida entre los niños, niñas y adolescentes y sus familias no puede ser comprendida al margen de su contexto, es decir del “entorno físico, social y cultural que influye y contiene (enmarca) a las personas que están en una relación” (
Este enfoque permite disponer de un marco comprehensivo, desde el cual se integran diversas variables que contribuyen a explicar el vínculo y las relaciones familiares y su efecto sobre el desarrollo infanto-juvenil, entendiéndolos como fenómenos situados contextualmente en sistemas que se acoplan. Así, la capacidad de la familia para funcionar eficazmente como marco de desarrollo humano para niños, niñas y jóvenes, depende de la relación que se establezca entre esta y los sucesivos niveles ecológicos que la contienen. La perspectiva ecológica ha sido aplicada por
En los distintos niveles ecológicos pueden existir factores de riesgo para el ejercicio de la parentalidad, es decir, condiciones biológicas, psicológicas o sociales que incrementan la probabilidad de aparición de un problema determinado (
Promoviendo el establecimiento de vinculaciones bientratantes en los diferentes niveles ecológicos en los cuales se desarrollan los niños/as y adolescentes y sus familias, es posible aspirar a la restitución de derechos vulnerados, no solo en ellos, sino también en sus figuras vinculares.
En este marco, el Programa de Familia de la Fundación San Carlos de Maipo, destinado a fortalecer la intervención familiar con niños y niñas vulnerados en sus derechos, impulsó el “Estudio, evaluación y sistematización de los proyectos de intervención focalizados en familias con niños, niñas y jóvenes vulnerados en sus derechos”, patrocinado por el Servicio Nacional de Menores y ejecutado por la Universidad Diego Portales, a partir del cual se estructura el presente artículo.
Esta investigación tiene por objetivo determinar las características y problemáticas que se presentan en el funcionamiento familiar de niños, niñas y adolescentes en situación de graves vulneraciones de derechos, con el fin de generar recomendaciones que permitan guiar la intervención familiar, en pos de la restitución de sus derechos.
Situando el foco en la relación del niño, niña y adolescente y su familia, se consideró como parte del universo a todo/a niño/a y adolescente vulnerado/a en sus derechos, atendido por algún organismo de la red SENAME (Servicio Nacional de Menores) al momento del estudio, en alguna de las siguientes modalidades de atención:Programas Especializados (explotación sexual comercial infantil, situación de calle y programas integrales especializados), Programas de Protección Especializada en Maltrato y Abuso Sexual, Centros Residenciales de Protección y Programas de Familias de Acogida.A febrero de 2013, el marco muestral a nivel nacional estaba compuesto por 484 centros, los cuales ofertaban un total de 24 935 plazas de atención.
El sistema de muestreo incorporó diferentes etapas. Como primera fase, se seleccionaron las regiones de las cuales se obtuvo la muestra, utilizando para ello el criterio de mayor concentración de plazas. En cada una de las regiones elegidas,se seleccionaron las capitales regionales y sus conurbaciones donde se concentra la oferta programática. De este modo, la selección de núcleos urbanos fue la siguiente: Provincia de Santiago (Región Metropolitana); Valparaíso-Viña del Mar (V Región); Talca (VII Región) y Concepción-Hualpén (VIII Región).
En la segunda fase, se seleccionaron de modo aleatorio aquellos programas de las líneas programáticas y núcleos urbanos considerados en la muestra. Finalmente, de los centros elegidos se seleccionaron al azar a los sujetos integrantes de la muestra y sus respectivas familias.Dado que el objetivo de este estudio es indagar en la relación de los niños, niñas y adolescentes con sus familias, se utilizó como criterio de inclusión que estos mantuvieran contacto con su familia de origen. En la
Dada la necesidad de resguardar la integridad y el bienestar de los sujetos que forman parte de la muestra, se tomó la decisión de obtener la información del niño/a o adolescente y su familia, a través de una fuente secundaria, en esta oportunidad el equipo a cargo de la intervención en cada caso.
Se seleccionó como instrumento la Escala deEvaluación Familiar de Carolina del Norte (NCFAS-G), la cual permite que los profesionales a cargo del caso puedan evaluar el funcionamiento familiar en los sujetosvulnerados en sus derechos. Este cuenta con evidencias de confiabilidad y validez en Chile (
Para que los/las profesionales de los equipos interventores pudieran utilizar apropiadamente el instrumento anteriormente señalado, recibieron una capacitación deocho horas por parte de entrenadores certificados, asignándose además un profesional que acompañó en terreno la completación de los instrumentos. Ello permitió resolver las dudas existentes y aunar criterios de puntuación, disminuyendo de este modo la varianza propia de la variable evaluador.
Una vez obtenidos los resultados de la aplicación de este instrumento, se efectuó un análisis estadístico de tipo descriptivo, dando cuenta de las medidas de tendencia central y dispersión. Junto con esto, se llevaron a cabo análisis inferenciales de tipo correlacional.
A continuación, se procede a dar cuenta de los principales resultados del funcionamiento familiar de los niños/as y adolescentes gravemente vulnerados en sus derechos, que integran la muestra. Con fines explicativos, estos resultados han sido organizados de acuerdo a las dimensiones que intervienen en el funcionamiento familiar.
Un 20.8 % de las familias muestra indicadores de alto riesgo en su Entorno, destacando problemas de seguridad en el barrio o vecindario. Un 16.9 % evidencia significativas dificultades de Autonomía,destacando problemas en los ingresos familiares. Un 15.7 % presenta importantes dificultades en el uso de sus redes sociales formales e informales, siendo la conexión con el vecindario y la comunidad el aspecto más deteriorado. En resumen, entre 1 y 2 de cada 10 familias atendidas en la red podrían clasificarse en "alto riesgo socioeconómico", ubicándose la mayoría de los casos en un riesgo social leve.
Al analizar el contexto social según la línea de intervención, se configura un escenario de complejidad incremental, en que las familias evaluadas en la línea de Familias de Acogida presentan los mejores indicadores, con baja proporción de problemáticas de alta complejidad, seguido de los Programas de Reparación en Maltrato; en el otro extremo, se ubican los Programas Especializados y las Residencias.
Para analizar con mayor detalle las diferencias de perfiles socioeconómicos de las familias según línea programática, se presenta una tabla únicamente con los promedios obtenidos en cada variable evaluada (
En relación
con la Autonomía de la familia (
Respecto
a la conexión de la familia con las redes formales e informales, la
En contraste
con la menor presencia de factores de riesgo observada en el entorno social, económico
y comunitario de las familias atendidas, se observa una proporción mucho mayor de
problemáticas de alta complejidad en la dinámica relacional de la familia en general.
Así, la siguiente
No obstante, es llamativa la alta proporción de casos evaluados con baja complejidad. La línea Familias de Acogida presenta los mejores indicadores, con baja proporción de situaciones de alto riesgo (menos del 10 % para todas las dimensiones), seguido en forma más distanciada por los Programas de Reparación en Maltrato (cercanos al 25 %, salvo salud familiar); en el otro extremo, se ubican los Programas Especializados y Residencias de protección (cercanos al 45 %, salvo salud familiar)
La profundización de estos hallazgos según línea programática se detalla a continuación. Como puede observarse en la
En el caso de las Residencias y de los Programas Especializados surgió también como una importante debilidad la "supervisión del niño/a", y la "entrega de oportunidades de desarrollo y crecimiento". Ambas se asociaron significativamente con otras numerosas variables específicas
Por último, es importante señalar que en las cuatro líneas programáticas se evaluó como nivel adecuado o fortaleza el ámbito de un uso de drogas o alcohol que interfiera con la parentalidad, aspecto que resulta muy marcado en el caso de Familias de Acogida.
En el área
de las Interacciones Familiares, la
En el dominio de Seguridad Familiar (
En el caso de negligencia, se observa una media idéntica para los Programas Especializados y las Residencias (-1.16). Ni en Familias de Acogida ni en los Programas de Reparación en Maltrato esta parece ser una temática particularmente relevante, con promedios cercanos al nivel considerado adecuado. Si bien no destaca con el promedio más débil de la dimensión, esta variable es una de la que muestra el mayor número de correlaciones moderado-altas con otras variables de la escala
En la dimensión
Salud Familiar (
Se evaluó el Bienestar del Niño/a, que considera indicadores de comportamiento, desempeño escolar y relación con otros (hermanos, pares y cuidadores).En términos generales, el 22.6 % de los casos evaluados se ubicó en zona de "alto riesgo" (-2 y -3), con un promedio de -0.55 (
El análisis de promedios por línea programática mostró que el programa con un mayor deterioro en el bienestar de los niños/as y adolescentes se observó en los Programas Especializados y las Residencias, siendo el mejor el de Familias de Acogida (
Se evaluó
la concentración o acumulación de factores de riesgo severos (-3) en las familias
evaluadas por línea programática, encontrándose una diferencia estadísticamente
significativa
Se observó un promedio de 3.82 (
Casi la mitad de las Familias de Acogida muestra fortalezas en su entorno, y más de un tercio muestra fortalezas en su dinámica familiar, con dos de cada cinco niños evaluados positivamente en su bienestar. Prácticamente, un tercio de las familias atendidas en Programas de Reparación en Maltrato se ubican en el rango de fortaleza en todas las dimensiones evaluadas. Esto disminuye notoriamente en los programas especializados y en las Residencias. Si bien se identifican una a dos de cada diez familias con indicadores positivos, casi no se encuentranfortalezas en las interacciones familiares, competencias parentales y bienestar del niño/a. Las mayores fortalezas en Programas Especializados se ubican en el entorno (una de cada cuatro) y en la salud familiar (una de cada cinco). En el caso de las Residencias, las mayores fortalezas están en la autonomía (una de cada cinco) y en la salud familiar (una de cada tres).
Este estudio ha permitido determinar las características centrales del funcionamiento familiar de niños, niñas y adolescentes en situación de graves vulneraciones de derechos y sus principales problemáticas. Entre ellas, se identifica una moderada vulnerabilidad socioeconómica, elevada presencia de dificultades en las interacciones entre sus miembros y con su entorno (familia, vecindario), así como un marcado debilitamiento de las competencias parentales.
El análisis de las evaluaciones realizadas con la escala NCFAS-G, mostró que, en términos generales, el contexto social de las familias atendidas en la red SENAME se caracteriza por problemas leve-moderados en la seguridad del vecindario y la relación entre vecinos. Aunque no se observa un perfil general de extrema pobreza, sí se identifica una vulnerabilidad económica y laboral en los adultos responsables, lo que se asocia a problemas de vivienda y entornos poco estimulantes del desarrollo y aprendizaje de niños/as y adolescentes. Además, se identificó una relativa precariedad en las relaciones sociales con familiares y amigos, lo que redunda en menos recursos de apoyo social disponible, replicando hallazgos de otros investigadores en muestras similares (
En cuanto a la dinámica relacional en la familia, destacó la presencia de importantes conflictos entre las figuras parentales en la dinámica cotidiana del hogar, en coherencia con la literatura (
Las figuras parentales se caracterizan por una baja escolaridad y algunos problemas de salud mental, aunque mucho menos por abuso de drogas y alcohol. Las competencias parentales están debilitadas en los tres pilares principales evaluados por la escala y destacados por Barudy y Dantagnan (
Finalmente, el bienestar del niño/a se observa amenazado principalmente por problemáticas en el desempeño escolar, el comportamiento del niño/a y su relación con la figura parental. Asimismo, se observan indicadores leves de deterioro en la salud mental de los/as niños/as. En una importante proporción de los casos el daño evaluado en la dinámica familiar no se condice con los indicadores de daño en el niño/a, lo que podría dar cuenta de que el deterioro en el funcionamiento familiar en muchas situaciones no ha impactado, aun, en forma determinante el desarrollo infanto-juvenil, dando espacio para el trabajo de prevención secundaria.
Cabe señalar que todas estas variables mostraron una graduación de complejidad similar según línea programática, con los indicadores de mayor deterioro en los Programas Especializados y las Residencias, seguidos por los Programas de Reparación en Maltrato y, finalmente, los programas de Familias de Acogida. En este sentido, las familias de acogida muestran, en prácticamente todas las dimensiones, condiciones apropiadas para el desarrollo infantil; familias de acogida que, en la muestra estudiada, están constituidas fundamentalmente por familias extensas que están cumpliendo un rol de acogida. Este resultado constituye un argumento relevante a favor de la apuesta por avanzar decididamente hacia la desinternación de niños y niñas y la transformación del sistema de protección desde grandes instituciones a sistemas de cuidado alternativo de base familiar (
Es importante destacar que el análisis de factores de riesgo grave mostró que la mayor parte de las familias atendidas en la red SENAME se ubican en la zona de
El presente estudiopermitió identificar una serie de temáticas postergadas, pero prioritarias,porconsiderar en el diseño de los planes de trabajo y los modelos de intervención. Así, son escasas las experiencias documentadas que intervienen con todo el sistema familiar, ya sea mediante consejerías parentales, consejerías familiares, visitas domiciliarias familiares o terapia familiar o vincular (
La evaluación identifica temas centrales que ya son visibilizados en el discurso actual respecto a competencias parentales, pero sin una metodología claramente estructurada y basada en evidencia: disciplina, supervisión y promoción del desarrollo infanto-juvenil. La investigación de las últimas décadas, por ejemplo, habla del valor de apoyar el desarrollo de una disciplina positiva en las familias (
La evaluación con la escala NCFAS-G identifica un foco especial en la supervisión del niño, la que mostró una correlación significativa con la negligencia parental, entre otras variables. Mejorando esta competencia, se deberíaincrementar la restitución de derechos en torno a las vulneraciones asociadas.
La tercera área de intervención prioritaria es la entrega de oportunidades de crecimiento y desarrollo del niño/a o adolescente. En línea con otras publicaciones, esta evaluación aporta argumentos a favor de la propuesta de instalar como un foco prioritario de las intervenciones metodologías que ayuden a las familias a "aprender a jugar", a disfrutar la interacción, en oposición a prácticas que solo enfatizan conceptos como la "responsabilidad", el "deber" o las exigencias. Existe evidencia, desde hace más de 30 años, que el mejor camino para abordar el progreso en la disciplina parental comienza por mejorar la calidad de las interacciones, principalmente introduciendo elementos lúdicos y de disfrute mutuo en la misma (
La profundización en el vínculo familiar mostró la importancia de considerar como foco técnico de la intervención el fortalecimiento de los buenos tratos, la afectividad y la expresión positiva de emociones en la familia (
Asimismo, el estudio identificó como foco relevante de las metodologías de intervención los patrones de comunicación verbal y no verbal entre los miembros de la familia, particularmente en los Programas Especializados y las Residencias de protección.
Finalmente, la evaluación realizada pone de manifiesto que estos núcleosde intervención no deben abordarse sin tomar en cuenta el contexto ecológico en que se despliegan: tan importante como la dinámica relacional al interior de la familia es considerar la autonomía familiar, especialmente en cuanto al empleo estable, y las capacidades laborales y de formación de las figuras parentales (
En definitiva, este estudio confirma la relevancia de avanzar hacia un modelo ecológico en la intervención realizada en los programas de la red SENAME: aunque el bienestar del niño/a es prioritario, no es el ámbito más deteriorado. Son las variables de la dinámica relacional en la familia y de pareja, los vínculos afectivos, la parentalidad y la autonomía familiar las que requieren ser transformadas mediante una intervención integral, sistémica, coordinada y oportuna, para garantizar una red protectora de acompañamiento al desarrollo positivo del niño/a, una “comunidad sensible” con sus integrantes. Los esfuerzos de diseño de metodologías de intervención y los recursos destinados a la capacitación y supervisión técnica de los equipos deberían estar centrados en estos ámbitos en los próximos años, especialmente en los Programas Especializados y las Residencias, donde estos temas resultan más críticos de intervenir.
El estudio que da origen a este artículo fue financiado por la Fundación San Carlos de Maipo y patrocinado por el Servicio Nacional de Menores.
Artículo de investigación.
Estas diferencias fueron estadísticamente significativas en Competencias Parentales, con χ2(6) = 55,073; p = 0; en Interacciones Familiares, con χ2(6) = 44,865;
El ejercicio de la disciplina parental se asoció significativamente a la presencia de maltrato físico (
La literacidad se asoció significativamente con la estimulación parental de la educación del niño (
Por la extensión se omitirán los estadísticos, que en todos los casos superan un
Lo cual se asocia significativamente con la presencia de violencia doméstica entre ellos (
Esta variable mostró una correlación importante con la organización de un entorno de aprendizaje en el hogar (
Coherentemente, se observó una asociación significativa de estos conflictos con la variable relaciones sociales (
Entre estas destaca: abuso emocional (
Esta variable muestra las asociaciones más altas con el bienestar general del niño (
Con χ2(12) = 45.549;