La teología restrictiva y el lenguaje excluyente utilizados en la declaración Dominus Iesus, nos conduce a un detenido examen sobre el sentido que la Iglesia le ha dado al delicado tema de la universalidad de la salvación. Éste nos lleva a la búsqueda de una teología dinámica y contextual que desde el diálogo y la apertura construya no sólo un nuevo lenguaje que responda a la problemática del hecho religioso mundial, sino unos contenidos doctrinales adaptados a los nuevos areópagos de nuestro tiempo. Procurar elaborar una teología incluyente que haga de la Iglesia una verdadera comunidad de bautizados y no una institución jerarquizada, es un desafío al cual la ciencia teológica debe responder desde la perspectiva del pluralismo religioso en el contexto real del hombre contemporáneo. Urge pensar una teología de la inclusión que acoja, respete y valore la expresión religiosa de quienes creen distinto a nosotros.