Práctica de inyecciones seguras por parte del personal de la salud: revisión integrativa*

Safe injection practice by health personnel: an integrative review

Prática de injeções seguras por parte do pessoal da saúde: revisão integrativa

Investigación en Enfermería: Imagen y Desarrollo, vol. 22, 2020

Pontificia Universidad Javeriana

Olga Lucía Gaitán-Gómez a

Universidad Simón Bolívar, Colombia


Patricia Aristizábal

Universidad Nacional Autónoma de México, México


Luz Stella Bueno Robles

Universidad Nacional de Colombia, Colombia


Recibido: 27 Febrero 2019

Aceptado: 12 Diciembre 2019

Publicado: 22 Julio 2020

Resumen: Introducción: Las prácticas de inyecciones seguras han recobrado importancia en las últimas dos décadas, como consecuencia de las infecciones asociadas con su aplicación incorrecta. Objetivo: Analizar la evidencia disponible sobre las prácticas de inyecciones seguras ejecutadas por el personal de la salud en su práctica clínica. Método: Revisión integrativa de la literatura, realizada en 12 bases de datos entre 1999 y 2018. Resultados: Se seleccionaron 29 artículos y se identificaron prácticas riesgosas como el reúso de los dispositivos de inyección en el mismo paciente o en otros, fallas en la técnica aséptica, ausencia o no seguimiento del protocolo posexposición, reencapuchado de la aguja y ausencia de inmunización contra el virus de hepatitis B. Conclusiones: Los esfuerzos orientados a la seguridad del paciente deben enfocarse también en acciones concretas dirigidas a la administración de los medicamentos.

Palabras clave:inyecciones, personal de salud, prestación de atención de salud, salud, revisión.

Abstract: Introduction: Safe injection practices have gained importance in the last two decades as a consequence of infections associated with their incorrect application. Objective: To analyze the available evidence on safe injection practices carried out by health personnel in their clinical practice. Method: Integrative review of the literature available in 12 databases for the period between 1999 and 2018. Results: Unsafe practices were identified across a selection of 29 articles, including such as reuse of injection devices in the same patient or in others, failures in the aseptic technique, absence of or failure to follow the post-exposure protocol, recapping needles, and a lack of immunization against the hepatitis B virus. Conclusions: Efforts aimed at ensuring patient safety should also focus on concrete actions for better medication administration.

Keywords: injections, health personnel, provision of healthcare, health, review.

Resumo: Introdução: As práticas de injeções seguras se tornaram importantes nas últimas duas décadas, como consequência das infeções associadas à aplicação errada. Objetivo: Analisar as evidências disponíveis sobre as práticas de injeções seguras executadas pelo pessoal da saúde na prática clínica. Método: Revisão integrativa da literatura realizada em doze bancos de dados entre 1999 e 2018. Resultados: Foram selecionados 29 artigos e identificadas práticas de risco como reutilização dos dispositivos de injeção no mesmo paciente ou em outros, falhas na técnica asséptica, ausência ou não seguimento do protocolo pós-exposição, recapsulamento da agulha e ausência de imunização contra o vírus de hepatite B. Conclusões: Os esforços voltados à segurança do paciente devem se focar também em ações concretas voltadas à administração dos medicamentos.

Palavras-chave: injeções, profissionais da saúde, prestação de atenção em saúde, saúde, revisão.

Introducción

Cada año se administran 16.000 millones de inyecciones, de las cuales entre el 40 y el 70 % se aplican con jeringas y agujas reutilizadas no estériles, en especial en países en vías de desarrollo, con lo cual se expone a los pacientes a adquirir patógenos sanguíneos (1). Las inyecciones administradas bajo protocolos de seguridad evitan 1,3 millones de defunciones, previenen la pérdida de 26 millones de años de vida útil y le ahorran al sistema de salud entre 6000 y 29.000 millones de dólares (1-4). Por otro lado, las prácticas de inyecciones seguras (PIS) previenen la aparición de 9.260.000 nuevos casos de hepatitis B, C y VIH al año (5-8).

Se han identificado varios tipos de procedimientos bajo la denominación de prácticas de inyecciones no seguras (PInS), que pueden poner en riesgo a los pacientes, entre ellas la reutilización de jeringas con cambio de aguja, el hecho de compartir la jeringa de preparación de mezclas endovenosas entre pacientes, la utilización de una bolsa de líquidos para diluir varios medicamentos y la omisión en el cambio del dispositivo estéril (aguja o jeringa) por uno nuevo cada vez que se va a acceder a una línea endovenosa o la piel del paciente.

Las PIS han recobrado importancia en las últimas dos décadas como consecuencia de los brotes de hepatitis B (9-12), C (13,14), VIH (15) y otras infecciones bacterianas (16,17), que infectaron a más de 300 personas en países como Estados Unidos (18,19), Irlanda (20), Francia (21), China (22), Tanzania (17) y Corea del Sur (23). Ello ha dejado ver que no es un problema exclusivo de los sistemas de salud de países de ingresos bajos, sino que involucra también a países con ingresos altos y servicios farmacéuticos tecnificados.

Las consecuencias de las PInS son consideradas eventos adversos reales a gran escala (24-29), problemática resaltada por la Organización Mundial de la Salud como una prioridad de investigación (4). El objetivo de la revisión fue analizar la evidencia disponible sobre las PIS ejecutadas por el personal de la salud en su práctica clínica.

Método

Se realizó una revisión integradora de la literatura de acuerdo con las directrices del Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyse (PRISMA) Checklists (30). La pregunta orientadora se elaboró a partir de la estrategia PICO (31): la P como el personal de la salud, la I como las PIS, la C como las PInS y la O como los desenlaces positivos o negativos del concepto. La pregunta: ¿cuáles son las evidencias disponibles en la literatura sobre las PIS y las PInS ejecutadas por el personal de la salud en su práctica clínica?

La revisión se realizó entre junio y agosto del 2018. Se utilizaron las bases de datos PubMed, Ovid, Science Direct, Embase, Scopus, SciELO, Redalyc, Ebsco, Springer, Wiley Online, Web of Science y Google Scholar. Por último, se llevó a cabo una revisión manual para identificar referencias que pudieron haber escapado a la búsqueda electrónica. Se usaron combinaciones de los términos controlados MeSH y DeCS (tabla 1).

Tabla 1
Sintaxis de palabras clave usadas en las bases de datos
Sintaxis de palabras clave usadas en las bases de datos


elaboración propia

Como criterios de inclusión se eligieron estudios cuyo objetivo era indagar en el desempeño de las PIS por parte del personal de la salud. Se tomaron en cuenta estudios publicados en español, inglés y portugués de los últimos veinte años. Se excluyeron editoriales, conferencias, capítulos de libros, revisiones y artículos duplicados. La búsqueda se llevó a cabo en tres fases detalladas en la figura 1.

Diagrama de flujo del proceso de búsqueda en la literatura y proceso de selección de los estudios
Figura 1.
Diagrama de flujo del proceso de búsqueda en la literatura y proceso de selección de los estudios


elaboración propia

La información se analizó manualmente llevando a cabo una síntesis descriptiva de los resultados en función de la pregunta orientadora, la estrategia PICO y las fases mencionadas. La participación de tres investigadores, la ausencia de una hipótesis previa y la auditabilidad de los resultados entre los investigadores ayudó a disminuir sesgos.

Resultados

Se identificaron 136 referencias, 29 incluidas en este análisis. Estos artículos fueron liderados por autores de múltiples disciplinas (salud pública: 51,6 %; epidemiología: 24,1 %, y enfermería: 3,4 %). Se incluyeron 518 instituciones y más de 7743 trabajadores de la salud. El 61,6 % se llevó a cabo en países de ingresos bajos como India, Nigeria y Tanzania. El 34,4 % se realizó en centros de atención primaria (34,4 %), seguidos de instituciones de atención especializada (13,7 %).

El 100 % de la población correspondió a trabajadores del área de la salud que proveen la inyección al paciente; mientras que solo dos estudios incluyeron al personal administrativo, al paciente y al personal de servicios generales. La tendencia de publicación en la temática es de dos artículos por año con tres picos en el 2004, el 2013 y el 2014 (4, 5 y 3, respectivamente). El 89,6 % correspondió a estudios descriptivos observacionales; el 6,8 %, a mixtos, y el 3,4 %, a cualitativos. Finalmente, se identificó que ninguno poseía un abordaje desde teorías disciplinares.

En la tabla 2 se organizaron los hallazgos teniendo en cuenta en las columnas al actor más afectado por el desempeño de la práctica y en las filas la clasificación según su frecuencia de aparición en la literatura (alta: > 10 artículos, moderada: 5-10 y baja: 1-5), lo que permitió transmitir la magnitud de la práctica. En la tabla 3 se propone una semaforización de las PInS según el riesgo de transmisión de patógenos sanguíneos.

Tabla 2.
Identificación y clasificación de las prácticas de inyecciones seguras y no seguras según el riesgo y su frecuencia de aparición en la literatura
Identificación y clasificación de las prácticas de inyecciones seguras y no seguras según el riesgo y su frecuencia de aparición en la literatura

FAL: frecuencia de aparición en la literatura.



elaboración propia

Tabla 2_2
Identificación y clasificación de las prácticas de inyecciones seguras y no seguras según el riesgo y su frecuencia de aparición en la literatura
Identificación y clasificación de las prácticas de inyecciones seguras y no seguras según el riesgo y su frecuencia de aparición en la literatura

FAL: frecuencia de aparición en la literatura.



elaboración propia

Tabla 3.
Semaforización de las PInS según el riesgo de transmisión de patógenos sanguíneos e infecciosos
Semaforización de las PInS según el riesgo de transmisión de patógenos sanguíneos e infecciosos


elaboración propia

Discusión

Como se pudo apreciar, la mayoría de los estudios fueron exploratorios-descriptivo-transversales. Los mixtos no poseían una articulación cuali-cuanti y sus resultados se presentaban de manera independiente; mientras que los cualitativos tuvieron representación mínima, tal vez por la naturaleza práctica del concepto. Lo anterior deja ver que a la fecha la evidencia en el fenómeno solo ha descrito el qué, el dónde, el cuándo y el cómo, pero no interrogantes como por qué ocurre de esa manera. Por ello, es necesario promover estudios de mayor complejidad que permitan identificar y asociar otros factores (sociales, culturales, regulatorios, formativos, ambientales y del sistema de salud) que puedan estar influyendo en la realización de la práctica.

Respecto a las prácticas documentadas en la literatura, el personal utiliza insumos provenientes de paquetes estériles, cerrados y desechables, y su preparación se lleva a cabo en espacios limpios. Son las acciones subsecuentes como el reúso de los dispositivos, la contaminación de los viales y soluciones y los lapsus en la técnica aséptica, los que afectan la seguridad del procedimiento y contradicen los estudios que afirman que el personal posee los conocimiento adecuados (32,34,35,38-40,42,45,48-50).

Estas contradicciones son notorias cuando se evidencia un alto reporte de reencapuchado monomanual, como una PIS versus una alta incidencia de punciones accidentales, y el escaso seguimiento posexposición o ausencia de este en la institución. Por lo anterior, es necesario redoblar los esfuerzos en las prácticas sencillas de control de infecciones, como la antisepsia con gel a base de alcohol y la utilización de guantes durante la preparación y administración de la inyección para disminuir el riesgo de contaminación de los medicamentos, ya que estas fueron las prácticas con baja frecuencia de reporte.

Existen otros actores no reportados en los estudios, entre ellos el prescriptor de la inyección y el personal de servicios generales. Estos últimos son los más pasados por alto y menos protegidos por la ausencia de entrenamiento, esquemas de vacunación y protocolos.

Las repercusiones de las PInS para el sistema de salud aún no son claras, ya que se encuentran en un circuito donde se originan y hacia donde regresan las consecuencias. Es importante su seguimiento y generación de estrategias que protejan a los involucrados.

En el mundo, los estudios de brotes permiten corroborar la semaforización planteada en la tabla 3, que identificó más de una docena por el uso incorrecto, reúso o sospecha de reúso de las jeringas y agujas (18,58-61), otra decena asociada a la contaminación de los viales de medicamentos o bolsas de solución (13,14,19,21,62-64) y casi la misma cantidad de brotes por lapsus en las prácticas de control de infecciones (técnica aséptica) (10,15,20,22,65,66).

Por otra parte, las infecciones por patógenos sanguíneos del personal sanitario por punciones accidentales son menos discutidas en la literatura, pero suceden. A la fecha se han documentado 57 casos de seroconversión al VIH en Estados Unidos y 35 en el resto del (67,68), con un primer caso registrado en Colombia en el 2013 (69,70), siendo el personal de enfermería el más vulnerable.

La ausencia de un marco teórico conceptual para el análisis de las PIS impide el desarrollo de instrumentos que permitan evaluar objetivamente dicha práctica en los diferentes escenarios donde se prestan servicios de salud.

Conclusión

Los esfuerzos orientados a la seguridad del paciente deben enfocarse también en acciones concretas dirigidas a la administración de los medicamentos. A pesar de que se identificaron PIS relacionadas como el reencapuchado monomanual, la obtención de los dispositivos de paquetes estériles y la preparación de la inyección en espacios limpios, las PInS detectadas fueron no solo las más frecuentes en la literatura, sino también las de mayor riesgo para los involucrados.

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Notas

* Artículo de revisión integrativa

Conflictos de interés: las autoras declaran no tener conflictos de interés.

Notas de autor

a Autora de correspondencia. Correo electrónico: gaitanol2012@yahoo.com

Información adicional

Cómo citar este artículo: Gaitán-Gómez OL, Aristizábal P, Bueno Robles LS. Práctica de inyecciones seguras por parte del personal de la salud: revisión integrativa. Investig Enferm Imagen Desarr. 2020;22. https://doi.org/10.11144/Javeriana.ie22.pisp

Financiación: Departamento Administrativo de Ciencias, Tecnología e Innovación (Colciencias) por el crédito condonable otorgado a la autora principal (Convocatoria 727 del 2015).

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