Inmovilidad residencial en áreas pericentrales urbanas en transformación: la zona del Restrepo en Bogotá*

Residential Immobility in Urban Peri-central Areas in Transformation: The Restrepo Area in Bogotá

Imobilidade residencial em áreas pericentrais urbanas em transformação: a área do Restrepo em Bogotá

Angélica Patricia Camargo Sierra

Inmovilidad residencial en áreas pericentrales urbanas en transformación: la zona del Restrepo en Bogotá*

Cuadernos de Vivienda y Urbanismo, vol. 15, 2022

Pontificia Universidad Javeriana

Angélica Patricia Camargo Sierra a

Universidad Externado de Colombia, Colombia


Recibido: 16 febrero 2021

Aceptado: 27 julio 2021

Publicado: 30 septiembre 2022

Resumen: Este artículo analiza las dinámicas de movilidad residencial y las transformaciones recientes de las antiguas periferias urbanas en las ciudades de América Latina, en particular, la zona del Restrepo en Bogotá. Actualmente, estas zonas comportan procesos de densificación y diversificación socioeconómica asociadas con una mejor posición relativa en la ciudad. Aunque confluyen diversas trayectorias residenciales, la zona presenta una mayor inmovilidad residencial con respecto a otras periferias antiguas. A partir del análisis de entrevistas realizadas a residentes de este sector, se identificaron relaciones recíprocas entre las inmovilidades residenciales y las transformaciones territoriales. Se concluye que en el mismo territorio conviven historias de inmovilidad, asociadas a procesos de precarización y de ascenso social y residencial. Las permanencias evidencian la diversidad de vínculos con el territorio y explican las elecciones residenciales.

Palabras clave:movilidad residencial, periferias urbanas, procesos de urbanización, transformaciones urbanas, vivienda.

Abstract: This article analyzes the dynamics of residential mobility and recent transformations of former urban peripheries in Latin American cities, in particular, the Restrepo zone in Bogotá. Currently, these areas involve processes of densification and socioeconomic diversification associated with a better relative position in the city. Although diverse residential trajectories converge, the area shows greater residential immobility compared to other older peripheries. From the analysis of interviews with residents of this sector, reciprocal relationships between residential immobility and territorial transformations were identified. It is concluded that in the same territory coexist histories of immobility, associated with processes of precariousness and social and residential upward mobility. Permanences evidence the diversity of links with the territory and explain residential choices.

Keywords: residential mobility, urban peripheries, urbanization processes, urban transformations, housing.

Resumo: Este artigo analisa as dinâmicas de mobilidade residencial e as transformações recentes das antigas periferias urbanas nas cidades da América Latina, em particular, a área do Restrepo em Bogotá. Atualmente, essas zonas estão vivendo processos de adensamento e diversificação socioeconômica associadas com melhor posição relativa na cidade. Embora diversas trajetórias residenciais convergirem, a área apresenta uma maior imobilidade residencial em relação a outras periferias antigas. A partir da análise de entrevistas realizadas a moradores deste setor, identificaram-se relações recíprocas entre as imobilidades residenciais e transformações territoriais. Conclui-se que no mesmo território coexistem histórias de imobilidade, associadas a processos de precarização e avanço social e residencial. As permanências evidenciam a diversidade de vínculos com o território e explicam as escolhas residenciais.

Palavras-chave: mobilidade residencial, periferias urbanas, processos de urbanização, transformações urbanas, habitação.

Introducción

La historia del Restrepo y de los sectores aledaños1 comienza con los primeros barrios, llamados “obreros”, el Restrepo y el Centenario, que surgieron en los años 30 por iniciativa estatal, para solucionar problemas higiénicos en el centro histórico (Pulgarín, 2009). Entre los años cuarenta y cincuenta, cuando se aceleró el crecimiento urbano y la migración hacia la ciudad, surgieron otros barrios de vivienda estatal como el Olaya, el Quiroga, el Libertador y el Santiago Pérez (Colón y Mejía, 2019). En los años sesenta y setenta, se desarrollaron urbanizaciones privadas, cuyas viviendas se construyeron por encargo (Ciudad Jardín) al lado de algunos barrios de origen popular desarrollados por autoconstrucción (San José y Sosiego Sur). Hacia final de la década del setenta, algunas constructoras y entidades financieras promovieron viviendas unifamiliares para funcionarios públicos en barrios como: el Country Sur y Gustavo Restrepo. Finalizada la década del noventa y a principios de los 2000, con las nuevas políticas de vivienda de interés social, se construyeron proyectos multifamiliares sobre los terrenos vacíos que aún quedaban disponibles.

La zona es una de las primeras periferias de Bogotá. Surgió durante las primeras fases de crecimiento urbano, en el siglo XX, y continuó su proceso de expansión hasta pasados los años setenta (Dureau y Le Roux, 2014). Se ubica geográficamente en un espacio pericentral e intermedio de la ciudad, entre el centro histórico y la periferia urbana. Con esta investigación, se quiere aportar al estudio de estos espacios intermedios, generalmente poco analizados en comparación con los centros históricos y las periferias populares (Dureau y Le Roux, 2014, Lulle, 2016 y Ward et al., 2015).

Las transformaciones recientes de las antiguas periferias urbanas se dan en múltiples dimensiones. Su posición relativa en la ciudad es cada vez más central. El barrio Restrepo, ha tenido desde los años cincuenta un gran dinamismo económico, considerado como una subcentralidad, por la actividad industrial y comercial en torno al calzado, pero que se ha diversificado y tercerizado (Molina, 1997). La ampliación de los sistemas de transporte masivo ha mejorado sustancialmente su accesibilidad. Estos factores han generado mayor atractivo tanto para actividades económicas como residenciales (Dureau y Le Roux, 2014). Además, se ha producido una mayor densificación en los últimos veinte años que ha tenido diferentes vectores: conjuntos residenciales en terrenos vacíos, subdivisión del stock antiguo y construcción de edificios en altura sobre casas demolidas (Cuervo, 2019; Contreras, 2019 y Dureau y LeRoux, 2014).

Por otra parte, la movilidad residencial cumple un papel muy relevante en las transformaciones de este territorio y, en general, de las antiguas periferias. Aunque en las primeras fases de expansión de la ciudad la migración interna fue el principal factor de poblamiento, en la actualidad es la movilidad residencial la que se “juega las recomposiciones espaciales de estos espacios” (Dureau y Le Roux, 2014). En esta zona confluyen varios tipos de trayectorias residenciales. Migrantes que llegaron a barrios obreros o a los barrios populares en autoconstrucción, arrendatarios que llegaron desde el centro y sur de la ciudad, hijos de antiguos propietarios que han salido y regresado a la zona, hasta nuevos habitantes de las ofertas residenciales actuales del sector. Esta diversidad de perfiles e historias interactúan a su vez con las transformaciones del parque residencial.

A pesar de esta diversidad de trayectorias, buena parte de los habitantes son más bien inmóviles. Según Dureau y Le Roux (2014), a partir de encuestas realizadas en 1993 y 2009, una gran proporción de los residentes de la zona tiene largas duraciones de presencia en la vivienda, principalmente en el parque residencial más antiguo, donde para el 2009 cerca del 20 % llevaba más de 20 años habitando la misma vivienda. El 12 % (en toda la zona) no ha cambiado nunca de vivienda, y el 50 % se ha movido siempre en el pericentro sur de la ciudad. Según la misma encuesta, estos comportamientos inmóviles se presentan con mayor intensidad en esta zona, en comparación con el resto de la ciudad. Estos datos hacen pensar que, la comprensión de este comportamiento por parte de los habitantes del sector puede dar pistas para un mayor conocimiento de la complejidad de las transformaciones históricas y recientes del territorio y de las antiguas periferias metropolitanas.

A partir de las entrevistas realizadas a los habitantes, se analizaron tres tipos de trayectorias inmóviles: i) aquellos que han vivido toda la vida en la misma vivienda; ii) quienes llevan más de 20 años en la misma vivienda; y iii) los que han cambiado de vivienda, pero permanecen en el mismo barrio o en los adyacentes. Junto con los relatos de estos habitantes inmóviles sobre su vida y sus historias de permanencia, emerge la historia de los barrios de la zona. Similar al trabajo de Giroud (2018) se ponen en común trayectorias de los individuos y los lugares para identificar relaciones recíprocas entre las inmovilidades y las transformaciones territoriales. Surgen, al menos, las siguientes preguntas ¿De qué manera la permanencia en el barrio o la vivienda de estos habitantes ha interactuado con las transformaciones de la zona? ¿Qué consecuencias o efectos han tenido las transformaciones territoriales en la permanencia de los más sedentarios? ¿De qué forma la evolución y los cambios de la zona han influenciado el sentido ascendente o descendente de las trayectorias residenciales y sociales? ¿Cómo se relacionan las trayectorias sociales (ascensos o descensos en la movilidad social) de los residentes con la decisión o el hecho de permanecer en la vivienda o el barrio?

En la primera parte del artículo se abordan algunos aspectos teóricos y conceptuales relacionados con la inmovilidad residencial. En la segunda parte se incluyen los hallazgos del estudio, luego de especificar los aspectos metodológicos, por último, se concluye con algunas reflexiones.

Movilidad, estrategias y trayectorias residenciales

La movilidad residencial hace referencia a los cambios de domicilio a nivel intraurbano o intrametropolitano (Clark y Dieleman, 1996). No obstante, aunque la mayoría de los individuos y hogares suele cambiar de residencia, algunos permanecen en la misma vivienda durante largos periodos de tiempo o no se cambian nunca; la estabilidad, bien sea elegida o padecida, también hace parte del campo analítico de la movilidad residencial.

La movilidad residencial se entiende también como un producto entre las necesidades o expectativas (asociadas a las características de los hogares y personas y sus cambios y ciclos de vida) residenciales de los hogares o los individuos y las oportunidades residenciales (vinculadas con aspectos estructurales como el mercado laboral y de vivienda, entre otros, (Coulter y Van Ham, 2014, Di Virgilio, 2014 y Knox, 1982). La desigualdad en la distribución de los recursos o en las relaciones de poder, y la posición de las personas en la estructura social hace que las oportunidades y las restricciones para cambiar de vivienda se comporten de manera desigual; algunos tienen mayores oportunidades o restricciones para decidir sobre su situación de vivienda (Coulter et al., 2016 y Di Virgilio, 2014).

La movilidad residencial debe ser entendida como una práctica espacial y relacional, lo cual implica que su análisis requiere una mirada de largo plazo, en un marco biográfico y a partir de trayectorias residenciales (Giroud, 2018 y Cosacov, 2014). Las trayectorias hacen referencia al “conjunto de cambios de residencia y de localización de un hogar en el medio urbano” (Di Virgilio, 2014, pg. 2). Su análisis permite comprender la forma en que se relacionan y concatenan los cambios de residencia, así como la forma en que han agenciado las oportunidades y restricciones (Cosacov, 2014). La perspectiva temporal implica analizar la dinámica de la relación de las personas con los lugares y, por tanto, atiende tanto los cambios como las permanencias (Palomares y Van Ham, 2017).

Inmovilidad residencial: entre la decisión de permanecer y la imposibilidad de partir

La inmovilidad residencial ha sido considerada, generalmente, como una no decisión, como una ausencia de movilidad; de hecho, ha tenido más peso analítico la decisión de moverse que la de no hacerlo (Hjam, 2014). A pesar de este dominio del paradigma, las tasas de movilidad residencial vienen descendiendo en varios países de Europa y Estados Unidos2, lo que ha fomentado el interés por comprender las dinámicas y los determinantes detrás de la inmovilidad (Cooke, 2011; Palomares y Van Ham, 2017 y Coulter y Van Ham, 2014).

Existe un amplio conocimiento acumulado sobre los factores determinantes en los cambios de residencia. Desde los trabajos de Rosi (1955), la decisión de mudarse se atribuye a las consecuencias que tienen eventos del ciclo de vida como: uniones, rupturas, nacimientos, muertes, etc. (Authier et al., 2010; Contreras, 2012; Di Virgilio, 2014 y Rosi, 1955). Así como los cambios en la situación laboral, en las condiciones económicas de los hogares y en las externadidades de los barrios causan su movilidad (Cadwallder, 1992; Dieleman, 2001; Graizbord y Acuña, 2007; Mulder y Hooimeijer, 1999 y Knox, 1982), también se han estudiado los factores que la reducen. Algunos estudios han encontrado que envejecer3, ser propietario, tener mayor tiempo de permanencia en una misma vivienda y vivir en una casa grande disminuyen la probabilidad de moverse (Clark, 2013; Dieleman, 2001; Dureau, 2010; Dureau et al., 2015 y Ward et al., 2015).

No obstante, se han estudiado menos los determinantes de la decisión de permanecer (Hjam, 2014), la inmovilidad debe entenderse entonces como un proceso activo y no únicamente como una ausencia de movimiento (Clark et al., 2015; Coulter et al., 2016). En este sentido, un aspecto central en el análisis de la inmovilidad residencial es hasta qué punto se trata de una incapacidad del hogar o del individuo de concretar sus deseos de moverse o si por el contrario es un estado buscado a lo largo de la vida (Coulter et al., 2016). Es decir, si quedarse en una vivienda es una decisión o una respuesta a cierto tipo de restricciones.

En esta línea, Clark y Lisowisky (2016) analizaron la forma en que los eventos del curso de vida inciden de manera diferencial en la decisión de moverse o de quedarse, así como las brechas entre las intenciones o deseos de moverse y el cambio efectivo. Los autores encontraron que, los jóvenes, arrendatarios y nativos angloparlantes en Australia tienen mayor probabilidad de concretar sus deseos de cambiar de vivienda, mientras que los adultos mayores tienen menos deseos de mudarse y también menos probabilidad de hacerlo.

Hjam (2014) entrevistó individuos mayores, inmóviles residencialmente, en Suecia con el fin de comprender la forma en que construían las decisiones y le daban sentido a su vida sedentaria. Encontró que, para sus entrevistados, lo natural era el estado sedentario. En algunos casos, aunque tuvieron la intensión de moverse, no creyeron que podían encontrar un lugar en el que pudieran mantener la relación actual entre accesibilidad y espacio (entre otros factores asociados a redes sociales y de parentesco). Así mismo, la decisión de permanecer no es una elección que sucede una sola vez en la vida, sino que se renegocia permanentemente en el largo plazo (Hjälm, 2014).

Estudios hechos en Granada, España, han explorado la relación que tiene la inmovilidad con el nivel de apego al lugar, entendido como los vínculos y lazos emocionales con los lugares. Encuentran que el tiempo de residencia, la propiedad y el capital social construido en el barrio son importantes predictores del apego al lugar (Clark et al., 2015 y Palomares y Van Ham, 2017). Concluyen que quedarse en la misma vivienda es una decisión y está relacionada con el ciclo de vida, las características de la vivienda y con el nivel de apego al lugar (Clark y otros, 2015). Conclusiones similares, mediante trabajos de corte más cualitativos, las tienen los trabajos de Cosacov (2014) y Giroud (2018).

La inmovilidad residencial también se comporta diferente en función de la situación social de los hogares e individuos. Palomares y Van Ham (2017) concluyeron que es más común encontrar residentes inmóviles en los barrios deteriorados, y que resulta más difícil salir del barrio en las zonas más vulnerables. Encontraron también que la mayor inmovilidad se presenta en los dos extremos de la estructura social. En el caso de Bogotá, los propietarios de bajos ingresos son quienes reportan mayor inmovilidad residencial (Dureau, 2010).

Trayectorias sedentarias en un contexto en transformación

Para analizar la forma en que las trayectorias inmóviles de algunos propietarios que habitan en la antigua periferia del Restrepo y sus barrios aledaños interactúan con el contexto y sus transformaciones, en esta sección se presentan algunos relatos de sus habitantes, a partir de los cuales se cuenta también la historia de esta localidad. En el siguiente mapa se presenta la localización de la zona de estudio en el contexto metropolitano:

Localización de la zona de estudio en el contexto metropolitano
Figura 1.
Localización de la zona de estudio en el contexto metropolitano


Fuente: mapa elaborado por Guillaume Le Roux

Se utilizaron entrevistas realizadas entre 2016 y 2019 a diversos residentes del sector4. Se realizaron los siguientes procesos de recolección de la información para la investigación: (1) entre el 27 octubre de 2015 y el 10 de septiembre de 2016, se realizaron 20 entrevistas a residentes antiguos y otros con vínculos con la industria del calzado; (2) Entre el 8 y el 20 de octubre de 2017 se realizaron 24 entrevistas a residentes de edificios construidos recientemente, antiguos residentes, administradores de propiedad horizontal y personas involucradas con el mercado inmobiliario y de la construcción; (3) Entre el 22 de agosto y 5 de septiembre, se realizaron 26 entrevistas a habitantes de las zonas de Ciudad Jardín y Ciudad Berna. Si bien se revisaron todas las entrevistas, para este texto solo se utilizaron aquellas respuestas de personas con trayectorias de inmovilidad, según los criterios que se presentan más adelante.

En las entrevistas se indagó por la trayectoria residencial, identificando los tipos de vivienda en los que el entrevistado ha habitado; la tenencia y la localización; además de los lugares de residencia de los familiares cercanos y los motivos detrás de los cambios de vivienda. Se abordaron las trayectorias laborales de los miembros del hogar, y se preguntó también por las prácticas espaciales de los residentes (lugares que frecuenta y sus movilidades cotidianas), además de indagar por las percepciones sobre el barrio, sus transformaciones y su historia.

Se identificaron aquellas trayectorias inmóviles, es decir, las que cumplían con alguno de los siguientes criterios: (1) los residentes nunca han cambiado de vivienda, (2) viven hace más de 20 años y (3) solo se han movido en el mismo barrio o en los barrios adyacentes5. A partir del análisis de estas respuestas, mediante fichas analíticas, se identificaron los perfiles con los cuales se podía avanzar en la comprensión de las trayectorias de inmovilidad residencial y las transformaciones del barrio.

Se identificaron cuatro perfiles de trayectorias en función de las relaciones entre la inmovilidad y el contexto. El primer perfil es el de los habitantes que han vivido toda la vida en la misma casa, en el stock más antiguo de la zona; el segundo corresponde a quienes se han movido de residencia varias veces, pero que han decidido mantenerse siempre en la zona; el tercero corresponde a trayectorias pendulares o de regreso a la zona; y, finalmente, el perfil de los individuos inmóviles que han realizado transformaciones sustanciales en sus lugares de residencia y por esta vía en el barrio mismo. Los relatos que se escogieron para presentar en este texto son representativos de la tipología de trayectoria.

Para poder ver en paralelo las trayectorias con las transformaciones y la historia de los barrios se identificaron, a partir de diferentes fuentes cartográficas y documentales, las etapas en el proceso de urbanización de la zona de estudio, tal como se presentan en la siguiente figura. La historia de estas etapas se presenta en paralelo con los relatos representativos de cada trayectoria.

Etapas de desarrollo del Restrepo y barrios aledaños
Figura 2.
Etapas de desarrollo del Restrepo y barrios aledaños


Fuente: elaboración propia con base en diferentes fuentes cartográficas y documentales6

Toda la vida en la misma vivienda: envejeciendo con el barrio

Algunos de los entrevistados han pasado toda su vida en la misma vivienda. Ellos han presenciado casi toda la evolución del barrio; muchas cosas han cambiado a su alrededor, pero su posición residencial se mantiene estática. Los casos a continuación ejemplifican esta situación. Las preguntas realizadas para la investigación, que guían esta sección fueron: ¿qué implicaciones ha tenido en su vida permanecer en la misma vivienda?, ¿de qué forma los ha afectado la transformación del barrio? ¿qué valoración tienen de los cambios del barrio y su posición respecto a las transformaciones del contexto?

Tiberio, vive en el barrio Restrepo en la casa de su padre desde que nació, hace 72 años. Su padre fue uno de propietarios originales del barrio, la compró a una de las empresas urbanizadoras iniciales llamada La Urbana. Heredó la vivienda junto con sus hermanos, quienes le permitieron vivir y administrar los arriendos, dado que era el único que no había podido acceder a una vivienda propia.

Mi casita que me dejaron mis padres, la herencia, mis hermanos todos habitan en Bogotá, (…), todos tienen su propiedad, y por ahora me han dejado la casita pa’ que la cuide y viva yo, porque fui el único que no llegó a tener casa. (…) siempre he habitado acá en la casa de mis padres. (entrevista personal, 7 de septiembre de 2016)

El barrio Restrepo empezó su proceso de urbanización hacia 1935 con un proyecto dirigido a población obrera agenciado por el Banco Central Hipotecario y la compañía mencionada por Tiberio, La Urbana. El barrio fue creciendo por etapas con la participación de diferentes compañías constructoras hasta 1950. Algunas manzanas fueron desarrolladas, por las mismas industrias, para sus empleados. Corresponde a la primera etapa de urbanización de la zona (figura 1)

Regresando al caso de Tiberio se encuentra que su situación actual es más bien precaria. Trabajó como empleado público y en algunas cuestiones relacionadas con el deporte, solo logró conseguir media pensión de vejez. El resto de sus ingresos provienen del arriendo de espacios de su casa y de un comercio de abarrotes que atiende junto con su hija en la misma vivienda. Organiza en el barrio torneos de futbol, es muy reconocido su liderazgo en esta actividad, esta práctica parece en la actualidad dar sentido a su vida y establece una relación muy fuerte con el barrio.

Tiberio percibe un proceso reciente de densificación y valorización. Su deseo es contar con los recursos para construir y densificar su predio para obtener más ingresos, pero su edad y su actividad económica no parecieran facilitarlo. Ha envejecido al tiempo con su casa y con el barrio, siente haber quedado relegado ante las transformaciones de su entorno y su anhelo es aprovechar la valorización para “hacer un edificio y vivir poquito mejor” (entrevista personal, 7 de septiembre de 2016).

El segundo caso en este perfil es el de Marcela, 50 años, quien ha vivido toda su vida en el barrio Centenario. Este barrio, como el Restrepo, se construyó también en los años treinta con el fin de reubicar población del Paseo Bolívar7. Fue el primer proyecto de vivienda obrera en estar completamente construido; cuando se inauguró, hacia parte de los proyectos de celebración del IV centenario de la fundación de Bogotá (Pulgarín, 2009).

La casa en la que vive Marcela es una herencia de su padre, quien a su vez la heredó de sus padres. La subdividieron con otros familiares y cada uno es propietario de una parte. Viven tres hogares independientes en la misma vivienda de un solo piso. Marcela ha vivido en condiciones precarias toda su vida; durante su infancia vivía en esta casa con sus padres y sus cinco hermanos en un solo cuarto, su padre construyó una especie de choza hecha con madera y otros materiales en la terraza, allí dormía el en aquella época.

Pues igual, aquí hemos vivido... siempre, ha habido tres camas y mi papá dormía allá en la terraza, en una enramada que teníamos (entrevista personal, 24 de julio de 2009)

Marcela trabajó toda su vida en servicios generales, en empresas, y como empleada doméstica por días en casas de familia. En la entrevista expresó que su único anhelo, su meta, su proyecto, era conseguir una casa propia. Para esto tenía unos ahorros en un banco y esperaba conseguir un subsidio y un crédito.

Mi anhelo, mi meta, mi proyecto prácticamente único, es la casa.

(…) Ya no nos animamos a salir a pagar un arriendo, con lo que voy a pagar de arriendo, puedo pagar las cuotas de mi casa. Pues nosotros, como buenos pobres, nos conformamos, pero sí, tenemos sueños; sí, tenemos anhelos… la vivienda... (entrevista personal, 24 de julio de 2009)

Marcela fue revisitada en el 2016 y su situación no era mejor, de hecho, ahora vivían más personas con ella. Aún no ha logrado cumplir su sueño de tener una casa propia, su situación sigue siendo difícil social y habitacionalmente.

Estos dos casos se localizan en el stock más antiguo. Las viviendas que se construyeron antes de los años 40 son casas heredadas aun cuando ellos mismos son ya mayores. Ambos contribuyen a contar la historia de esta parte de la zona. Restrepo y Centenario fueron los primeros barrios en desarrollarse de la zona de estudio. De aquí que los primeros propietarios (como el padre de Tiberio y el abuelo de Marcela) llegaran al barrio entre 1935 y 1950. Eran generalmente obreros en industrias y empleados públicos.

En los más de 80 años de la historia del barrio, Tiberio ha estado presente casi en su totalidad y Marcela una buena parte de este tiempo. Ellos han envejecido a la par con el barrio y la vivienda. El origen popular del sector permanece presente en algunos de estos habitantes antiguos, sus condiciones residenciales y sociales cambiaron poco y se han mantenido precarias, a pesar de las transformaciones y la valorización del sector. Ellos, al igual que la mayoría de los residentes mayores del stock antiguo de la zona, han visto transcurrir el cambio frente a sus ojos; entre tanto, anhelan mejorar sus condiciones habitacionales.

Permanecer en el barrio: historias de precarización y ascenso

En este apartado se abordan las historias de aquellas personas que, a pesar de haber cambiado de vivienda, decidieron vivir en el mismo barrio de origen o en barrios adyacentes; en ocasiones esto corresponde únicamente con la zona de estudio, pero en otros no. Además, se hace énfasis en su trayectoria social, con el fin de encontrar relaciones entre esta y su situación residencial. A diferencia de los casos anteriores, en este acápite se presentan las opciones por las cuales las personas deciden permanecer en el mismo barrio. ¿Qué motivó la decisión de permanecer en el barrio? ¿qué tipo de vínculos los hace mantenerse en el mismo barrio o muy cerca? ¿cómo las ofertas residenciales de la zona se han articulado con su decisión de mantenerse en el barrio en diferentes momentos? ¿cómo interactúa el parque residencial (y sus transformaciones) con sus diferentes momentos del ciclo de vida y con sus ascensos o descensos en la trayectoria social?

Dos historias son representativas de este tipo de trayectorias y nos cuentan los motivos y los lazos que aparecen detrás de la decisión de permanecer en este lugar. Alberto, quien ha vivido siempre en el barrio Olaya y se dedica al negocio de la finca raíz, y Daniel, abogado y residente en Ciudad Jardín.

La primera historia es la de Alberto, quien a sus 70 años ha vivido toda su vida en el barrio Olaya. Su abuela compró un lote que autoconstruyó. Alberto vivió en esta casa hasta que su madre murió; más tarde uno de sus hermanos decidió venderla y repartir la herencia. Después de que se vendió la casa, hace cerca de 15 años, fue demolida y allí se construyó un edificio de cinco pisos, los dos primeros tienen una bodega de calzado y un local y el resto son apartamentos. En ese momento, Alberto decidió seguir viviendo en el barrio, pero ahora en arriendo. Se quedó en el barrio porque la gente lo conoce y el considera que esto le ayuda a mejorar sus posibilidades de trabajo.

Vivo en arriendo porque después de que mi hermano nos sacó de allí, pues uno tiene que vivir y trabajar donde a uno lo conocen. (…) Porque yo me voy para otro lado donde nadie me distingue y ¿qué hago? (entrevista personal, 15 de octubre de 2017).

El barrio Olaya Herrera, se consolidó, junto con el Quiroga, el Libertador y Santiago Pérez, con la segunda etapa de urbanización; la mayoría de estas viviendas se asignaron mediante promoción estatal a la población de bajos recursos en los años cuarenta y cincuenta, periodo en el cual se presentó un crecimiento urbano acelerado. Como la abuela de Alberto, los primeros propietarios en el Olaya compraron lotes y desarrollaron sus viviendas por autoconstrucción. Algunas viviendas se empezaron a construir en los años treinta, pero su desarrollo se extendió hasta entrados los años cincuenta (Colón y Mejía, 2019).

Alberto identifica claramente dos procesos en la transformación del Olaya, por un lado, la valorización inmobiliaria y por el otro la expansión de la actividad comercial del barrio Restrepo, pues las empresas (principalmente las más pequeñas) que no encuentran donde localizarse en el Restrepo, por los precios del suelo, se ubican ahora en los barrios cercanos como el Olaya, razón por la cual ha disminuido la actividad residencial. De hecho, lo que sucedió con la casa familiar de Alberto es un ejemplo de la confluencia de los dos fenómenos. El aprovechamieto de la valorización inmobiliaria permitió construir un edificio con actividad comercial, industrial y residencial. El mismo fenómeno obligó a Alberto a buscar una alternativa como arrendatario, en condiciones más precarias, para mantener su posición residencial, sus redes y su capital social construido.

El segundo caso representativo de esta tipología de trayectoria es el de Daniel, 53 años, abogado y dueño de una casa en Ciudad Jardín. Se ha movido algunas veces de vivienda, pero siempre en la misma zona. Cuando nació, sus padres vivían en el barrio Santa Lucía (al sur de la ciudad) hasta que compraron una casa en Sosiego Sur, ubicado en el costado oriental de la zona de estudio (figura 1). Cuando Daniel se casó, en el año 93, compró un apartamento en el Bosque San Carlos, un conjunto multifamiliar construido en la misma zona, en 1990. En el apartamento vivió cinco años, hasta que en 2005 adquirió la casa en la que vive actualmente en el barrio Ciudad Jardín.

Daniel trabaja como abogado independiente y dicta cátedras en algunas universidades del centro de Bogotá. Realizó una especialización y una maestría en derecho tributario. Tiene tres hijos, la mayor es chef, el del medio estudia sociología y el menor está todavía en el colegio. Se separó de su esposa, a quien conoció en el barrio el Sosiego. Actualmente, vive solo con sus tres hijos.

Daniel es feliz en su casa, en el momento de la entrevista (septiembre de 2019) estaba realizando una remodelación importante. Siempre le ha gustado vivir en casa y en espacios grandes, además, le queda cerca de todo lo que es importante para él. Su trabajo transcurre entre las universidades y su oficina como abogado independiente, también en el centro; según afirma, en transporte público puede llegar en aproximadamente 15 minutos a su lugar de trabajo. Daniel es el segundo propietario de la vivienda, se la compró a los herederos del propietario original en 82 millones de pesos, quien la construyó en 1960. “La casa tiene 8,9 metros de frente y de fondo tiene 25 metros” (entrevista personal, 3 de septiembre de 2019).

En efecto, como cuenta Daniel, el barrio Ciudad Jardín aparece en la siguiente (tercera, ver figura 1) etapa de urbanización de la zona; comenzó su desarrollo cerca de los años sesenta. Su planteamiento urbanístico, como quedó registrado en el nombre del barrio, quería replicar el modelo de urbanización inglés de casas grandes con amplios jardines, con viviendas construidas en estilos arquitectónicos europeos; sus referentes más cercanos fueron los barrios de Chapinero y Teusaquillo, construidos en Bogotá en el norte de la ciudad en los años treinta (Colon y Mejía, 2019). Los demás barrios residenciales de la zona, como el barrio Ciudad Berna, surgieron de manera similar hacia los años ochenta, cuando la vivienda unifamiliar era promovida por constructoras privadas en asocio con instituciones financiaras, como es el caso de los barrios Country Sur y Gustavo Restrepo, este periodo corresponde a la cuarta etapa de urbanización de la zona.

Daniel representa una historia de movilidad social intergeneracional. Sus padres tuvieron baja escolaridad, su madre solo completó la primaria y trabajó en servicios generales en un banco junto con el padre de Daniel, mensajero allí mismo. El Sosiego sur, donde creció Daniel es uno de los barrios de autoconstrucción en la zona de estudio que surgió al mismo tiempo que Ciudad Jardín, en los años sesenta. Sin embargo, Daniel y sus tres hermanos lograron obtener títulos de educación superior y dos de ellos tienen estudios de posgrado. A pesar de que Daniel podría haber escogido otra zona de la ciudad, como lo hicieron sus hermanos, decidió quedarse cerca de la casa de sus padres, prefirió una casa grande y cómoda, pero mantuvo la centralidad y cercanía al centro, pues lo necesita. La casa la compró con recursos propios y en efectivo. Además, conserva su apartamento en el Bosque San Carlos, con el cual percibe una renta mensual. Daniel ha pasado por diferentes residencias del parque residencial, presentes en la zona de estudio o a muy poca distancia, las casa familiar de origen popular en el Sosiego, el apartamento en el Bosque San Carlos y, recientemente, su casa grande, rehabilitada y remodelada de Ciudad Jardín.

Los relatos de esta sección evidencian distintas trayectorias sociales. Situaciones de descenso residencial como la de Alberto, después de la venta de la casa de su madre; y la de Daniel, con una trayectoria profesional ascendente, son solo una muestra de la diversidad de trayectorias sociales que confluyen en este territorio. Ellos, aunque decidieron permanecer en la zona, cerca de sus redes, lazos familiares y económicos, encontraron alternativas en la diversidad de la oferta del parque residencial que se ajustan a sus condiciones sociales cambiantes.

El apego al lugar y las movilidades pendulares

¿Cómo se manifiesta el apego al lugar en las decisiones de permanencia? Las historias pendulares o de regreso permiten acercarse a la respuesta a esta pregunta, y se pueden ejemplificar con el caso de Nadia, quien ha tenido diferentes momentos de salida y regreso al barrio. Desde que inició su vida laboral, ha estado vinculada con la fabricación de calzado; hoy tiene su taller en un cuarto de su apartamento, localizado en un conjunto residencial construido en 2002.

Cuando nació Nadia su familia vivía en el barrio San Jorge, al sur de la ciudad, en la casa de sus abuelos. Más adelante, ella se fue a vivir en alquiler con su esposo al barrio Restrepo; decidieron vivir allí porque ambos trabajaban en la industria del calzado. Después, compraron una casa al sur de la ciudad, pero regresaron al Restrepo por el trabajo “nos devolvimos para el Restrepo, porque es que esta es la zona del calzado”. Gracias a los ingresos percibidos con su empresa de calzado, lograron comprar una bodega y un apartamento en un edificio en la zona central del barrio.

Cuando decidieron divorciarse, Nadia viajó a Estados Unidos un par de años: cuando regresó, se fue a vivir en arriendo al barrio Country Sur y luego al barrio San José (ambos en la zona de estudio) donde vivió cerca de 10 años. En el momento en que gestionó la separación de bienes con su exesposo, logró comprar el apartamento en el que vive actualmente en un conjunto residencial.

El conjunto donde vive se construyó en la quinta etapa de la urbanización, que corresponde a la construcción sobre los vacíos existentes de proyectos multifamiliares, principalmente construidos para vivienda de interés de social.

El fuerte vínculo de Nadia con el barrio se relaciona con el oficio del calzado. Su plan es quedarse en este apartamento hasta que sus dos hijas se vayan, porque allí puede hacer lo que le gusta: zapatos.

Sigo en eso (en el calzado), pero ya trabajo de otra manera, con los años hice mucha clientela. Hace como tres años acabé con mi empresa, la tenía acá en el Restrepo. Pero entonces ahora yo trabajo acá en la casa. (…) Me gusta acá, porque hago lo que me gusta, que es hacer zapatos. (entrevista personal, 15 de octubre de 2017)

Este es un ejemplo de los vínculos que se tejen con el barrio, su apego al lugar es también afectivo, pues allí ha construido sus redes, sus clientes, su reputación y toda su vida. Nadia, sin embargo, ha pasado por diferentes tipos de ofertas residenciales en la zona, que se han adecuado a las circunstancias propias de cada momento de su trayectoria de vida. La diversidad del parque residencial facilita las trayectorias pendulares y de regreso asociadas a los vínculos de apego al lugar, redes familiares y laborales.

Agenciando la transformación: anticipación y aprovechamiento de la valorización inmobiliaria

El último perfil de residentes corresponde a aquellos que, a pesar de su inmovilidad, han contribuido de manera directa con la transformación del barrio, han anticipado la evidente valorización inmobiliaria y han optado por transformarlo y densificarlo. Corresponde también con la última etapa del proceso de urbanización, la densificación vía construcción en altura sobre casas antiguas demolidas, proceso que se ha intensificado en los últimos años.

Para ejemplificar este perfil, se acude al caso de Sandra, quien lleva 20 años viviendo con su familia en el mismo terreno en el barrio San José. Con su esposo vivían en Villavicencio y llegaron a Bogotá hace 22 años. Inicialmente, vivieron en una zona al sur de Bogotá, en la localidad de Ciudad Bolívar. Luego vivieron en arriendo en el barrio Ciudad Jardín, hasta que compraron una casa en el barrio San José, con la venta de su propiedad en Villavicencio. Tres años antes de la entrevista, y haciendo uso de unos ahorros y de un préstamo bancario, decidieron demoler la casa original y construir un edificio de cuatro pisos. El edificio tiene actualmente tres apartamentos y un local; lo que recibe de los arriendos es su principal ingreso. Susana y su esposo tienen un origen social popular, ella trabajó toda su vida en servicios generales y el como vigilante, sin embargo, pudieron leer las transformaciones de la zona e identificar una posibilidad de inversión inmobiliaria, por eso, no dudaron en utilizar todos sus ahorros y su capacidad de endeudamiento para concretarla.

La segunda historia es la de Karina, una joven arquitecta de 30 años, ella y su familia han vivido siempre en el mismo sector. Cuando nació, vivía con su familia en el barrio Ciudad Jardín. En el 2007, sus padres, que trabajaron toda la vida en el negocio de la construcción, decidieron vender su casa para construir un edificio de apartamentos en el barrio 20 de julio (barrio contiguo al oriente de Ciudad Jardín). En el momento de la entrevista ya habían construido cinco edificios más en el mismo barrio (20 de julio). Con el éxito que han tenido en sus proyectos de construcción acumularon el capital suficiente para regresar a su barrio inicial, Ciudad Jardín, y construir un edificio sin requerir ningún tipo de financiación.

En las dos historias es evidente la capacidad que tuvieron de anticipar la valorización inmobiliaria, y con diferentes estrategias lograron convertirse en agentes transformadores de la zona. Sus prácticas no solo han cambiado físicamente el sector, sino que también ha contribuido a impulsar el proceso de valorización, pues las casas cercanas han aumentado su valor considerablemente.

Reflexiones finales

Visto el territorio desde las permanencias y las trayectorias inmóviles, es posible contar dos historias paralelas, las de los residentes, pero también la de los barrios y sus evoluciones. La permanencia de personas a lo largo de diferentes generaciones, en determinados momentos de la historia familiar y barrial, evidencian dinámicas diversas en cuanto a la interacción con el contexto. Deliberadamente, este artículo privilegió el análisis de las historias y estrategias de inmovilidad, pero es importante advertir que el territorio tiene múltiples dinámicas de movilidad residencial: los que han llegado en el periodo reciente y los que han se han ido de la zona, ambos movimientos, presumimos, están asociados a las dinámicas de transformación territorial de los pericentros.

Las relaciones entre las trayectorias inmóviles y el territorio se dan en múltiples sentidos. El envejecimiento del stock se articula con el envejecimiento de sus antiguos residentes, y ambos procesos avanzan de la mano hacia la precarización social y habitacional. A pesar de que el barrio cambia y evoluciona, las condiciones y prácticas de algunos habitantes se mantienen constantes. Las historias de los antiguos habitantes nos recuerdan el origen obrero y popular de la zona. En el mismo territorio conviven historias de precarización y asenso residencial y social que se manifiestan en la dinámica del parque residencial.

Las permanencias en el barrio nos cuentan también sobre los vínculos que se tejen con el territorio, que son de todo tipo: familiares, sociales, afectivos y económicos; estos vínculos contribuyen a explicar las decisiones de permanencia.

Pero no siempre la decisión de permanecer y mantenerse inmóvil es elegida por las personas, algunos ven mucha dificultad para mejorar sus condiciones sociales y habitacionales, incluso si salen del barrio o mejoran su vivienda. La posibilidad de romper las barreras estructurales no depende solo de las condiciones de origen del individuo, sino también de las dinámicas de los barrios.

Diversas tipologías de vivienda conformaron la historia de la zona, desde viviendas estatales, privadas y autoconstruidas hasta multifamiliares de vivienda social y modernos edificios, construidos recientemente. Esta diversidad es suficiente para que a pocos metros de distancia convivan individuos en condiciones y con trayectorias habitacionales y sociales muy distintas. Las diferentes estrategias de inmovilidad se articulan e interactúan en relación con las transformaciones del contexto, en términos de las posibilidades y oportunidades sociales y residenciales que emergen de tales transformaciones. Desde el origen del barrio y su historia subyacen las condiciones estructurales de articulación entre las posiciones sociales y residenciales que conviven en el territorio.

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Notas

* Este texto hace parte del proyecto de investigación titulado: Movilidades espaciales y transformaciones en las antiguas periferias urbanas de las metrópolis de Latinoamérica (Buenos Aires, Bogotá, Santiago): la ciudad latinoamericana entre el centro y la periferia actual. ECOS Sur (2015-2017) - PICS (2016-2018) - ECOS Norte (2018-2020).

1 La zona del Restrepo y el conjunto de barrios que la componen se delimitó para efectos de investigaciones previas al proyecto mencionado, dirigidas por Françoise Dureau en 1993 “La movilidad de las poblaciones y su impacto en el Área Metropolitana de Bogotá” en el marco de convenio interinstitucional CEDE-ORSTOM y en 2009 “Metrópolis de América Latina en la mundialización: reconfiguraciones territoriales, movilidad espacial y acción pública METAL”. Para ver en detalle la metodología de estos proyectos y criterios de delimitación de las zonas se puede consultar Dureau et al. (2011).

2 Según Cooke (2011) y los datos de IndexMundi (https://www.indexmundi.com/g/g.aspx?v=27&c=us&l=es), la tasa de migración neta en Estados Unidos pasó de 5,6 % en 1999 a 3.05 % en 2019.

3 Aunque algunos estudios han encontrado que la pérdida de autonomía en la vejez se asocia con cambios de

4 residencia no elegidos (Caprón y González, 2010).

5 En el marco del proyecto de investigación se han realizado diferentes misiones de trabajo entre los investigadores de Colombia y Francia. En las misiones en Colombia se han adelantado diferentes procesos de recolección de información.

6 En el marco del proyecto de investigación se han realizado diferentes misiones de trabajo entre los investigadores de Colombia y Francia, en las misiones en Colombia se han adelantado diferentes procesos de recolección de información.

7 Es decir, el barrio próximo o que comparte límite con el barrio del entrevistado.

8 Los puntos verdes localizados en el mapa son producto de un proceso de trabajo de campo realizado en el entre el 8 y el 20 de octubre de 2017, por Naïk Miret, Françoise Dureau y Thierry Lulle, consistió en identificar y geolocalizar aquellos edificios construidos después del 2010.

9 Cartografías tomadas del portal Cartografías de Bogotá, http://cartografia.bogotaendocumentos.com Aerofotografías de 1930, 1938, 1950, 1956, 1967 y 1972. (IGAC). Cartografía oficial disponible en el portal de datos abiertos de IDECA https://www.ideca.gov.co/recursos/glosario/datos-abiertos Las fuentes documentales se citan a lo largo del texto.

10 Sector cercano al centro histórico de Bogotá en el que en los años 20 fue habitado por población pobre y en condiciones insalubres.

Notas de autor

a Autora de correspondencia. Correo electrónico: angelicapcamargos@yahoo.com

Información adicional

Cómo citar este artículo:: Camargo Sierra, A. P. (2022). Inmovilidad residencial en áreas pericentrales urbanas en transformación: la zona del Restrepo en Bogotá. Cuadernos de Vivienda y Urbanismo, 15. https://doi.org/10.11144/Javeriana.cvu15.irap

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