Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, y Universidad Autónoma de Barcelona, España
El uso del potencial del
The use of the potential of big data presents challenges for the management of cities, especially when intelligent systems are introduced in the mobility system, which affect the lives and movements of people in cities. The objective of this analysis is to evaluate the intelligent urban mobility systems of the city of Rio de Janeiro. The methodology is based on the recognition of data from mobility applications, added to data from the metro, tram and shared bicycle systems, which allow the identification of the different intelligent systems and their spatiality in the city territory. The result reveals that there is a selective spatiality of intelligent mobility systems in Rio de Janeiro, which privileges some neighborhoods, according to criteria that do not correspond to the demands of the population, and shows the need to break with the exclusionary historical pattern of mobility.
O uso do potencial do big data apresenta desafios para a gestão das cidades, principalmente quando são introduzidos sistemas inteligentes no sistema de mobilidade, que afetam a vida e os deslocamentos das pessoas nas cidades. O objetivo da presente análise é avaliar os sistemas inteligentes de mobilidade urbana da cidade do Rio de Janeiro. A metodologia baseia-se reconhecimento de dados das aplicações de mobilidade, somados aos dados do sistema de metrô, bonde e bicicletas compartilhadas, que permitem identificar os diferentes sistemas inteligentes e sua espacialidade no território da cidade. O resultado revela que há uma espacialidade seletiva dos sistemas inteligentes de mobilidade no Rio de Janeiro, que privilegia a alguns bairros, segundo critérios que não correspondem às demandas da população, e mostra a necessidade de romper com o padrão histórico excludente de mobilidade.
Según Naciones Unidas (
desde el momento en el que la ciudadanía empieza a tener acceso a internet, comienza la navegación, las descargas y las visualizaciones de contenidos que van conformando un tejido digital que permite conocer las necesidades, usos y gustos de los usuarios.
Así, la información se convierte en un poderoso instrumento para gestionar los problemas y para dar soluciones supuestamente supeditadas a las necesidades (
De hecho, los sistemas inteligentes han hecho contribuciones importantes que permiten mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, por ejemplo, ayudando a reducir de la polución del aire, o facilitando los desplazamientos en las ciudades bajo conceptos de sostenibilidad, igualdad y equidad (
Para desvelar la hipótesis, metodológicamente, el punto de partida fue el cruce de datos. En primer lugar, se identificaron en el App Store de Google de las aplicaciones de movilidad urbana para la ciudad de Río de Janeiro. A continuación, se hizo una investigación en campo, donde se reconocieron los diferentes servicios inteligentes implementados en el metro y el tranvía. A esta actividad se sumó una encuesta en línea dirigida a las empresas que gestionan dichos sistemas. Con respecto a las bicicletas compartidas, se hizo un levantamiento de la ubicación de las estaciones, para analizar su espacialidad en el territorio de la ciudad. La presente investigación es el resultado del proyecto de investigación “Desigualdades territoriales y servicios públicos: el estado de Río de Janeiro en el contexto de las ciudades inteligentes”, financiado por FAPERJ; en el cual se cuestiona la incorporación del concepto de
Frente a los desafíos planteados por la urbanización de la ciudad, desde hace años se está orientando la movilidad urbana a lo que se entiende como movilidad inteligente, la cual utiliza potencialidades de tecnologías informacionales y valoriza el servicio público colectivo frente al privado e individual, así como el transporte activo, que es transporte no motorizado frente al motorizado (
En los últimos años, algunas ciudades alrededor del mundo han adoptado el discurso de la inteligencia digital para desarrollar prácticas de gobernanza, recalificar servicios públicos y promover una nueva experiencia urbana y ciudadana. Las ciudades de países desarrollados toman la delantera en este proceso: Barcelona, Londres, Nueva York, aunque en los últimos diez años este discurso también ha sido incorporado en ciudades de países como Brasil, México, Argentina (
Con respecto a la movilidad urbana, para hacer frente al modelo de transporte motorizado, que provoca congestión y produce elevados grados de polución, se propone un servicio (
La incorporación de tecnologías inteligentes en la movilidad urbana permite que datos recolectados por sensores o GPS pueden informar sobre la llegada y partida del transporte, ahorrando tiempo de los usuarios (
Sumado a esto, los modales de transporte compartido permiten la reducción de la congestión, mejoran la calidad del aire en regiones con un uso frecuente de transportes motorizados, estimula un nuevo estilo de vida y facilita el desplazamiento, sobre todo en la última milla de recorrido, como es el caso de las bicicletas compartidas (
Tomaszewska y Florea (
Integrar sistemas inteligentes a partir de la combinación de datos y tecnologías a los sistemas de movilidad urbana (motorizados o no motorizados) facilita los desplazamientos y el uso de los distintos modos de transporte, produciendo una mejor experiencia al usuario, y también contribuyen con el medio ambiente. Sin embargo, no todas las ciudades alrededor del mundo tienen la misma capacidad de introducir estos servicios, razón por la cual se presentan diferencias espaciales entre los sistemas introducidos, bien sea por cuestiones políticas o por la desigualdad social.
Las ciudades latinoamericanas afrontan retos y desafíos como resultado de los problemas causados por el acelerado proceso de urbanización. La movilidad es uno de los muchos problemas que afecta a las ciudades de esta parte del mundo, sobre todo las metrópolis, donde se concentran millones de personas, como el caso de Ciudad de México, São Paulo, Río de Janeiro, Buenos Aires, Lima, entre otros (
Según datos de Moovit y TomTom (
Estas ciudades tienen una dimensión territorial y una población amplia, con regiones metropolitanas muy grandes y con mucha presión sobre los sistemas públicos de transporte. La débil infraestructura de estos sistemas se encuentra afectada por el conflicto de intereses entre las empresas que actúan en el sector del transporte público, contribuyendo a la reproducción de la precariedad, que penaliza a los más pobres, pues en muchos sectores de la ciudad son atendidos de manera desigual (
En Brasil, según informe del Sistema de Información de Movilidad Urbana de la Agencia Nacional de Transportes Públicos (
Río de Janeiro es la segunda ciudad de Brasil con más extensión y población. Tiene más de 6 millones de habitantes y una región metropolitana que llega a más de 12 millones de personas (
Según datos de Moovit, para la ciudad de Río de Janeiro el tiempo promedio de desplazamientos en una dirección (casa-trabajo) entre 2019 y 2020 fue de 67 minutos. Esto quiere decir que, si se considera un traslado casa-trabajo-casa, el tiempo promedio es de 134 minutos. Es decir, muchas personas tardan más de 2 horas a diario en desplazamientos, lo cual se traduce en menos tiempo de ocio, mayor estrés, peor calidad de vida, como consecuencia del débil sistema de movilidad (
En 2020, durante las restricciones por la pandemia de la Covid-19 no hubo una reducción del tiempo de desplazamiento, a pesar de que sí bajó el nivel de congestión que, según datos de TomTom, en 2019 era de un 46 % y en 2020 pasó a un 32 %. Este hecho es el resultado de la débil infraestructura del servicio de transporte público, que afecta a las personas con ingresos bajos, quienes son también las que viven más distantes de sus trabajos, y las que más usan el sistema público de transporte (
Según datos del Instituto Pereira Passos, el medio de transporte público más usado es el autobús, seguido del metro y el tranvía. Llama la atención que, a pesar de su gran capacidad, el metro y el tren son los medios de transporte que menos usuarios transportan, en comparación con los autobuses, algo que también se identificó en la investigación de Matela (
La movilidad urbana en Río de Janeiro muestra un estado de caos, generado por las desigualdades sociales y atravesado por las relaciones políticas y empresariales (
Para cambiar el estado de la movilidad en la ciudad, desde hace unos años se están introduciendo sistemas inteligentes, para sacar provecho de estas infraestructuras y así aportar a la movilidad, mejorando el servicio al usuario. Por ello resulta importante reflexionar sobre estos sistemas, para saber de qué forma pueden contribuir a mejorar la realidad de la ciudad de Río de Janeiro.
El punto de partida de este proyecto fue la identificación en el App Store de Google de las aplicaciones de movilidad urbana disponibles para la ciudad de Río de Janeiro, y que suministran información sobre el metro, el tranvía y el Bike Rio. Por medio de la investigación en campo, se identificaron los diferentes servicios inteligentes implementados en el metro y el tranvía, información que fue complementada por medio de una encuesta en línea dirigida a las empresas que administran dichos sistemas de movilidad. Sobre las bicicletas compartidas, se hizo el levantamiento de la ubicación de las estaciones, para facilitar el análisis. Así, con el cruce de los datos recolectados en la investigación y los datos de la población, por zonas, se realizaron representaciones gráficas que permiten observar la espacialidad de esta tecnología para los medios considerados, tomando en cuenta las particularidades del territorio en la ciudad de Río de Janeiro.
El resultado de la investigación demuestra que la ciudad de Río de Janeiro cuenta con distintos sistemas inteligentes de movilidad urbana, desde aplicaciones donde es posible obtener información en tiempo real sobre los desplazamientos, situación de un autobús o disponibilidad de bicicletas en las estaciones, además de paneles informativos que mantienen informados al usuario sobre el tiempo de llegada del metro o tranvía a una estación y sobre cómo obtener las tarjetas inteligentes que facilitan el pago para acceder a los diferentes sistemas. Sin embargo, se cuestiona la ubicación de esta tecnología, porque se observa que existe una selectividad espacial que prioriza unas zonas en detrimento de otras, como se verá más adelante.
Las aplicaciones móviles (
Las aplicaciones analizadas están orientadas al servicio de transporte colectivo de gran capacidad, con algunas que brindan información sobre otros medios de movilidad compartida. Dichas aplicaciones muestran información en tiempo real y le permiten elegir al usuario la mejor ruta respecto a tiempo de espera y de desplazamiento, e incluso de accidentes, etc.
Desafortunadamente, las aplicaciones son la única forma de acceder a información en tiempo real respecto a los autobuses, porque no existen paneles informativos en las paradas de los autobuses, ni dentro de los vehículos, por lo que el transporte más generalizado en los desplazamientos en Río de Janeiro no dispone de sistemas inteligentes que le proporcionen al usuario mayor confiabilidad, si este no hace uso de estas aplicaciones.
El metro tiene tres líneas que seccionan la ciudad desde la zona norte, centro, sur y oeste. Sin embargo, la red de metro no cubre todo el territorio y presenta un alto déficit de accesibilidad en zonas con mayor número de población. En la
En metro, además de acceder a información por medio de aplicaciones, hay otros sistemas inteligentes implantados en partes de la red. Hay sistemas que se utilizan para el pago de la tarifa, en máquinas para venta y recarga de tarjetas que funcionan por medio del sistema ATM (Automatic Teller Machine). En otros dispositivos instalados en las estaciones es posible cargar la tarjeta inteligente RioCard, que permite utilizar distintos tipos de transporte. Otro sistema inteligente disponible es el NFC (Near Field Communication), ubicado en los torniquetes, que permite pagar el pasaje gracias a una tarjeta bancaria de contacto, sin necesidad de adquirir una distinta. Dichos sistemas están en todas las estaciones de las tres líneas de la red de metro. De otra parte, los paneles informativos, que también son dispositivos inteligentes, solamente están en las líneas 1 y 4, haciendo que estas tengan acceso a todos los sistemas inteligentes disponibles en este medio.
Sin embargo, hoy se apuesta por sistemas inteligentes de tipo Machine Learning y Deep Learning, pues permiten “predecir cuándo un dispositivo causará problemas y también el tiempo de viaje, analizar el fraude de tarjetas en el sistema, y la retroalimentación de clientes de MetroRio en redes sociales, etc.”.
El tranvía de Río de Janeiro, llamado VLT Carioca (del portugués,
De los servicios inteligentes disponibles directamente para los usuarios, el tranvía cuenta con el sistema ATM de compra y recarga de tarjetas RioCard para acceder al mismo, las cuales son validadas al interior del tranvía, porque no existen torniquetes. Además, en el andén y dentro del tranvía el usuario puede consultar el tiempo en que un tren llegará a determinado punto, información que se presenta en paneles informativos que hacen que el cliente tenga una mejor experiencia.
Como es un medio de transporte que actúa solamente en una parte de la ciudad, es el que mejor uso le ha dado a los sistemas inteligentes. Sin embargo, el acceso a este se realiza solamente por medio de las tarjetas inteligentes que facilitan la integración con otros medios, aunque si uno desea utilizar solamente el tranvía y no tiene la tarjeta, no es posible acceder a este transporte, porque el sistema no tiene una tarjeta propia, diferente del sistema de metro o autobús.
Las bicicletas compartidas como modelo de transporte están siendo implementadas en Río de Janeiro desde hace poco más de una década, y se están expandiendo sobre la ciudad, aunque de forma selectiva en puntos centrales, turísticos y de población de clase media (
Por medio de una aplicación propia de Tembici, el usuario puede retirar o aparcar una bicicleta en una estación. En estas estaciones, el sistema está interconectado por GPS y se alimenta por paneles solares, lo cual le da valor al uso de energías sostenibles. A pesar de fomentar el estilo de vida más saludable y facilitar la movilidad, el sistema tiene una espacialidad en el conjunto de la ciudad bastante concentrada y selectiva, que reproduce la desigualdad social, pues se observa que gran parte de la ciudad no dispone de ese servicio, especialmente en aquellas zonas con mayor concentración de población con bajos ingresos.
Nadie duda que las bicicletas compartidas permiten a las personas de distintas clases sociales los desplazamientos de última milla para distintas actividades, bien sean de trabajo u ocio. Pero la selectividad del sistema en partes de la ciudad limita el uso a un grupo de la población, ya que solamente quien trabaja, reside o está de turismo en algunas partes de la ciudad puede tener acceso a este servicio. Recientemente, se observó también un cambio de uso de las bicicletas compartidas, pues tradicionalmente han sido utilizadas para desplazamientos de última milla y ocio y hoy en día sirven también para entregadores de farmacias, restaurantes y de aplicaciones como Ifood y Uber Eats. Incluso hay planes de pago mensual específicos para estos usuarios, mientras que los turistas extranjeros pueden acceder al sistema por medio de una tarjeta inteligente que se puede adquirir en tiendas en distintas partes de la ciudad.
La movilidad urbana en Río de Janeiro afecta a los ciudadanos en sus tiempos de desplazamiento, limitando la calidad de vida, sobre todo de aquellas personas que viven lejos del centro o de la zona sur. Como segunda ciudad del país, Río de Janeiro presenta deficiencias en temas de movilidad urbana, asociadas al proceso histórico de planeación del espacio y de formación territorial por desigualdades socioeconómicas. El resultado de esto es la existencia de unas zonas con mejores condiciones de movilidad que otras, en las cuales se implementa mayor infraestructura tecnológica en las vías y hasta en los medios de transporte, evidenciando una clara selectividad espacial.
Respecto a las aplicaciones móviles, aunque brinden información sobre medios masivos de toda la ciudad, para la mayoría de la población solo sirven para acceder a información sobre autobuses, porque las redes de metro, tranvía o bicicletas compartidas no están equitativamente distribuidas. Los sistemas inteligentes están en mayor concentración en las líneas 01 y 04, que son aquellas que cruzan barrios de clase media, la zona turística y los centros financieros y comerciales ubicados en las zonas central, sur y oeste de la ciudad. Es necesario anotar que se trata de una red amplia, que atiende a diferentes barrios gestionados por una misma empresa, y se supone que la introducción de sistemas inteligentes debería ocurrir en toda la red, ¡pero eso no ocurre! La línea 02 solo dispone de sistemas inteligentes de pago automático y compra de tarjetas.
El tranvía implementó sistemas inteligentes orientados a los usuarios en el conjunto de sus redes, con paneles informativos, aplicaciones o sistemas inteligentes para el pago de la tarifa. Por esta razón, este medio produce una mejor experiencia en el usuario, lo cual se traduce en el crecimiento de los usuarios con el paso de los años. Sin embargo, al ser un sistema pensado exclusivamente para la zona central de la ciudad, no es posible compararlo en la totalidad del territorio. Sin embargo, la necesidad de avanzar en sistemas de tranvía en otras partes de la ciudad, para diversificar la oferta de transporte en las distintas áreas, es indispensable.
Las bicicletas compartidas implementaron también los sistemas inteligentes, bien sea para identificar una estación de aparcamiento o para facilitar su uso dentro de la oferta de transporte del sistema. Estas facilitan el uso para diferentes actividades de ocio o de desplazamiento en la última milla, sobre todo si las consideramos para el desplazamiento desde una parada de autobús, tren o metro hacia el trabajo o de regreso a casa. Sin embargo, para las zonas más periféricas no se puede utilizar este servicio para el acercamiento en la residencia. Por otro lado, las bicicletas compartidas demuestran ser un elemento importante para el sistema de transporte, pero su ubicación en la ciudad es exclusiva, lo cual refuerza la desigualdad territorial, tan marcada en el territorio.
Finalmente, existe una fuerte desigualdad de los sistemas inteligentes de movilidad , pues al parecer, las condiciones sociales, territoriales, económicas y de infraestructura de los distintos barrios de la ciudad son factores determinantes para la movilidad urbana inteligente.
Río de Janeiro necesita avanzar en políticas públicas que mejoren las condiciones de movilidad urbana y que faciliten la vida de los usuarios, dado que una reducción en el tiempo de desplazamientos para las rutas de los distintos barrios, y su planificación, mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Eso sería posible con la ampliación de redes de medios como el metro y el tranvía, así como también con la ampliación de sistemas de bicicletas compartidas, para que los usuarios puedan utilizarlas en distintos puntos de la ciudad. Esto exige orientar la política de movilidad urbana según los principios de igualdad y equidad, tal y como están definidos en el plan de movilidad urbana, en el que todos los ciudadanos puedan elegir diferentes modalidades de transporte en los diferentes sectores de la ciudad. Para ello, es necesario romper con la selectividad que presentan las políticas públicas, en general, y en especial las políticas de movilidad urbana; por eso, es urgente establecer mejores condiciones desde esa perspectiva para la ciudad de Río de Janeiro.
Artículo de investigación científica