Una de las principales dificultades que tienen pequeños y medianos productores en Colombia y México es el acceso a mercados favorables. Atendiendo a esta problemática, distintos actores han generado estrategias de comercialización para recuperar espacios físicos y simbólicos que expresan demandas y reivindicaciones asociadas a la producción, la distribución y el consumo de alimentos locales. A partir de técnicas de investigación cualitativa, estudiamos mecanismos utilizados por cuatro mercados locales alternativos de estos dos países para diferenciar su producción, así como los sujetos involucrados; los resultados muestran las virtudes, las tensiones y los retos que suscitan los procesos de certificación.
One of the main difficulties for medium- and small-sized food producers both in Colombia and Mexico is the access to favorable markets. Due to this problem, different actors have produced marketing strategies intended to recover the physical and symbolic spaces expressing both the demands and claims related to the production, distribution and consumption of local food. Based on qualitative research techniques, we studied the mechanisms used by four alternative local markets in these two countries, in order to differentiate their production as well as the subjects involved. The results show the benefits, tensions and challenges stemming from the certification processes.
Los mercados locales alternativos (Goodman, Goodman y Dupuis, 2012) surgidos en las últimas dos décadas en ciudades latinoamericanas se caracterizan por la posibilidad de consolidar espacios de intercambio favorables para productores, transformadores, intermediarios y consumidores. Se les denomina
Estos mercados cuestionan las lógicas del sistema agroalimentario convencional globalizado y recuperan espacios locales (
En estos espacios se expresan demandas, reivindicaciones y disputas más amplias que convergen en discursos y formas de incidencia política a nivel local en torno al campesinado y al sistema agroalimentario hegemónico —y su propuesta de alimentación—; dichas expresiones retoman nociones de justicia, solidaridad, confianza, respeto y reciprocidad, las cuales se definen a partir de su integración en las relaciones sociales y estimulan el reconocimiento de la otra persona como parte esencial de la transformación de la política, la economía y la sociedad (
A partir de información recabada en cuatro mercados locales de México y Colombia, nos enfocamos en aquellos procesos de certificación (PdC) cuyos mecanismos inciden en las prácticas productivas —al promover la eliminación de insumos tóxicos para la salud y el medio ambiente— y transforman las prácticas organizativas, de distribución y de consumo, con el objetivo de analizar los mecanismos diseñados para su implementación, así como los efectos y las posturas que generan en las prácticas de producción, distribución y consumo que dinamizan sus participantes.
Mientras los PdC promovidos por agencias privilegian canales de comercialización convencionales —incluyendo la exportación de productos orgánicos—, los PdC implementados en los mercados analizados promueven los intercambios directos (
Aun dentro de los mercados locales alternativos, entendemos que los PdC generan posturas diversas a raíz de sus antecedentes, los actores que los promueven, las consecuencias y los beneficios que traen y, sobre todo, por la lógica a partir de la cual se implementan (
De allí que en el análisis sea necesario identificar y diferenciar la producción y circulación de
Ubicamos las experiencias analizadas dentro de la segunda categoría, en la medida que su emergencia y consolidación parte de una fuerte crítica a los sistemas agroalimentarios convencionales y de la necesidad de incorporar principios de justicia, solidaridad y respeto dentro de cada una de las etapas del proceso productivo. En ese sentido, los mecanismos de certificación diseñados por este tipo de mercados se han convertido en una oportunidad para reconstruir el vínculo entre la producción y el consumo, así como para reconfigurar las relaciones sociales basadas en la confianza, por lo que se generan escenarios favorables —aun sin estar libres de tensiones y contradicciones— para pequeños y medianos productores en términos sociales, políticos y económicos.
Este artículo se divide en dos partes: en la primera, se presenta la perspectiva analítica y metodológica y se contextualizan y caracterizan los mercados analizados; en la segunda, se discuten los resultados más relevantes, enfocados en la forma en que se abordan los PdC, a fin de contrastar las posturas que estos mecanismos inauguran y refuerzan a partir de la experiencia de los sujetos que participaron de la investigación.
La consolidación de espacios alternativos para la comercialización, la distribución y el consumo de alimentos constituye un referente para la transformación de los sistemas agroalimentarios en la medida en que dichos espacios expresan demandas y visibilizan las luchas y reivindicaciones de sus participantes (
Un elemento diferenciador de la forma en que se consolidan las relaciones dentro de los mercados alternativos locales tiene que ver con las lógicas y los cuestionamientos que plantean sus participantes frente al mercado capitalista, pues la “principal diferencia entre los mercados locales y el sistema de mercado es que los primeros fomentan las relaciones sociales, mientras que el mercado capitalista disuelve los lazos de dependencia entre los miembros de una comunidad y fomenta el individualismo” (
Al mismo tiempo, su emergencia permite el fortalecimiento de redes de intercambio comercial, de saberes y de información en diferentes niveles —local, regional, nacional o mundial— que posibilitan estrategias y fortalecen procesos complementarios para sus participantes, como escuelas campesinas, finanzas solidarias y relevo y complementariedad generacional y de género, entre otros (
supone demostrar que las relaciones sociales establecidas por la economía
de mercado son tan solo una opción histórica para la construcción del orden y
la sociabilidad humana, y que por tanto han existido y podrían existir formas
alternativas de organización social. (
Por esta razón, explorar las diferencias entre los mecanismos que integran los PdC en diversos espacios de comercialización e intercambio alternativos requiere conocer el tipo de prácticas productivas y organizativas, además de las relaciones de intercambio que se construyen y el tipo de mercados que se generan (
Sin embargo, las alternativas planteadas pueden ser integradas dentro de la producción convencional, como se observa en la inclusión de productos con certificados de producción orgánica —o de mercado justo— dentro de canales convencionales. Lo anterior se traduce en un aumento de la oferta de productos certificados que, lejos de desafiar o cuestionar las estructuras convencionales a nivel productivo, organizativo o de comercialización (
Al respecto, la emergencia de espacios locales de comercialización sin vínculos territoriales puede ser interpretada como procesos de convencionalización “en los que los proyectos no sean sino la ampliación y recreación de nichos de mercado hacia consumidores ‘alternativos’” (
Ante este fenómeno, una virtud de este tipo de mercados es la recuperación del sentido político de lo local, en la medida en que este carácter aporta elementos para la consolidación de procesos que no se agotan en la adjetivación de los productos y los espacios de comercialización, sino que plantean alternativas y estrategias de producción, circulación y consumo que permiten identificar las formas en las que se confrontan los “valores hegemónicos de la ética del mercado, poniendo en práctica valores alternativos” (
En ese sentido, analizar estos espacios de manera situada, es decir, “considerando que los mismos ocurren en contextos históricos y espaciales específicos y están protagonizados por una constelación plural y diversa de grupos, sujetos, organizaciones y movimientos […] que resisten colectivamente de manera más o menos consciente, más o menos defensiva, los efectos devastadores de las distintas crisis” (
Lo anterior supone que un mismo fenómeno puede ser muy diferente según la historicidad de los sujetos que lo dinamizan (
Considerando sus particularidades, la consolidación de cada experiencia puede ser interpretada como una conquista espacial y simbólica en la que las formas de poder hegemónicas son confrontadas en diferentes contextos y dan lugar a demandas que se convierten en discursos políticos y formas de incidencia más contundentes, como puede ser su participación en la formulación de políticas públicas, leyes, reconocimiento político, entre otras (
Los factores que inciden en la configuración de estos mercados son diversos y responden a las realidades micro y macrosociales, que, sin necesidad de ser evidentes para sus participantes, determinan sus estrategias y la construcción de nuevas identidades sociales y políticas (
A partir de las luchas y reivindicaciones planteadas desde los mercados, las prácticas que dinamizan sus participantes comienzan a fortalecer diversas formas de hacer y pensar la economía, de consolidar economías que vayan más allá de lo estrictamente económico al dotar de otro sentido a las acciones cotidianas individuales (
Adicionalmente, el tipo de vínculos y formas de participación en redes y procesos complementarios afianza relaciones sociales en las que los participantes tienen la capacidad de decidir y de autoorganizarse y contribuye con procesos que se estimulan de abajo hacia arriba a partir de intereses y necesidades locales que logran trascender a escalas más amplias (
Las relaciones, las articulaciones y los vínculos que identificamos en los mercados se ponen en juego en los PdC, que sirven para ejemplificar la incidencia de los factores externos en la construcción de un territorio, el sentido que le otorgan sus participantes y las escalas más amplias que involucran, ya sea de manera activa o como formas de adaptación frente a los procesos y las tendencias que los interpelan.
Al tratarse del estudio de un fenómeno contemporáneo, así como por el tipo de indicadores y unidades de análisis que se definieron (
Las unidades de análisis que delimitan cada uno de los casos se definieron a partir de la participación de los sujetos dentro de los mercados locales seleccionados, así como de los vínculos o procesos complementarios que generan con redes y procesos externos, que dan cuenta de articulaciones más amplias. Como categorías de análisis, definimos las prácticas organizativas, productivas y de comercialización e intercambio, además de los apoyos y las alianzas que articulan los mercados seleccionados. Estas categorías están integradas por indicadores que exploran algunas de las relaciones, estrategias, sentidos y dinámicas en diferentes niveles, tanto a nivel de mercado, en las relaciones con actores externos, como individual, en las prácticas y decisiones que se toman dentro de la unidad de producción.
Prácticas
organizativas
Tipo de organización
·
Fortalecimiento/estructura organizativa
·
Formas de participación
Prácticas productivas
Tipo de producción/productor
· Diversificación y transformación de
productos
· Vínculos con la comercialización Procesos en los que participa
Prácticas de
comercialización e intercambio
Tipo de intermediación
·
Espacios de comercialización complementarios
·
Mecanismos de fijación de precios
Apoyos y alianzas
·Formas de apoyo y participación
· Tipo de proyectos y programas
· Tipos y duración de los apoyos
Durante las etapas de la investigación, se privilegió el uso de herramientas y estrategias
cualitativas, y, en menor medida, de información cuantitativa, para comprender
los contextos más amplios en los que se ubican los mercados y las redes en las
que participan (
Mercado de Productos Naturales Macuilli
Teotzin
San Luis Potosí
Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos
Tianguis Alternativo de Puebla
Puebla
Mercados Campesinos
Bogotá
Mercados Campesinos
Agrosolidaria
Bogotá (Engativá)
Agrosolidaria
En cada una de las etapas, se utilizaron fuentes de información secundarias, entre las que sobresalen los censos y las encuestas agrícolas presentados por instituciones oficiales de cada país, los marcos legales que abordan temas relacionados con los PdC, así como investigaciones académicas, informes y reportes de diversas organizaciones (
La información se recabó entre abril y agosto de 2016, en Colombia, y entre marzo y julio de 2017, en México, luego de haber realizado salidas exploratorias en las que se identificaron las experiencias que integran esta investigación. Estas salidas permitieron identificar los roles de quienes participan de estos mercados: productores, consumidores, intermediarios, promotores, organizaciones de apoyo-actores externos, a partir de los cuales se diseñaron las herramientas metodológicas.
Este diseño metodológico permitió evidenciar elementos comunes expresados de maneras diversas por los participantes, teniendo en cuenta que los mercados analizados son singulares no solo por la especificidad de su contexto, sino también por el tipo de actores que se involucran en los diferentes procesos que vienen dinamizando.
Los mercados analizados en este trabajo se caracterizan por plantear alternativas a problemáticas que enfrentan pequeños y medianos productores. Dentro de sus planteamientos, uno de los temas centrales es la incorporación de mecanismos para certificar los procesos de producción, de manera tal que garanticen la calidad de los productos y permitan su diferenciación frente al mercado. Las distintas posturas que estos procesos han ido generando en los participantes varían de acuerdo con sus trayectorias, contextos y el tipo de personas involucradas en cada uno de ellos.
Los mercados analizados en México, el Mercado de Productos Naturales Macuilli Teotzin, ubicado en la ciudad de San Luis Potosí (centro del país), y el Tianguis Alternativo de Puebla (la palabra
Los avances en estos procesos fueron retomados por instancias oficiales, con el ánimo de integrar este tipo de certificaciones dentro del marco legal —ley de producción orgánica de 2006 y lineamientos a la ley de producción orgánica de 2013—, lo que puede interpretarse en el contexto del crecimiento de la agricultura orgánica en el país y de la participación de pequeños y medianos productores (
A partir del trabajo que realizó la red y del interés de algunos productores y promotores por afianzar los PdC de acuerdo con lo estipulado en el marco legal, el Macuilli Teotzin se convirtió en el primer mercado en todo el país con la facultad de otorgar certificados de producción orgánica a través de PdC participativa, reconocimiento que lograron en marzo de 2018.
Por otro lado, el Alternativo de Puebla ha diseñado uno de los PdC más reconocidos a nivel nacional sin que dentro de sus prioridades esté la validación por parte de las instancias oficiales; sin embargo, la posibilidad de validar su PdC ante las instituciones oficiales es un tema que se discute entre sus participantes. Hace más de diez años, el Alternativo de Puebla viene consolidando un comité de certificación integrado por los participantes del mercado, quienes, con el paso del tiempo y de manera autónoma, han perfeccionado sus propios indicadores, lineamientos y recomendaciones para la producción. Al mismo tiempo, han diseñado estrategias para acercarse a los consumidores por medio de talleres, charlas y espacios de diálogo.
Por otro lado, el primer caso que abordamos en Colombia, denominado por sus participantes como Mercados Campesinos, ha sido una de las experiencias más exitosas de organización campesina y está conformada por nueve organizaciones campesinas de la región central del país —Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta (
Este proceso se transformó en 2016, a raíz del cambio de autoridades locales en la capital y de la posterior terminación de los acuerdos y permisos. Pese a ello, las organizaciones campesinas continúan fortaleciendo procesos organizativos, productivos y de comercialización en las regiones en donde se ubican los productores. Al mismo tiempo, diseñaron estrategias complementarias que han permitido en algunos casos dar continuidad al trabajo que venían desarrollando (mercados locales en zonas rurales, escuelas campesinas o encuentros regionales entre productores).
El segundo caso, la Confederación Agrosolidaria, es un modelo de organización socioeconómica que desde 1994 integra familias agricultoras y prosumidoras —término que incluye simultáneamente prácticas de consumo y producción— urbanas y rurales y que se viene fortaleciendo a partir de procesos organizativos locales en diferentes regiones. Con sede en el departamento de Boyacá (centro-oriente del país), para 2014 Agrosolidaria tenía presencia en más de 18 departamentos del país y más de 32.000 familias asociadas. Esta iniciativa integra, dentro de sus intereses y objetivos, diversos procesos complementarios, entre los que sobresalen las finanzas solidarias y los grupos asociativos de producción, distribución, transformación y consumo de alimentos.
La propuesta metodológica y de organización de Agrosolidaria se basa en procesos colectivos caracterizados por la autonomía, la descentralización, la interdependencia, la equidad y la complementariedad, el relevo generacional y la gestión asociada. Estos pilares se configuran a partir de una estructura organizacional horizontal que comienza con las unidades socioeconómicas familiares conformadas por grupos asociativos en torno a financiación, producción, transformación, distribución y consumo, los cuales a su vez conforman las seccionales, que se agrupan a nivel regional en federaciones, y a nivel nacional, en una confederación.
En síntesis, a diferencia de México, en Colombia no identificamos un actor que articule experiencias en torno a los PdC a nivel nacional. Sin embargo, las redes a las que se integran los mercados seleccionados en los dos países han priorizado la sustitución de insumos tóxicos, la transición agroecológica, el intercambio de saberes y la búsqueda de canales de comercialización alternativos para mejorar las condiciones de acceso y el tipo de vínculos con los productores.
En la
Universidad
Autónoma de San Luis Potosí Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación Servicio
Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria Comité
de Interlocución Campesina y Comuna Instituto Latinoamericano para una Sociedad y Derecho Alternativos Secretaria de Desarrollo Económico Universidad Nacional de Colombia Red de
Mercados Alternativos de Bogotá Región
Mercado de Productos Naturales Macuilli Teotzin
2011
Cuatro zonas del estado: el Altiplano, la
Huasteca, la Zona Media y la Zona Centro
Una
vez al mes
Tienda Casa Garambullo, SLP; mercado local Matehuala,
SLP
28 transformadores (panes, salsas,
conservas, jabones, licores, platillos típicos); un artesano, y 4 productores
(hortalizas, frutas de temporada, café, miel, tortillas)
UASLP1
· Sagarpa2 Senasica3 Productores Promotores Consumidores
2007
Puebla, Cholula, Guerrero, Estado de México, Morelos, Hidalgo
Sábados
Mercados locales cercanos
20 transformadores y
otros (panes, salsas, quesos, jabones, platillos típicos) y 7
productores (hortalizas, frutas de temporada, café,
miel, huevos, tortillas)
· Productores
· Promotores
· Consumidores
· Sembrarte A. C.
2007-2016
Región central de Colombia
Cada
15 días (2007-2016)
Mercados
locales en cada región
15 transformadores y otros (quesos, postres, embutidos, platillos
típicos) y 12 productores (hortalizas, frutas, papa, carne,
pollo)
· Oxfam
· CICC4
· ILSA5
· SDE6
· UNAL7
2013
Productores
de la zona rural de Bogotá y las seccionales de Agrosolidaria
Intermitente
Tienda virtual: www.agrosolidariaengativa.org
15 transformadores y
otros (embutidos,
· Confederación Agrosolidaria Fundación Semillas
· RMABR8
Frente a una problemática en común, el acceso a mercados favorables, los mercados locales alternativos analizados han implementado distintas estrategias y mecanismos de participación en torno a los PdC, lo cual incide en el tipo de relaciones que reproducen y, por tanto, en el tipo de mercado que recrean.
Uno de los objetivos principales de los PdC es garantizar la calidad de los productos, objetivo que se refuerza mediante las relaciones de confianza y de cercanía construidas entre productores y consumidores. Estos mercados expresan aspectos culturales, étnicos e identitarios de sus protagonistas, que se aprecian en sus formas de relacionarse y en el tipo de información, preocupaciones y alegrías compartidas entre los participantes, lo cual muestra que lo económico es tan solo una de sus virtudes. Para muchos de los protagonistas de estas experiencias, los vínculos que mantienen son los que dotan de sentidos a estos espacios: “Es necesario mantener y recuperar esa relación fraterna, esa armonía, entre el que compra y el que produce los alimentos, porque si se rompió esa relación, nos aislaron y todo se convierte en capital” (líder campesina de Mercados Campesinos, comunicación personal, julio de 2016).
En ese sentido, los PdC que implementan estos mercados pueden ser interpretados como una estrategia que refleja los sentidos, las identidades y los motivos presentes en cada contexto, así como las formas en que se relacionan sus participantes, que permiten afianzar vínculos y proyectos en común. De allí se desprende que, además de garantizar la calidad de los productos, este tipo de PdC implementa mecanismos que buscan reconocer, antes que validar, el esfuerzo, la dedicación, el tiempo y la pasión con la que se produce (
Tomando como
referencia la ley de producción orgánica de 2006
Diseñada
colectivamente a partir de las características de los participantes
Existen
esfuerzos incipientes para la formalización de este tipo de procesos; se
concibe como un elemento importante
Etiquetas
de producción orgánica avaladas por instancias oficiales
Los
productores diseñan etiquetas en las que resaltan las características de sus
productos (origen, tipo de insumos y propiedades)
Remiten a la
etapa en la que se ubica cada productor: orgánico, agroecológico, en
transición o convencional; generalmente existe un distintivo en el espacio de
cada productor
Es
común que productores que han implementado PdC en
mercados similares puedan participar en estos y viceversa
Es un componente
principal para realizar intercambios, ya que no todos los consumidores se
guían por la etiquetas
Existen
procesos complementarios que permiten el intercambio de saberes, pero no es
un eje central
Las
formas organizativas en las que participan desarrollan procesos que promueven
espacios de aprendizaje y transición agroecológica entre productores
Visitas a las
unidades de producción (días de campo o visitas programadas); videos, fotos,
relatos; talleres, y charlas que abordan temas vinculados con cada proceso
El caso del Macuilli Teotzin se diferencia del resto por el tipo de relación que ha entablado con instituciones oficiales y por los efectos que esta puede tener en el largo plazo frente a la participación de nuevos productores y consumidores. Para algunos de sus participantes, este tipo de vínculos representa un logro y una oportunidad de acceder a otro tipo de mercados, mientras que para otros se trata de la implementación de mecanismos de control que no favorecen a pequeños y medianos productores, pues generan desconfianza frente a quienes no logran obtener la certificación. Además, se trata de PdC diseñados para certificar hortalizas, frutales, café y miel, por lo que se deja de lado la amplia oferta de productos transformados, que exige otro tipo de mecanismos de certificación, lo que da lugar a desigualdades entre los participantes.
Entre otros mecanismos de certificación diseñados por los mercados estudiados, sobresalen los sellos, las etiquetas y las categorías, a través de los cuales se resaltan las características de los productos y los productores, mecanismos que también sirven para motivar diálogos y relaciones entre los participantes en torno a las propiedades de los alimentos, recetas y usos. También, es usual que se realicen charlas, talleres, degustaciones y visitas a las unidades de producción que buscan dar a conocer los procesos de producción implementados por los participantes.
Dentro de estos mecanismos, identificamos que el principio de confianza es un pilar esencial de las relaciones sociales que allí se dan. En el caso del Alternativo de Puebla, se han diseñado PdC basados en otras formas de “evidenciamiento”, como lo conceptualizan los propios actores:
Nuestro objetivo fue trabajar con un
sistema de evidenciamiento que no iba a ser la
certificación, sino que íbamos a buscar nuestras propias maneras de evidenciar
que somos orgánicos, buscar una comunicación directa con los consumidores,
dentro del mercado o fuera de él, haciendo visitas y conociendo al productor;
lo orgánico está muy basado en la confianza y más en este tipo de mercados.
(Productor del Alternativo de Puebla,
comunicación personal, mayo de 2016)
En esta sintonía, los mercados ubicados en Colombia han recuperado como eje de su propuesta el precepto constitucional de la buena fe —manifestado en el artículo 83 constitucional—, el cual es integrado a partir de la reivindicación de la voz del campesinado: “Si el campesino me dice que produce limpio es porque está produciendo limpio; es decir, recuperar el valor de la palabra, y en Colombia es un precepto constitucional el de la buena fe” (líder campesino de Mercados Campesinos, comunicación personal, mayo de 2016).
A la confianza y la credibilidad sobre las que se basan y, al mismo tiempo, que estimulan estos PdC, se agregan elementos que politizan las prácticas, los discursos y las relaciones entre los participantes de los mercados. Por lo tanto, lo expresado por un líder y productor campesino en Colombia cobra importancia frente al objetivo que debe tener este tipo de mercados, que es, más allá de la posibilidad de certificar o no los productos, la habilitación y la reivindicación del campesinado en contextos donde sus prácticas y saberes han sido negados e invisibilizados: “Lo que buscamos es rescatar esos saberes, pero con un análisis político muy profundo, que cuestiona la dependencia que se va generando de paquetes [tecnológicos], semillas, mercados donde los que perdemos somos los campesinos” (líder y productor de Mercados Campesinos, comunicación personal, junio de 2016).
Ya sea a través de la implementación de PdC diseñados a partir del marco legal vigente, de estrategias propias de cada mercado o bien a partir de la reivindicación de relaciones basadas en la confianza, el objetivo de estos espacios gira en torno a la transformación y recuperación de los procesos productivos. Por lo tanto, con sus retos y contradicciones, estos mecanismos estimulan procesos acordes a los contextos en los que se ubican y a las necesidades de sus participantes, lo que a su vez les permite tomar distancia de recetas y normas preestablecidas por “expertos” que desconocen las realidades de sus contextos.
Se desarrollaron procesos para que
cumplieran unos requisitos mínimos para estar dentro del proceso; paso a paso
se fue logrando una cierta cualificación, pero también había una discusión, no
podemos convertir al campesino o a la campesina: si ellos vienen con sus uñas
llenas de tierra es porque trabajan la tierra, no podemos exigirles que estén
impecables y que empiecen a producir de cierta manera, porque o si no los
estaríamos obligando a ser lo que no son. (Líder de Mercados Campesinos, comunicación
personal, junio de 2017)
Las estrategias de estas experiencias han apuntado a la transmisión de conocimientos, el diálogo de saberes entre productores y las escuelas campesinas, generando procesos de transición más eficientes que la implementación de manuales y reglamentos que no incorporan los contextos en los que se ubica el campesinado. En este sentido, los mercados analizados coinciden en su crítica al sistema agroalimentario dominante y plantean transformaciones desde espacios locales que reafirman su carácter alternativo. Asimismo, estimulan y afianzan las relaciones sociales, la relación campo-ciudad, la soberanía alimentaria y la recuperación de prácticas de cuidado de semillas e historias que permiten la reivindicación del campo y del campesinado.
La gente aprendió a valorar, a respetar
el espacio de Mercados Campesinos, darse cuenta que son una fuente de
identidad, de intercambio cultural, de valorar y sensibilizar, como un espacio
muy enriquecedor para todos, tanto para la ciudad como para los productores y
los consumidores. (Lideresa de Mercados Campesinos, comunicación personal, mayo
de 2016)
De esta manera, los efectos de los PdC en los mercados locales alternativos no solo rebasan la generación de condiciones favorables y diferenciadas para el intercambio de la producción, sino que permiten articular las etapas del proceso productivo y conectar a sus distintos actores, con lo que contribuyen a la configuración de redes y espacios de diálogo, dentro y fuera del mercado.
En sus semejanzas y diferencias, las experiencias estudiadas muestran cómo se disputan los sentidos de las etapas del proceso productivo frente al mercado, al cual “se lo resignifica como espacio social, de encuentro y de lucha, confrontando la lógica hegemónica del mercado tradicional” (
La politización de las prácticas de producción, consumo y comercialización instituye intercambios basados en lazos sociales de confianza, cercanía, solidaridad y cooperación, lo que dinamiza estrategias alternativas apropiadas a cada contexto mediante diálogos que fortalecen cada experiencia (Sevilla y Soler, 2012).
Los intercambios cara a cara fungen como una de las principales características de los mercados alternativos, pues, ante la ausencia de sellos y etiquetas oficiales, el diálogo y la confianza son los principales referentes para el consumidor (
Por lo tanto, los PdC implementados por estos mercados constituyen alternativas al sistema agroalimentario, en la medida en que logran innovar en la construcción de relaciones de confianza como un elemento central de los procesos de intercambio. Al diseñar formas innovadoras de certificación basadas en estrategias de evidenciamiento, buena fe, confianza y respeto —que a su vez se construyen a partir de las características particulares de cada mercado y su contexto—, posibilitan la participación de productores excluidos del mercado convencional.
Sin embargo, esta diferenciación no alcanza, del todo, a favorecer de manera contundente y ampliada a los pequeños y medianos productores, pues este tipo de estrategias son cooptadas por otros espacios de
En contraste con lo anterior, las iniciativas estudiadas expresan sentidos muy potentes en los que lo alternativo se expresa en la relación que tienen productoras y productores con la tierra, en la transmisión y reivindicación de conocimientos tradicionales, en los espacios por donde circulan los alimentos, en la diversidad de alimentos que se cultivan y se consumen —esto tiene que ver con la autonomía y la soberanía de cada productor sobre su unidad de producción—, en el rescate de productos y recetas y en el tipo de información y saberes que circulan entre productores y consumidores, entre otras.
En este artículo se identificaron y analizaron los mecanismos diseñados por cuatro mercados locales alternativos que identificaron el acceso a mercados favorables entre sus principales retos y que, por razones diversas, han implementado procesos de certificación de sus prácticas productivas. Su implementación revela formas heterogéneas de dinamizar estrategias similares que responden a las características de sus contextos y al tipo de participantes que las integran.
Al mismo tiempo, estos PdC ponen en juego procesos complementarios que no se agotan en la calidad de los productos ofertados, sino que visibilizan formas de articular las prácticas y los sujetos que las dinamizan a partir de resistencias y reivindicaciones frente a problemáticas mucho más amplias, representadas en el sistema agroalimentario dominante.
El cuestionamiento que hacen estos espacios al sistema agroalimentario va más allá de lo material-económico y se manifiesta en la consolidación de procesos de autonomía individual y colectiva construidos a partir del reconocimiento y la reafirmación de sus participantes en torno a preocupaciones comunes que convergen en la alimentación y los procesos productivos. En ese sentido, cada experiencia puede ser interpretada como una conquista espacial y simbólica en la disputa por otro tipo de relaciones sociales, económicas y políticas, principalmente en contextos locales y regionales en los que se ubican pero que tienen expresiones más amplias a nivel nacional e internacional.
En un contexto más amplio, estos mercados abonan a la reivindicación de pequeños y medianos productores, reconstruyendo la ficción de las etiquetas como garantía de calidad y revalorando la palabra como mecanismo principal de los intercambios. Con ello, visibilizan y cuestionan una lógica en la que, mientras este tipo de productores deben demostrar su inocencia para poder ingresar al mercado, las grandes cadenas de producción y distribución de alimentos saturan los estantes de los supermercados de alimentos con etiquetas que hacen grandes recorridos o con productos sin etiquetas que atentan contra la salud y el ecosistema.
Reconocer el origen, la heterogeneidad y las tensiones de las experiencias que se vienen consolidando ayuda a no idealizarlas, tanto entre quienes las integran como entre los que indagamos sus propuestas con el objetivo de contribuir a su fortalecimiento.
Finalmente, pese a sus contradicciones y conflictos, tanto a nivel local como regional, estos espacios están buscando articular diversas reivindicaciones de pequeños y medianos productores que no solo plantean otras formas de relacionarse con los mercados, sino que, en su confluencia, pujan por otros mercados posibles.
Artículo de investigación