Se caracteriza la distribución de la tierra en el Caquetá, así como en sus municipios aproximándose a la incidencia de concentración y fraccionamiento. Con un método mixto secuencial explicativo se analizan los componentes de la estructura agraria [EA], la distribución predial por tamaño e indicadores, para finalmente se proponer agrupamientos supramunicipales. Se concluye que la EA departamental es bimodal con predominio de la mediana propiedad caracterizada por la historia de adjudicación de baldíos, así como la capacidad productiva de la tierra. Formas de ocupación y tenencia como las invasiones urbanas, deforestación y propietarios ausentes, deben considerarse en el modelo de ordenamiento departamental.
The purpose of this document is to characterized the distribution of land in Caquetá as well as its municipalities by approaching the incidence of concentration and fractionation. Using a sequential explanatory mixed method, the components of the agrarian structure [AE], the distribution of landholdings by size and indicators are analyzed, and finally supra-municipal groupings are proposed. It is concluded that the departmental AE is bimodal with a predominance of medium-sized properties characterized by the history of the adjudication of wastelands, as well as the productive capacity of the land. Forms of occupation and tenure such as urban invasions, deforestation and absentee owners should be considered in the departmental land use planning model.
La desigualdad en la distribución de la tierra fue uno de los motivadores más importantes del conflicto interno armado, así como de su prolongada duración, por lo que entenderla, facilitaría la reducción de las inequidades que de ella se derivan (
Según
La
(MOD) es la síntesis especializada de los principales sistemas de escala supramunicipal, que coexisten y se estructuran en el territorio departamental, tales como el sistema de asentamientos poblacionales urbanos y rurales, la estructura ecológica, los corredores de conectividad funcional, las redes de infraestructura y equipamientos de servicios públicos y las áreas e infraestructuras productivas (…) Se recomienda considerar la dinámica poblacional, la estructura de la propiedad y
Por primera vez se plantea explícitamente por parte del Estado la consideración de la estructura de la propiedad en la planificación territorial, pero aún no es clara la metodología que se debe seguir para ello. Este artículo tiene el objetivo de responder a la pregunta: ¿Cuál es la caracterización de la estructura distributiva de la tierra en el Caquetá y la incidencia de los fenómenos de concentración y fraccionamiento? La incidencia o aproximación a la medición del número de casos de fraccionamiento y concentración ayudará a definir el futuro MOD con una aproximación a la escala supramunicipal de los fenómenos distributivos de la tierra.
El artículo presenta el marco conceptual y metodológico de los análisis distributivos de la tierra, los resultados cuantitativos y cualitativos para el departamento del Caquetá, sobre los que se propone un método para agrupar municipios y se plantean unas conclusiones y recomendaciones.
El estructuralismo agrario como exponente de la heterodoxia del análisis económico del sector rural, tiene como exponentes en Latinoamérica entre otros a: Antonio García Nossa, Darío Fajardo y Absalón Machado, quienes defienden una lectura interdisciplinaria del denominado problema agrario. Aunque esta corriente teórica fue seguida por visiones que consideran al mercado como el instrumento esencialmente transformador (neo-estructuralistas y neo-liberales) incorporando variables financieras así como de política económica (
La estructura agraria (EA) - se define como “el conjunto de relaciones- endógenas y exógenas- cuyo núcleo es la propiedad sobre la tierra y sobre los medios de producción” (
Las tipificaciones de las EA van desde la evaluación de los regímenes de propiedad (legal, ilegal-criminal e informal) hasta las que miden la uniformidad o heterogeneidad en el tamaño de las propiedades, el control ejercido sobre la tierra por determinados actores, los sistemas productivos y las relaciones de poder.
Recientemente,
Tanto en los exponentes del estructuralismo agrario como en visiones más cercanas a la ortodoxia económica que consideran a la tierra como un activo cualquiera, ha existido un volumen importante de investigaciones en las que se busca medir la manera en que ella está distribuida. Un hecho recurrente en esos estudios, es que se confunde la distribución con las expresiones de desigualdad extrema, principalmente la concentración, y de manera marginal y más reciente: el fraccionamiento.
Por ejemplo,
Estudios como los de
En los anteriores estudios, así como en los que han buscado aproximarse a la evolución histórica de la distribución, como los de
Posteriormente las fuentes catastrales, direccionadas, pero no limitadas a la propiedad y tenencia, han sido utilizadas en la caracterización de la distribución de la tierra en análisis que no han mantenido una unidad metodológica.
Con el inicio del milenio los estudios de caracterización de la distribución de la tierra, privilegiaron la información catastral y los indicadores tipo Gini, combinándolos con otros indicadores mediante análisis de tamaño por rangos de áreas así como número de propietarios, destacándose
La ausencia de elementos técnicos para la definición de cada una de estas categorías de tamaño, así como la dificultad de incorporar una evaluación de las capacidades de explotación de la tierra, hace que se considere conveniente continuar en este trabajo, con la caracterización por rangos de tamaño, número de propietarios, indicadores de Gini y sus complementarios como la curva de Lorenz, manteniendo los cortes en 20 y 200 ha, los cuales permiten su comparabilidad. Del mismo modo, es necesario complementar la información cuantitativa con una aproximación cualitativa y contextual, que soporten tanto las propuestas de agrupamiento supramunicipal como los resultados de la incidencia de los fenómenos distributivos los cuales son en esencia socioeconómicos y no son determinados por condicionantes físicos o ecosistémicos.
La distribución de la propiedad rural puede definirse como:
La forma en el que se relacionan los propietarios con los predios rurales a través de alguna forma de tenencia, lo que permite establecer una estructura distributiva de la propiedad que identifica rangos de tamaño de los predios y la frecuencia de propietarios en estos rangos
Se pueden identificar dentro de la distribución de la tierra fenómenos como el de la concentración y el fraccionamiento. La concentración es “un proceso de reconfiguración de la tenencia que conlleva a una mayor desigualdad en su distribución y acceso, en términos de derechos, de recurso económico, y de bienes y servicios culturales y ecosistémicos asociados” (
El número de propietarios o poseedores El número de predios o unidades de aprovechamiento agropecuario El tamaño de los predios frente al promedio de una determinada escala geográfica, en relación con su vocación y capacidad productiva
El fraccionamiento puede entenderse como “una forma de distribución que se caracteriza por pequeñas extensiones de tierra, respecto al área total de un territorio, por parte de muchos propietarios, respecto al universo de propietarios de dicho territorio”
La estrategia de investigación tiene una cosmovisión filosófica pragmática, fundamentada en métodos mixtos en los que se utilizan todas las herramientas disponibles para comprender el problema, con enfoques plurales y libertad de elección en métodos, técnicas y procedimientos
En lo cuantitativo se sigue lo planteado por
Sobre esos resultados se propone una visión supramunicipal la cual busca contribuir a la definición del MOD. Los indicadores municipales son analizados por el método multivariado no jerárquico de clúster de K-medias presentado por
La aproximación cualitativa corresponde a un estudio de caso explicativo en los términos de Martinez (2006), donde los resultados pueden ser usados como base para formular nuevas preguntas de investigación. Se utilizan las categorías de los componentes sistémicos de la estructura agraria presentados en el apartado 2,1 la taxonomía y mínimos para la caracterización y análisis de la estructura agraria presentados en
Se realizaron entrevistas semiestructuradas a investigadores, planificadores y actores territoriales relevantes, indagando sobre la incidencia de los fenómenos distributivos abordados y sobre la propuesta de agrupamiento municipal. Se entrevistaron tres secretarios de planeación y gobierno de municipios (Albania, El Paujil, Cartagena del Chairá); tres investigadores y expertos territoriales de la Universidad de la Amazonia, Centro de Memoria Histórica - CNMH -y Centro de Pensamiento de la Amazonía - AlaOrilladelRio; dos funcionarios responsables de la planificación económica y productiva a nivel departamental; y un funcionario del nivel nacional. Las entrevistas se desarrollaron durante el primer semestre de 2018 buscando dar contexto al análisis de la distribución de tierras a nivel municipal y departamental, para verificar la precisión (validez) de la información.
A continuación, se presentan los resultados del análisis cuantitativo utilizando frecuencias por rangos de tamaño predial e indicadores de distribución, evaluando a nivel departamental y municipal la EA en el componente de tenencia, para determinar la tipología correspondiente expuesta en la
Según
El 10 % de los propietarios-poseedores que menos área tienen llegan hasta 5 ha y representan el 0,28% del total del área privada del departamento, indicando una incidencia del fraccionamiento en el departamento igual al calculado para la escala nacional. En el otro extremo de la distribución, el 10 % de mayores propietarios-poseedores en el departamento tienen cada uno más de 145 ha y acumulan el 46,2 % del área, mientras que en la escala nacional dicho valor llega a 81,86%. En la parte central de la distribución se observa que el 50% de los menores propietarios-poseedores acumulan el 11,95 % del total de área privada, con una mediana en tamaño de 41 ha, y alrededor de ella, deciles 3 a 8 (60%), entre 12,07 y 97,7 ha.
En Florencia es donde los tamaños prediales rurales de menos de media hectárea tienen una mayor participación, aunque como en la mayoría de los municipios del departamento el rango predial de mayor participación está entre 20 y 50 ha, excepción hecha en Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán donde el rango de 50 a 100 ha es el predominante. En el rango de tamaños del primer decil departamental relacionado con el fraccionamiento sobresalen además de Florencia, San Vicente del Caguán, Morelia, La Montañita, El Doncello y Belén de los Andaquíes, en donde estos tamaños equivalen a más de 1% del total de predios de cada municipio.
Respecto a los tamaños de mayor magnitud, relacionados con el fenómeno de la concentración, se encuentra que San Vicente del Caguán y un grupo formado por La Montañita, Florencia y en menor medida Puerto Rico y Milán, que tienen predios superiores a 2.000 ha. Llaman la atención dos predios de más de 10.000 ha ubicados en San Vicente del Caguán y sobre los cuales existe indicio de que sean parte de la zona de reserva campesina del Pato-balsillas ubicado al norte del departamento.
Al evaluar la taxonomía de la EA y los tamaños de propiedad (
La curva de Lorenz muestra que la distribución departamental es notablemente menos desigual que la nacional, particularmente en el decil 10. A nivel de municipios se encuentran 3 subgrupos claramente identificados, los de menor desigualdad (4 municipios), los de desigualdad media (9 municipios) y los de mayor desigualdad formado por San Vicente del Caguán y Florencia.
Curvas de Lorenz Nacional, Departamental y Municipal (Caquetá)
Los Gini municipales de área de propietarios más bajos, se ubican en las zonas sur y oriental del departamento, mientras que los más altos en el piedemonte. Solo Florencia y San Vicente están clasificados con altos niveles de desigualdad y los demás en niveles medios. El Theil departamental refleja una heterogeneidad media en el contexto nacional, aunque cuatro municipios tienen niveles de heterogeneidad baja.
El valor del indicador de disparidad inferior departamental, refleja indicios de fraccionamiento. Florencia tiene el mayor valor de disparidad inferior evidenciando una tendencia al fraccionamiento, incluso superior al departamental, seguido de San Vicente del Caguán, Morelia, El paujil y Belén de los Andaquíes. Los anteriores municipios junto con El Doncello, San José de Fragua, Albania y Milán se categorizan como de alta disparidad inferior, mientras que los municipios restantes se encuentran en la categoría media. Respecto a la concentración, el indicador de disparidad superior es catalogado de nivel medio. Florencia y San Vicente del Caguán tienen indicadores de disparidad superior mayores a los del departamento, aunque al igual que los demás municipios del departamento estos también son de nivel medio. Los municipios del sur oriente son los que presentan los menores niveles de disparidad superior.
En resumen, respecto a los indicadores de distribución los municipios del norte son en donde se hace más visible la incidencia de los fenómenos de desigualdad extrema en la distribución de tierras y por tanto son los lugares que presentan mayor probabilidad de concentración y fraccionamiento. Los municipios del departamento se encuentran en su mayoría en niveles medios de desigualdad, heterogeneidad y disparidad superior, así como también en altos niveles de disparidad inferior. Florencia, además de tener la mayor desigualdad en la distribución de la tierra, presenta la mayor disparidad tanto inferior como superior, mientras que Cartagena del Chairá tiene los menores valores de heterogeneidad y disparidad superior en tanto Solano los tiene para el Gini al igual que la disparidad inferior.
Todos los entrevistados se refieren a la influencia del conflicto en la determinación de los tamaños prediales y por ende en la concentración de la tierra, con especial énfasis en San Vicente del Caguán y Cartagena del Chairá. En San José de Fragua, Albania y Curillo la concentración se asocia a compras forzadas al igual que el despojo. Se plantea una clara distinción entre los municipios del norte del departamento donde históricamente hace presencia las Fuerzas Armas Revolucionarias de Colombia - FARC y los municipios del sur donde hasta hace poco hicieron presencia los paramilitares de Córdoba y Urabá.
Erika Ramírez - Investigadora del CNMH - en entrevista del 23 de febrero de 2018 y en su informe “La tierra no basta” propone unos períodos que responden a la intensidad del conflicto territorial que se ha vivido en el departamento.
Entre 1903 y 1961 el departamento no sufrió conflictos agrarios significativos, más allá de la disputa por la servidumbre de tránsito entre colonos y la familia Perdomo en Balsillas, que terminó con una victoria para los colonos y aceleró el poblamiento de las vegas del río Pato en San Vicente del Caguán. El Caquetá era considerado un territorio pacífico, poblado por campesinos desplazados de la violenta zona andina. Entre 1962 y 1995 se agudizó el conflicto entre pequeños y grandes adjudicatarios que acumulaban tierra sin ponerla a producir. Los diálogos entre el gobierno del presidente Betancourt y las FARC, estuvo acompañado por un plan de formalización de la propiedad y del levantamiento de la zona de reserva forestal. En el período 1996-2012 las adjudicaciones fueron condicionadas por la Ley 160/94 que incorpora el concepto de UAF y por el programa de formalización de la propiedad fruto de los diálogos de paz de 1998.
Todos los entrevistados se refirieron a la calidad del suelo y ubicación como determinantes de los tamaños prediales, pero especialmente los funcionarios departamentales y locales hicieron énfasis en este tema. Caquetá en general tiene tierras poco fértiles y desconectadas, lo cual eleva los costos de producción y se ve reflejado en la Unidad Agrícola Familiar -UAF. En el piedemonte del departamento, la UAF es menor que en la llanura Amazónica donde las calidades y condiciones de explotación son aún más adversas, y en las abanas del Caguán y llanos del Yarí son las más altas del país.
Se evidencia que más del 60% de los propietarios poseen menos de una UAF mínima indicando fraccionamiento, mientras que el 10% de los más grandes propietarios superan la UAF máxima, sumando más del 50% del área, lo que también representa concentración. Según
La distancia con las vías, explica los tamaños prediales y su tendencia a la concentración o fraccionamiento. Antes de cruzar los 200 metros del río Caguán en Cartagena del Chairá la estructura de la propiedad es de predios medianos y pequeños dedicados tanto a la agricultura como a la ganadería de leche. Cruzando el río se observan fincas grandes dedicadas a la ganadería de carne e iniciativas forestales.
Algunos centros de acopio impulsados por la agencia de Renovación del Territorio en municipios andino-amazónicos (Belén de los Andaquíes, San José de Fragua, La Montañita así como la parte alta de Florencia, Morelia, El Paujil y El Doncello) han propiciado el uso más intensivo de la tierra (cacao, café, hortalizas) con modelos de agricultura familiar. La planicie favorece la ganadería que concentra tierra, puesto que en zonas rurales profundas es necesario dedicar hasta 5 ha de bosque para la alimentación de la estufa del hogar, lo que lleva a varios a opinar que la UAF en varias partes del departamento es demasiado pequeña.
Entre los entrevistados especialmente los funcionarios municipales, indican que el tamaño municipal explica la estructura distributiva de la tierra y, los grandes tamaños prediales no los sorprenden, describiéndolos en términos de distancia en carretera. Las relaciones de tenencia en los grandes tamaños prediales implican una concentración consuetudinaria.
Existe un alto nivel de conflicto en la tenencia de la tierra derivado de la falta de definición de los límites territoriales entre municipios como San José de Fragua y Albania por tres veredas, también ocurre entre Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán por 120.000 ha. La inseguridad jurídica reduce el recaudo del impuesto predial y limita las inversiones públicas en municipios en donde se presentan altos niveles de deforestación en Colombia. Las zonas de protección en la ronda del río Caguán representan cerca del 25% en el área de Cartagena del Chairá en las que predominan los predios improductivos de gran extensión.
La urbanización incide en los precios y tamaños de la tierra, el fraccionamiento se encuentra próxima a centros urbanos genera conflicto por la tenencia de la misma lo cual se asociando las invasiones como forma tradicional de ocupación territorial. Las Malvinas en Florencia aún se conoce como el barrio de invasión más grande de Colombia
Los representantes estatales son mal vistos en las zonas rurales profundas de Cartagena del Chairá, Puerto Rico y San Vicente. La percepción negativa se relaciona con actos de corrupción de los funcionarios que promueven la concentración de la propiedad a favor de grandes propietarios. En concepto de los entrevistados los Planes Básicos de Ordenamiento Territorial – PBOT y los Esquemas de Ordenamiento Territorial- EOT del departamento son deficientes en cartografía y muy permisivos respecto al uso del suelo. En el marco de estos instrumentos los funcionarios municipales entrevistados afirmaron haber tenido que frenar solicitudes de subdivisión predial para consultar a la Agencia Nacional de Tierras, quien se ha pronunciado negativamente para evitar fraccionamiento. Algunos casos puntuales son los siguientes:
En el PBOT de Cartagena del Chairá en 2016 se otorgó una licencia de construcción con plan parcial para 70 casas en 4 ha de las 25 de expansión, pero resultó no ser económicamente viable. Dichas licencias no debieron otorgarse dado que el municipio no ha avanzado en la consolidación urbana facilitando las invasiones. En el POT de Florencia y el EOT de El Paujil (vereda las congas) hay sub-urbanización con parcelaciones de 2.500 m2 en 25 ha vecinas a la vía que los conecta entre sí. En San José del Fragua la vivienda campestre, se desarrolla en lotes más pequeños que los del suelo suburbano y cercanos a la vía marginal de la selva.
En las recientes revisiones de los instrumentos de ordenamiento se está buscando legalizar la vivienda en suelo rural. Se evidencia desarticulación y desinformación en diferentes escalas de la planificación puesto que ninguno de los secretarios municipales ha participado o estaba al tanto de los avances en la elaboración del plan de ordenamiento departamental.
Según José Darío Garzón asesor de la Secretaría de Agricultura del Departamento “el caqueteño no es agricultor” ya que la ganadería es la actividad cultural y económicamente dominante. En realidad, la mayoría no son ganaderos sino “tenedores de ganado”, porque la mayoría de los dueños de ganado no viven en el Caquetá, configurando un modelo de inversionistas ausentes que promueve la concentración de la tierra. Esta actividad es subsidiada por la producción de coca que promueve el fraccionamiento de la propiedad. En palabras del mismo funcionario “Los negociantes de tierras duran un tiempo hasta que la curva de rendimiento de la ganadería cae, lo que lo hace endeudarse y vender un pedazo de la finca, porque el modelo productivo no es eficiente” (José Darío Garzón, l5 Julio 2018).
Los tamaños de explotación ganadera que ya son grandes no parecen ser suficientes teniendo en cuenta las declaraciones expedidas, mientras que las exploraciones agrícolas de 2 y 3 ha de cacao, así como otros cultivos parecen más ordenadas, sin embargo, algunos aparentes éxitos productivos no lo son en realidad.
Por ejemplo, Belén de los Andaquíes, considerado el municipio panelero del Caquetá, no tiene las condiciones ideales de explotación, los trapiches están subutilizados por pequeñas explotaciones de 1 ó 2 ha. Con el caucho sucede una situación similar con el tamaño utilizado para el cultivo del mismo de hasta 5 ha, pues son los mismos ganaderos que en el terreno disponen del material. Solo existe alguna mediana escala productiva en palma africana pero los productores se quedaron con lo que les dio el INCORA hace 35 o 40 años en la vereda La Mona.
Existen versiones encontradas respecto la compra de tierras por parte de los narcotraficantes para el lavado de dinero, las mismas radican en si lo hacen antes o después del río Caguán, sin embargo, en lo que sí existe consenso es en el efecto especulativo y encarecedor de la tierra de las acciones de dichos actores.
Al aplicar el método de clúster de k- medias sobre los indicadores de distribución de la propiedad rural (Gini, Theil, Disparidad Superior e inferior), se identifican 3 grupos subregionales con características similares entre sí y diferenciadas de los otros municipios.
Los 3 grupos de municipios están perfectamente ordenados en sus centros aritméticos respecto de la incidencia de los fenómenos de distribución que se están analizando. Los clústeres de municipios se pueden describir de la siguiente manera:
El análisis y caracterización de la distribución de la tierra constituye un factor constitutivo renovado y emergente de las propuestas de ordenamiento territorial, social, así como productivo para la planificación rural de las regiones de Colombia y el mundo, en donde la tierra, aunque en menor medida que en el pasado, sigue siendo el núcleo central de las relaciones sociales.
La caracterización de la distribución de la tierra necesariamente debe incorporar aproximaciones mixtas (cualitativas-cuantitativas) que den cuenta de su complejidad y heterogeneidad en lo espacial, permitiendo establecer propuestas de agrupamiento entre municipios (u otra escala de planeación) con relativa uniformidad interna en la incidencia de los fenómenos extremos de concentración y fraccionamiento. En este artículo se hace una propuesta de integración partiendo del enfoque sistémico de relaciones sociales de la EA que puede resultar útil para la caracterización de otros territorios como el Caquetá.
La distribución de la tierra en el Caquetá se caracteriza por una EA bimodal con predominio de la mediana propiedad, en donde los fenómenos extremos de la distribución son promovidos por formas de ocupación territorial como la deforestación (concentración) e invasión urbana (fraccionamiento). Lo anterior implica un alto conflicto por la tierra que limita el potencial de crecimiento económico, por su vinculación débil con la agroindustria, así como su baja capacidad de ahorro e inversión. El uso de la tierra es especulativo e ineficiente lo cual refleja una capacidad estatal frágil que se evidencia entre otras en un ordenamiento territorial desarticulado en las diversas escalas de planeación.
Los resultados analíticos para los 5 componentes de la EA en el departamento del Caquetá, muestran que los agrupamientos supramunicipales pueden caracterizarse por los componentes de relaciones sociales históricas (adjudicaciones) y uso de recursos productivos (UAF) en donde existe coincidencia con los agrupamientos propuestos. Las relaciones de tenencia, muestran concentración consuetudinaria determinada por el fenómeno de propietarios ausentes y formas de ocupación territorial muy características del departamento (Deforestación – Invasión).
En resumen, la actual estructura distributiva de la tierra en el Caquetá, es resultado de los conflictos entre colonos, habitantes ancestrales y grupos al margen de ley junto con las políticas de adjudicación de baldíos que promovieron la colonización desde 1900. Florencia tienen la incidencia de fraccionamiento más pronunciada mientras que San Vicente del Caguán la de concentración, siendo este municipio el único caracterizado por una EA bimodal con predominio de la gran propiedad.
En el Caquetá la tenencia de tierras por parte de propietarios e inversionistas ausentes en tierras y ganados promueve fenómenos tanto de concentración como deforestación, mientras que la urbanización y las explotaciones ilegales facilitan el fraccionamiento.
Aparte de un relativo desconocimiento, incluso por parte de actores que deberían estar informados sobre los fenómenos de la concentración y fraccionamiento en el departamento y sus municipios, el tema de la distribución de la propiedad de la tierra si bien aparece en la agenda de la planificación del ordenamiento departamental, no resulta una prioridad en la definición del MOD.
Los responsables de la planificación en el departamento no parecen considerar prioritario la inclusión de estos temas en la planificación a nivel municipal, aunque reconocen la existencia de los fenómenos descritos y su impacto en términos económicos y sociales. Las actuaciones de las administraciones locales se limitan al control en las subdivisiones prediales y parcelaciones, pero incluso ellas mismas se califican de permisivas y flexibles en el cumplimiento de la normatividad, lo cual deriva en actuaciones descoordinadas a nivel departamental. Futuros análisis para la definición de la estructura distributiva de la tierra en el departamento deben considerar la desactualización catastral en algunos municipios que podría explicar información de grandes predios de propiedad colectiva que distorsionan los resultados.
Artículo de investigación