Introducción
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima que, del total de la población trabajadora mundial, cerca de un 15 % presentó algún trastorno de salud mental (1-3), destacando que uno de los factores que propicia problemas en este ámbito es el estrés generado en el trabajo (4). El estrés laboral se define como la tensión y/o desagrado que experimenta el trabajador con respecto a su lugar de trabajo o la función que desempeña en él (5), lo que influye de manera directa en el entorno laboral, ya que afecta la productividad, genera una importante carga sociosanitaria y económica (1), y favorece la aparición de violencia en el lugar de trabajo (VLT) (6).
La VLT o mobbing se define como cualquier conducta abusiva e intimidante que se ejerce de manera sistemática sobre la persona trabajadora (7-10). En Europa se estima que los trabajadores que sufren mobbing alcanzan los 12 millones, lo que representa un 8,1 % de la población (11). En EE. UU. este fenómeno se presenta en un 27 % del total de trabajadores (12). A nivel latinoamericano, un estudio realizado en Argentina refleja que el 60 % de los trabajadores experimentaron o experimentan alguna situación de violencia en el trabajo (13), mientras que en Chile la violencia laboral afecta al 76 % de los encuestados, siendo la mayoría mujeres (14,15).
De esta manera, el mobbing se torna un fenómeno importante de investigar, ya que genera consecuencias negativas no solo para la persona que lo recibe, su entorno familiar y laboral, sino también para la salud pública, al ser precursor de altas tasas de depresión (41 %), cefalea (51 %), irritabilidad (41 %), insomnio (41 %), entre otros (8,16,17), siendo el sector salud una de las áreas más afectadas (17).
En relación con la enfermería, la probabilidad de ser víctima de mobbing es tres veces mayor que en otros profesionales (7,18,19). En España, un estudio expuso que el 74,2 % de los profesionales de enfermería han experimentado mobbing (11). En Latinoamérica, un estudio realizado en Perú reveló que el 76,6 % de los trabajadores sufrió mobbing (19), mientras que en Chile el 73,4 % del personal hospitalario percibe un alto nivel de violencia hacia su persona (18,20).
Para contrarrestar estas alarmantes cifras, la OIT ha puesto énfasis en el establecimiento de diversos convenios internacionales, entre los que destacan el Convenio 160, que define el concepto de entorno de trabajo saludable (21,22), y el Convenio 190, que aborda la violencia y el acoso laboral desde el punto de vista legal, y obliga a los Estados miembros a respetar, promover y cumplir los principios y derechos fundamentales en el ambiente laboral (23). Por lo tanto, se deben implementar estrategias tempranas de prevención con el fin de disminuir e, idealmente, erradicar esta problemática (24,25).
Frente a los antecedentes descritos, resulta importante encauzar investigaciones y buscar evidencia que permita identificar las mejores estrategias para prevenir la violencia en los lugares de trabajo, especialmente en el ámbito de la salud. Por ello, esta investigación tiene como propósito principal determinar las herramientas para prevenir el mobbing en profesionales de enfermería de servicios hospitalarios.
Métodos
Diseño
Se llevó a cabo una revisión de la literatura tipo Scoping Review, siguiendo lo declarado por PRISMA Extension for Scoping Reviews (PRISMA-ScR) (26). Se planteó una pregunta de investigación estructurada basada en lo descrito por Richardson et al. (27), formulada de la siguiente manera: ¿cuáles son las herramientas efectivas para prevenir el mobbing en profesionales de enfermería de servicios hospitalarios? Para llevar a cabo esta revisión se siguió el framework SALSA (28), acrónimo que comprende cuatro etapas: en primer lugar, la búsqueda (search) planificada de artículos acorde con la investigación; en segundo lugar, la evaluación (appraisal) de los manuscritos; en tercer lugar, la síntesis (synthesis) de la evidencia; y, por último, el análisis (analysis), que se refiere a la organización de la información para presentar los resultados de manera coherente.
Criterios de elegibilidad
Para la selección de los documentos se establecieron los siguientes criterios de elegibilidad: tema del artículo (estrategias de prevención de violencia laboral en equipos de enfermería); población (enfermeras y personal de enfermería); lugar (ambiente intrahospitalario); y tipo de artículos (cuantitativos —experimentales y observacionales— y revisiones sistematizadas y sistemáticas) (28). Se excluyeron cartas al editor, editoriales, estudios de caso, reflexiones, libros y aquellas referencias cuya temática se limitaba a describir la violencia ejercida por parte de pacientes hacia el personal de enfermería. Se determinó un límite temporal de tres años para incluir las referencias más recientes y se seleccionaron artículos con acceso a texto completo, lo que permitió un análisis íntegro de la evidencia actual y facilitó el cumplimiento de los objetivos de esta revisión. El idioma inglés se estableció como lengua principal por ser la predominante en la producción científica.
Fuentes de información
La búsqueda bibliográfica se realizó entre el 25 de abril y el 4 de mayo de 2023 en cinco bases de datos: Web of Science (WoS), Scopus, CINAHL, ScienceDirect, PubMed y Google Scholar. Se seleccionaron estas fuentes debido a que representan literatura de calidad, actualizada y con amplia cobertura en el área de la salud y la enfermería.
Estrategia de búsqueda
Se utilizaron palabras clave en lenguaje normalizado, obtenidas de los Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) y Medical Subject Headings (MeSH): Primary prevention (prevención primaria), workplace violence (violencia laboral), nursing, nurses (enfermeros/as), junto con una palabra en lenguaje natural: mobbing. Se emplearon operadores booleanos (AND-OR); la estrategia de búsqueda utilizada en todas las bases de datos fue la siguiente:
(“primary prevention”) AND
(mobbing) OR (“workplace violence”)
AND (nursing) AND (nurses)
Selección de las fuentes de evidencia
Se realizó un primer cribado por título y resumen, considerando los criterios de elegibilidad. Posteriormente se aplicaron filtros generales (año, idioma —inglés, español y portugués— y acceso a texto completo) y filtros específicos para cada base de datos (Tabla 1), debido a la gran cantidad de ruido informativo generada por la estrategia de búsqueda. Una vez realizada la primera búsqueda, se eliminaron duplicados y posteriormente se llevó a cabo un segundo cribado relacionado con la evaluación de la calidad metodológica. Esta fase fue realizada por todo el equipo investigador, organizado en duplas y de manera independiente.
Para analizar las referencias identificadas, estas se exportaron desde cada base de datos al gestor de referencias EndNote®. Posteriormente, el equipo investigador, en reunión grupal, realizó la triangulación de forma simultánea en cada uno de los cribados.
Proceso de extracción de datos
Este proceso fue realizado por todas las investigadoras y consistió en obtener la información relevante que diera respuesta a la pregunta de investigación. El trabajo se organizó por duplas y, en reuniones de equipo, se trianguló la información para clasificarla. Para cada artículo se utilizó una planilla Excel en la que se detalló la siguiente información: nombre del artículo, autor, año, enlace, objetivos, metodología (diferenciada de acuerdo con el tipo de artículo descrito en los criterios de elegibilidad), resultados y conclusiones. Esta planilla facilitó la interpretación y el análisis de los datos recolectados, que posteriormente se sintetizaron.
Evaluación de la calidad metodológica
Para evaluar metodológicamente los artículos seleccionados, se utilizaron la Critical Appraisal Skills Programme Español (CASPe) (29) y la declaración STROBE (30) de Red EQUATOR. En los artículos de revisión y ensayos clínicos aleatorizados (ECA) se empleó el instrumento CASPe, que consta de 10 u 11 preguntas divididas en tres secciones, mediante las cuales se evalúan los resultados, su validez y su aplicabilidad o utilidad. Para los estudios observacionales se aplicó la Declaración STROBE, que consiste en una lista de evaluación de 22 preguntas agrupadas en los siguientes tópicos: título y resumen, introducción, metodología, resultados, discusión y otros apartados relevantes.
Síntesis de los resultados
Una vez realizado el análisis de la evidencia, se procedió a sintetizar los resultados de acuerdo con los niveles en los que se desarrollan las estrategias para la prevención del mobbing en ambientes hospitalarios: estrategias a nivel individual, estrategias a nivel organizacional y estrategias de tipo mixto (que combinan lo organizacional y lo individual).
Resultados
Selección de
la evidencia
De las bases de datos consultadas se obtuvo un total de 4137 referencias. Una vez aplicados los filtros, se alcanzaron 209 referencias. Posteriormente, se realizó la selección de acuerdo con los criterios de elegibilidad establecidos, efectuando un primer cribado por título y resumen, con el cual se obtuvo un total de 35 artículos (Tabla 1). Se eliminaron duplicados y se llevó a cabo un segundo cribado mediante la lectura completa, a cuyos textos se les aplicaron pautas de evaluación de la calidad metodológica (Tablas 2, 3 y 4). Tras el análisis, se seleccionaron 15 artículos que respondieron a la pregunta de investigación (Figura 1).
Tabla 1.
Estrategia de búsqueda y selección según bases de datos
Fuente: elaboración propia.
Figura 1.
Diagrama de elegibilidad
Fuente: elaboración propia.
Evaluación de la calidad metodológica
Tabla 2.
Evaluación de la calidad metodológicas para estudios
observacionales a través de guías STROBE
Fuente: elaboración propia.
Descripción
de las preguntas:
P1: a) indica el diseño del estudio con un término de uso común en el título o en el resumen. b) Proporciona en el resumen un resumen informativo y equilibrado de lo que se hizo y lo que se encontró.
P2: explica los antecedentes científicos y la justificación que se informa.
P3: indica los objetivos específicos, incluidas las hipótesis preestablecidas.
P4: presenta elementos clave del diseño del estudio al comienzo del artículo.
P5: describe el entorno, las ubicaciones y las fechas relevantes, incluidos los períodos de reclutamientos, exposición, seguimiento y recopilación de datos.
P6: da los criterios de elegibilidad, las fuentes y métodos de selección de los participantes.
P7: define claramente todos los resultados, exposiciones, predictores, posibles factores de confusión y modificadores de efectos. Da criterios de diagnóstico, si corresponde.
P8: para cada variable de interés, indica las fuentes de datos y los detalles de los métodos de evaluación(medición). Describe la comparabilidad de los métodos de evaluación si hay más de un grupo.
P9: describe los esfuerzos realizados para abordar las posibles fuentes de sesgo.
P10: explica cómo se llegó al tamaño del estudio.
P11: explica cómo se manejaron las variables cuantitativas en los análisis. ¿Si corresponde, describe qué agrupaciones se eligieron y por qué?
P12: a) describe todos los métodos estadísticos, incluidos los utilizados para controlar los factores de inclusión. b) Describe los métodos utilizados para examinar los subgrupos y las interacciones. c)Explica cómo se abordaron los datos faltantes. d) Si corresponde, describe los métodos analíticos teniendo en cuenta la estrategia de muestreo. e) describe los análisis de sensibilidad.
P13: a) informa el número de personas de cada etapa del estudio (por ejemplo, el número de personas potencialmente elegibles, examinadas para determinar su elegibilidad, confirmadas como elegibles, incluidas en el estudio, que completaron el seguimiento y analizadas). b) Da razones para no participar en cada etapa. c) Considera el uso de un diagrama de flujo.
P14: a) da las características de los participantes del estudio (por ejemplo, demográficas, clínicas, sociales) e información sobre las exposiciones y posibles factores de confusión. b) Indica el número de participantes con datos faltantes para cada variable de interés.
P15: informa el número de eventos de resultados o medidas de resumen.
P16: a) da estimaciones no ajustadas y si corresponde, estimaciones ajustadas por factores de confusión y su precisión (por ejemplo, intervalo de confianza del 95 %). Aclarar qué factores de confusión se ajustaron y por qué se incluyeron. b) Informa los límites de las categorías cuando se categorizan las variables continuas. c) Si es relevante, considerar la posibilidad de traducir las estimaciones de riesgo relativo en riesgo absoluto para un período de tiempo significativo.
P17: informa sobre otros análisis realizados, por ejemplo, análisis de subgrupos e interacciones, y análisis de sensibilidad.
P18: resume los resultados clave con referencia a los objetivos del estudio.
P19: discute las limitaciones del estudio, teniendo en cuenta las fuentes de sesgo potencial o imprecisión. Discute tanto la dirección como la magnitud de cualquier sesgo potencial.
P20: da una interpretación general cautelosa de los resultados considerando los objetivos, las limitaciones, la multiplicidad de análisis, los resultados de estudios similares y otra evidencia relevante.
P21: discute la generalización (validez externa) de los resultados del estudio.
P22: indica la fuente de financiación y el papel de los financiadores del presente estudio y, si corresponde, del estudio original en el que se basa el presente artículo.
Tabla 3.
Evaluación de la calidad metodológica de los ECA con
utilización de Guías CASPe
Fuente: elaboración propia.
Descripción de las preguntas:
P1: ¿se orienta el ensayo a una pregunta claramente definida?
P2: ¿fue aleatoria la asignación de los pacientes a los tratamientos?
P3: ¿fueron adecuadamente considerados hasta el final del estudio todos los pacientes que entraron en él?
P4: ¿se mantuvo el cegamiento?
P5: ¿fueron similares los grupos al comienzo del ensayo?
P6: al margen de la intervención en estudio, ¿los grupos fueron tratados de igual modo?
P7: ¿es muy grande el efecto del tratamiento?
P8: ¿cuál es la precisión de este efecto?
P9: ¿puede aplicarse estos resultados en tu medio o población local?
P10: ¿se tuvieron en cuenta todos los resultados de importancia clínica?
P11: ¿los beneficios a obtener justifican los riesgos y los costes?
Tabla 4.
Evaluación de la calidad metodológica de las revisiones con
utilización de guías CASPe
Fuente: elaboración propia.
Descripción de las preguntas:
P1: ¿se hizo la revisión sobre un tema claramente definido?
P2: ¿buscaron los autores el tipo de artículos adecuado?
P3: ¿crees que estaban incluidos los estudios importantes y pertinentes?
P4: ¿crees que los autores de la revisión han hecho suficiente esfuerzo para valorar la calidad de los estudios incluidos?
P5: si los resultados de los diferentes estudios han sido mezclados para obtener un resultado “combinado”, ¿era razonable hacer eso?
P6: ¿cuál es el resultado global de la revisión?
P7: ¿cuál es la precisión del resultado/s?
P8: ¿se pueden aplicar los resultados en tu medio?
P9: ¿se han considerado todos los resultados importantes para tomar la decisión?
P10: ¿los beneficios merecen la pena frente a los perjuicios y costes
Análisis descriptivo
De los 15 artículos que generaron evidencia, el 60 % (n = 9) correspondió a investigaciones secundarias (revisiones), de las cuales el 55,6 % (n = 5) fueron revisiones sistemáticas y el 44,4 % (n = 4) otro tipo de revisiones. El 40 % restante (n = 6) correspondió a investigaciones primarias de tipo cuantitativo. En cuanto al idioma, el 100 % (n = 15) de los artículos se encontraba en inglés.
Respecto a la distribución geográfica, el 40 % (n = 6) de los artículos provenía de América, otro 40 % (n = 6) de Asia, un 13,3 % (n = 2) de Europa y un 6,7 % (n = 1) de África. En relación con los años de publicación de los artículos seleccionados, un 13,3 % (n = 2) fue publicado en 2018, un 26,7 % (n = 4) en 2019, un 13,3 % (n = 2) en 2020, un 20 % (n = 3) en 2021 y un 26,7 % (n = 4) en 2022 (Tabla 5).
Tabla 5.
Resumen de los principales
resultados
Fuente:
elaboración propia.
Análisis temático
En cuanto a la temática de la evidencia seleccionada, la totalidad describe intervenciones para prevenir la violencia en el lugar de trabajo en entornos sanitarios hospitalarios. La categoría principal identificada es la gestión del talento humano, que hace referencia al conjunto de procesos mediante los cuales una organización desarrolla las cualidades y competencias de las personas para alcanzar con éxito los objetivos propuestos (31,32).
Los hallazgos describen herramientas para la prevención del mobbing en ambientes hospitalarios que pueden desarrollarse en tres niveles:
-
Nivel individual: herramientas relacionadas directamente con el desarrollo integral de la persona, con énfasis en los procesos psicológicos y conductuales que esta atraviesa.
-
Nivel organizacional: intervenciones emanadas y gestionadas por parte
de la institución sanitaria y los líderes de equipo.
-
Nivel mixto: intervenciones que
requieren tanto del apoyo organizacional como del desarrollo individual.
La evidencia rescata diversas estrategias que pueden utilizarse para la prevención del mobbing en estos tres niveles, entre ellas el manejo del estrés (33, 42, 45, 46), la gestión de la violencia en el lugar de trabajo (33, 42, 44-46), la gestión de riesgos (33, 34), la gestión de las cargas de trabajo (33, 34, 36, 43), los programas de acompañamiento (42, 44), el liderazgo efectivo (42, 44), la capacitación (34, 35, 37-39, 41-43, 46, 47), el fortalecimiento de las redes de apoyo en el lugar de trabajo (42, 45) y la inteligencia emocional (39, 42, 45) (Tabla 6).
Tabla 6.
Herramientas para la prevención del mobbing en servicios hospitalarios según nivel de desarrollo
Fuente: elaboración propia.
Discusión
A partir de la revisión realizada, se identificaron diversas herramientas para la prevención y eliminación del mobbing entre profesionales de enfermería en centros hospitalarios, relacionadas principalmente con la gestión del talento humano. Estas estrategias se asocian con el establecimiento de políticas institucionales, con la comprensión y aplicación del concepto de civismo, con la realización de diferentes tipos de reuniones, con el fortalecimiento del liderazgo, con la implementación de sistemas de notificación de denuncias y con la generación de intervenciones educativas.
En cuanto a las políticas institucionales, la evidencia recomienda crear una cultura organizacional con políticas de tolerancia cero que promuevan el civismo, con el fin de mejorar el ambiente de trabajo tanto para las enfermeras como para los pacientes (39, 44). Estas políticas deben difundirse en toda la organización (46). Lo anterior se relaciona con lo declarado en la Guía de Buenas Prácticas (GBP) de la Registered Nurses’ Association of Ontario (RNAO) sobre la prevención y gestión de la violencia en el lugar de trabajo, que señala la responsabilidad institucional de crear y difundir estrategias comunicacionales sobre programas de prevención de la violencia, con el objetivo de que todos los miembros de la institución estén informados (48).
Estos planteamientos coinciden con los hallazgos de Ferrada et al. (48, 49), quienes señalan que la implementación de legislación para prevenir el acoso laboral, junto con la mejora y difusión de normativas y protocolos, previene eficazmente el mobbing en ambientes hospitalarios. En este sentido, la evidencia también indica que la implementación y difusión de políticas claras de civismo y tolerancia cero frente a la VLT disminuye la presencia de mobbing en los equipos de salud (33, 38, 44, 50).
Según diversos estudios (33, 44, 51-54), es necesaria la implementación y difusión de políticas claras de civismo y tolerancia cero en el ambiente laboral, con el fin de generar conciencia sobre el problema y propiciar un cambio hacia una cultura de civilidad, en concordancia con los hallazgos de esta investigación (33, 44).
La literatura también destaca que la Gerencia de Talento Humano debe fortalecer la comunicación y la negociación efectiva, ya que ambas permiten establecer relaciones laborales óptimas y facilitan la resolución de conflictos (42, 44, 55). Esto se relaciona directamente con la herramienta del liderazgo identificada en esta revisión (55). El tipo de liderazgo influye en el clima organizacional (56); por ello, las enfermeras líderes deben esforzarse por crear un entorno laboral saludable que motive y empodere a sus equipos (44). Además, la literatura señala que los líderes deben contar con formación continua en habilidades para reconocer los efectos de la VLT y actuar activamente en su erradicación, lo que, sumado al apoyo institucional, constituye una herramienta eficaz para prevenir el mobbing (57-59).
En cuanto a la resolución de conflictos, es necesario establecer un sistema de notificación para las denuncias de VLT. Los estudios indican que debe fomentarse la notificación rápida de todos los incidentes violentos y garantizar que no haya represalias contra quienes los reporten (33, 42, 43, 49). Esto coincide con los hallazgos de esta investigación, en la que una de las estrategias de afrontamiento del mobbing consiste en denunciar al acosador y el incidente mediante el sistema institucional, asegurando la oportunidad y eficacia del proceso (48, 60).
Para llevar a cabo estas acciones de manera óptima, diversos estudios subrayan la importancia de que las organizaciones y sus líderes implementen intervenciones educativas como estrategia para aumentar el conocimiento del personal sobre la VLT desde los niveles iniciales del desarrollo profesional (61-65). Esto se relaciona con los resultados de esta investigación, que evidencian que las intervenciones educativas son una herramienta eficaz para prevenir el mobbing en ambientes hospitalarios (34, 35, 37-39, 41-44, 46, 47).
Además, se destaca que el uso de la inteligencia emocional (IE) es una estrategia relevante para prevenir el mobbing en ambientes hospitalarios (44, 66). Una alta IE es considerada un factor protector que permite gestionar los conflictos de forma efectiva y resolutiva (11, 42, 44, 55, 66), mientras que una baja IE podría conducir a situaciones de aislamiento y a un control deficiente de los conflictos (11).
Entre las limitaciones de esta investigación destaca la escasez de investigaciones primarias sobre estrategias para prevenir la VLT en profesionales de enfermería dentro del ámbito intrahospitalario. Esto se evidencia en el hecho de que la revisión se basa mayormente en estudios secundarios. Otra limitación corresponde a la dificultad para acceder a artículos de pago, lo que sesga la información analizada y puede generar vacíos en la revisión del estado del arte, dejando fuera evidencia de alto nivel publicada en revistas de alto impacto.
Se recomienda continuar con investigaciones, especialmente de tipo primario, sobre mobbing en los servicios sanitarios, así como profundizar en estrategias de prevención y afrontamiento que sean adaptables y transversales a los distintos contextos en los que se desempeñan los profesionales de enfermería.
Conclusión
Esta revisión permitió identificar estrategias de prevención del mobbing en profesionales de enfermería en el ámbito hospitalario, aplicables a distintos niveles: individual, organizacional y mixto. Cabe destacar que, al ser la enfermería una profesión altamente feminizada, es fundamental incorporar el enfoque de género en la implementación de políticas de prevención del acoso y maltrato en el lugar de trabajo.
Las relaciones de poder, las desigualdades estructurales y la naturalización de ciertas prácticas de violencia simbólica pueden generar una mayor vulnerabilidad hacia las mujeres dentro de los equipos de salud, lo que se evidencia en estudios que sustentan esta investigación. En este sentido, las estrategias de prevención deben integrar la perspectiva de género, reconociendo que el acoso laboral no afecta a todos los profesionales de la misma manera, sino que está mediado por factores como el género, la jerarquía y los roles de cuidado asignados socialmente.
Por lo tanto, el apoyo institucional no debe centrarse únicamente en la implementación de protocolos, sino también en la promoción de una cultura organizacional inclusiva y equitativa que garantice espacios seguros y libres de violencia para todas las personas. Esto implica la capacitación permanente en igualdad de género, la sensibilización sobre sesgos y estereotipos, y la creación de políticas de prevención y sanción que consideren explícitamente la discriminación y el acoso por razón de género.
En conclusión, la prevención del mobbing en enfermería requiere un enfoque integral que combine estrategias individuales, organizacionales y mixtas, e incorpore la perspectiva de género como un elemento transversal para asegurar la eficacia, sostenibilidad y justicia de las intervenciones.
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Notas
*
Artículo de investigación
Notas de autor
a Autora de correspondencia. Correo electrónico: cibeles.gonzalez@uv.cl
Información adicional
Cómo citar: Tello Carreño, C., Hereveri Jara, J., Chávez Alarcón, C., Espinosa Muñoz, M.,
Gómez Hidalgo, D., Fuentes Mondaca, J., González Nahuelquin, C. y Fernández-Clavería,
R. (2025). Prevención de la violencia laboral en
enfermeras y enfermeros de hospitales: una scoping review. Gerencia y Políticas de Salud, 24. https://doi.org/10.11144/Javeriana.rgps24.pvle
