Los autores no tienen conflictos de intereses
A medida que el sujeto socializa con su entorno, las representaciones sociales se acumulan y regulan comportamientos, percepciones e interacciones de las personas (
En las últimas décadas ha venido dándose una mayor visibilización. Se estima que entre el 1,2% y el 3,5% de la población mundial se reconoce como lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (
Por su parte, en la Encuesta Internacional de Masculinidades y Equidad de Género, realizada en Chile, el 44% de los hombres participantes reportó sentir vergüenza el tener un hijo gay (
De acuerdo con las cifras mencionadas, diversas investigaciones han concluido que la discriminación o la falta de apoyo familiar hacia el integrante homosexual le trae consecuencias en su salud mental y física, lo que genera vulnerabilidad y exposición a prácticas de riesgo (
La falta de apoyo a la orientación homosexual de un hijo puede deberse a las representaciones sociales, relacionadas con la masculinidad, que han imperado en las sociedades occidentales, que se reafirman en la paternidad (
En Colombia, una investigación cualitativa realizada por Segura (
Por otro lado, Las familias de origen son aquellas donde se criaron los padres participantes durante su infancia, adolescencia y parte de la juventud, y las familias conformadas son aquellas establecidas por los padres participantes, a través de algún tipo de alianza, unión o matrimonio con una mujer, donde tuvieron hijos que se reconocen como gays (
La presente investigación se desarrolló desde una perspectiva cualitativa, a través de un diseño narrativo por tópicos, el cual ayuda a definir, comprender y analizar unos contendidos específicos (
Se contó con la participación de cinco padres de la ciudad de Cali con hijos gays que fueron seleccionados por la técnica bola de nieve, con una edad que osciló entre los 48 y los 66 años, niveles de escolaridad desde la primaria hasta profesional, y los estratos socioeconómicos entre 3 y 5. Los participantes eran residentes habituales del Valle del Cauca; dos provenían de los departamentos de Boyacá y Antioquia. Los criterios de inclusión fueron: 1) que se encontraran en la adultez media; 2) que sus hijos hayan revelado su orientación sexual hace un año o más; 3) padres que convivan habitualmente con su familia, y 4) no presentaran alteraciones cognitivas o físicas que les impida tener un discurso narrativo claro.
Los datos se recolectaron mediante entrevistas
a profundidad (
Este estudio se llevó a cabo a través
de cuatro fases (
Se tuvo en cuenta la Resolución 8430 (
En las narrativas se observó que predomina la masculinidad hegemónica, que fue reforzada en la crianza de los participantes, teniendo en cuenta que para esa época la forma de interactuar entre las personas era diferente, pues expresan que los hombres jugaban o trabajaban; mientras que las mujeres se encargaban de los quehaceres del hogar. “Las mujeres se quedaban en la casa haciendo los deberes y los hombres en el campo trabajando” (Pulga, 61 años).
Sin embargo, en las familias de origen de dos participantes esto difiere. En San Gabriel (61 años), los quehaceres del hogar siempre hablaron de una “igualdad”. Sin importar el género, todos tenían participación; mientras que en el hogar de Emmanuel (48 años) eran solos los hijos hombres. Esto se relaciona con las masculinidades alternativas. Adicionalmente, tres participantes expresaron actividades que compartían con sus padres, iban guiados a lo que la sociedad ha determinado para los hombres, como juegos de fuerza, de contacto, compartir programas de héroes, hombres musculosos, entre otros.
Dentro de lo que se inculcaba, se evidenció que el rol masculino está enmarcado en unos lineamientos que solo estaban permitidos a los hombres. Lo anterior es importante mencionarlo, debido a que ellos rescatan y defienden que eso hoy ha dado un giro total, pues las normas son sobrevaloradas o no se le otorga mayor importancia.
Anteriormente
todo era muy decente, muy criterioso, muy arraigado, “permiso, señorita; siga, señor”…
Cédale el puesto a la señora, a la niña o a la persona esa o ayúdele a cargar...
Hoy en día tú le ofreces a la señora, “un momentico, yo te ayudo con el paquete”,
la señora va a pensar que es que usted lo va a robar, pero hay normas… No debían
de perderse. (Lucho, 66 años)
Por otro lado, algunos padres han fortalecido sus ideas sobre masculinidad, mientras que otros por diferentes circunstancias han cambiado su forma de pensar. Esto se observa en la colaboración que realizan en los quehaceres del hogar sin sentirse femeninos; perciben a las personas con diversas orientaciones e identidades como seres humanos; el compartimiento del sustento económico con sus esposas, entre otros. Aunque Ñáñez (51 años) no reporta comportamientos como estos, pues su esposa sigue cumpliendo con las labores del hogar, mientras él se encarga del aspecto económico. Esto puede seguir respondiendo a una masculinidad hegemónica. Se evidencia que se abren campos frente a masculinidades alternativas, aunque todavía tienen cosas que no se aceptan socialmente, pues se observa cuando unos participantes afirman que acepta la orientación homosexual de sus hijos; sin embargo, no aceptan algunas expresiones en público, pues la mayoría de los participantes concibe que la masculinidad va a estar determinada por el sexo y su relación con el sexo opuesto. Adicionalmente, los participantes pensaron que sus hijos podrían ser gays desde muy pequeños, debido a sus gustos, forma de vestir y comportamientos. “Yo pensé, yo sí dije, o sea, cuando yo veía esos comportamientos, así como unos gestos como muy no de un niño, sino más bien afeminados yo decía, yo pensaba ‘será que Michael va a ser homosexual’…” (Ñáñez, 51 años).
Cuatro padres de los participantes eran los encargados del sustento económico del hogar, ejercían la autoridad por medio del castigo físico y la imposición de prácticas religiosas que ellos no compartían. Se puede concebir una paternidad hegemónica. “… quien trabajaba era mi papá… Siempre dependimos fue del criterio de mi papá” (Lucho, 66 años).
En cuanto a la paternidad hegemónica ejercida por parte de los participantes, cuatro se encargaron del sustento económico del hogar y la responsabilidad de sus hijos, manifestando que sucedió similarmente con sus padres; además, tres participantes expresaron que mientras ellos trabajaban, sus esposas se encargaban de la crianza de los hijos.
Por otro lado, se encuentra la paternidad paradójica, la cual fue identificada en las narrativas de los participantes, donde se observa que difieren entre ellos. En este tipo de paternidad se encuentran particularidades en tres participantes en relación con su familia de origen, pues sus padres se sentaban a hablar con ellos sobre su vida o tenían que compartir en ciertas épocas con sus esposas el sustento económico, porque no podían suplirlos ellos en totalidad:
… muy pocas épocas en que ella le tocó trabajar por cuestiones
económicas, porque la situación era muy difícil, mi papá era un hombre muy trabajador
y admirable, pero pues el sueldo que él ganaba era un salario mínimo para sostener
cinco muchachos y aparte de eso dos cuñados. (Ñáñez, 51 años)
Mientras, San Gabriel (61 años) expresa que su padre no imponía el deber ser hombre en sociedad; menciona que todo lo que aprendió fue por el ejemplo que daban sus padres:
El liderazgo, que el ejercicio la protección de la familia, dar siempre un buen ejemplo, nunca nos llegó a sentar a decirnos “las cosas son así, ustedes deben ser o comportarse de esta forma, la vida es así”. No, uno lo copiaba por puro espejo. Él se comportaba de tal forma ante un evento, ante un proceso, ellos, los padres, fueron los mejores espejos para uno entender. (San Gabriel, 61 años)
La paternidad paradójica también fue ejercida en ciertos momentos o situaciones por parte de los participantes, por ejemplo, cuando sus esposas marcaron la autoridad en la casa, dado que ellos no permanecían por cuestiones laborales. La relación con sus hijos ha cambiado por las etapas del ciclo vital en la que se encuentran ambos, y también el haberse hecho cargo de sus hijos, puesto que sus esposas no lo pudieron hacer, mas no por iniciativa propia. “Teresa, mi esposa, se dedicó mucho al licor y debido a eso falleció… Estuve a cargo haciendo la comida, y de estar pendiente del hogar” (Pulga, 61 años).
Por último, la paternidad moderna ejercida por los padres de los participantes solo se identificó en dos participantes. Ñáñez (51 años) expresa que la relación con su padre era de confianza, debido a que él le contaba cosas de su infancia, personales, hasta hubo un momento donde el padre llora delante del participante. Mientras en San Gabriel (61 años), afirma que su padre se involucraba en el rol de cuidar, alimentar, educar a sus hijos, había expresión de afecto por medio de abrazos, y se encargaba de los oficios varios del hogar.
En cuanto a la paternidad moderna ejercida de los participantes, no ejercieron el castigo físico; se fomentó la libre expresión, la democracia, el respeto por las decisiones de sus hijos, la expresión de afecto. Como sucede con Ñáñez (51 años), quien manifiesta que en su hogar prevalece la libertad de expresión, el amor, la democracia, el apoyo en el aspecto profesional, sin discriminar por decisiones o gustos, como sucede con su hijo menor respecto a su orientación homosexual. Algo similar se observa en el ejercicio de paternidad moderna identificada en San Gabriel (61 años), que se encarga de los quehaceres del oficio. Ambos padres comparten tiempo con sus hijos, conversaciones, planes de cine u otros espacios en familia.
“El mayor me lo dijo llorando, y le dije ‘es su decisión, yo le respeto lo que usted piense, yo no le veo, porque si es algo que le pueda ayudar, yo le ayudo y por eso no va a dejar de ser’” (Emmanuel, 48 años).
De acuerdo con el ejercicio de paternidad de los participantes y sus padres, se identificaron rasgos de los tres tipos de paternidades (hegemónica, moderna y paradójica) en sus formas de actuar con relación a sus hijos. Se puede observar que los cinco participantes tienden a oscilar en la paternidad paradójica, puesto que siguen combinando elementos de la paternidad hegemónica y la moderna, en el hecho de que siguen siendo ellos los mayores proveedores de la casa y se involucran activamente en el proceso de crianza de sus hijos.
Las representaciones sociales sobre masculinidad y paternidad identificadas en los padres participantes fueron inculcadas y fomentadas en diversos espacios, especialmente en su familia de origen, y se reprodujeron en sus familias actuales. Al reconocer las representaciones que tienen estos padres ante la masculinidad, se encontraron aspectos comunes con algunas de las investigaciones revisadas como la de Viveros (
En la investigación se encontraron diferentes representaciones sobre masculinidad: los participantes la siguen relacionando con el carácter biológico, donde prevalece que un hombre cuenta con genitales de macho y sus relaciones sexoafectivas son con mujeres. Esto puede ser resultado de la crianza que recibieron estos padres, pues crecieron en un contexto que promovía posturas conservadoras de los roles de género.
Lo anterior concuerda con investigaciones revisadas, como la de Bruel et al. (
Por consiguiente, se puede relacionar con la aceptación de la orientación homosexual de su hijo, pues se puede deber a la crianza y el proceso de transición del ejercicio de masculinidad y paternidad que han tenido a lo largo de la historia, como una crianza equitativa (San Gabriel, 61 años) o la responsabilidad de los quehaceres del hogar a los hijos hombres (Emmanuel, 48 años). No obstante, Ñáñez (51 años) expresa que se le dificulta la aceptación, por la crianza que tuvo, lo cual se relaciona con la investigación de Ceballos (
Además, el ejercicio de la paternidad reafirma la masculinidad hegemónica (
Lo anterior tiene relación con lo que plantea la teoría, pues la paternidad se define y se asocia con responsabilidad, el portador de la autoridad, principal proveedor económico, poco involucramiento del cuidado de los hijos y el formador de los hijos hombres en cuanto a valores considerados masculinos socialmente; por ello, su ejercicio de paternar es en cierta medida una reproducción de cómo fueron sus padres con ellos. Sin embargo, el ejercicio de paternidad del padre de San Gabriel (61 años) se relaciona con lo que mencionan diversos autores (
Por otro lado, se encuentran rasgos de la paternidad paradójica, que se caracteriza por tener elementos de la paternidad hegemónica y moderna, donde su ejercicio puede variar y transitar con dichos elementos generando contradicción en su ejercicio como padres. Los participantes no ejercieron autoridad con sus hijos por no presencia en el hogar, obligación de los quehaceres del hogar o difusa expresión de afecto, como lo mencionan Luján y Tamarit (
El presente estudio analizó que los padres sufren angustia de perder las expectativas de que su hijo siga el camino tradicional de casarse y tener hijos, siendo difícil asumir y comprender la situación que desencadena la revelación de la homosexualidad. Además, están las construcciones sobre masculinidad que estos padres interiorizaron en sus familias de crianza, y han inculcado en el hijo que una manera de replicar la masculinidad es emparejarse y reproducirse con mujeres. Por lo tanto, ante la poca apertura que tienen estas familias con perspectiva tradicional, se genera una afectación en el bienestar psicológico del hijo (
Las representaciones sociales sobre masculinidad y paternidad que predominan son el tipo de masculinidad hegemónica, como aquella que evidencia la posición social dominante de los hombres sobre la subordinación de la mujer, de homosexuales y mujeres trans que no cumplen con lo socialmente esperado. Adicionalmente, la visión del hombre es percibida como héroe y proveedor económico del hogar, así como los juegos de fuerza, de contacto, programas de héroes y demás que compartieron esta perspectiva hegemónica de ser hombre. Igualmente, el ejercicio de paternidad de los participantes se identifican rasgos de los tres tipos de paternidad, pues en ocasiones utilizaban el castigo físico como método de educación hacia sus hijos, responsables del sustento económico del hogar, involucramiento en la crianza y educación de sus hijos por situaciones que los obligaron, expresión del afecto, relación de amistad, democrática y equitativa con sus hijos.
La pertinencia disciplinar de la investigación está orientada a explorar y profundizar en representaciones sociales sobre masculinidad y paternidad para poder comprender de una manera más amplia cómo los seres humanos interpretan sus realidades y estas pueden cambiar según sus experiencias de vida. Por consiguiente, la relevancia social está en la labor que se puede hacer desde la psicología con las familias, el trabajo para articular y concientizar la importancia del apoyo para propiciar el proceso de aceptación de la orientación homosexual del hijo y el bienestar, así como las dinámicas familiares y comunicación asertiva entre padre e hijo, visibilizando la salud de todos los integrantes. Esta relevancia social se triangula con el reconocimiento del discurso y el significado de las historias de estos padres como guía para ayudar a otras familias con experiencias similares.
Se recomienda a las entidades de salud y educativas que consideren dentro de sus miradas las situaciones evidenciadas en esta investigación, para que se reorienten intervenciones o estrategias con enfoque diferencial para hijos gays y padres, que puede contribuir a prácticas de autocuidado en personas con diversas orientaciones sexuales; y para futuras investigaciones con abordaje cualitativo la participación de los demás integrantes del núcleo familiar.
* Artículo original de investigación