Alcances y límites del nuevo ciclo progresista en América Latina: presentación del dosier

Héctor Ignacio Martínez Álvarez

Alcances y límites del nuevo ciclo progresista en América Latina: presentación del dosier

Papel Político, vol. 29, 2024

Pontificia Universidad Javeriana

Héctor Ignacio Martínez Álvarez

Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, México


Después de una etapa de excepción de guerra contrarrevolucionaria por parte de los poderes militares y gobiernos totalitarios y autoritarios en América Latina, en la cual se desarrolló la estrategia de violencia política de aniquilamiento de los movimientos revolucionarios y la conquista de bases sociales por medio de la doctrina de contrainsurgencia, los Estados latinoamericanos iniciaron en las últimas dos décadas del siglo pasado el restablecimiento de la vida institucional y civil de la sociedad burguesa, por medio de la bandera de la democratización de los regímenes políticos.

Este fue un cambio de página a las atrocidades que llevaron principalmente a cabo agentes del Estado y las Fuerzas Armadas durante las dictaduras militares y los gobiernos autoritarios. Fue una salida a la clausura de la forma de Estado desarrollista y benefactor y el fin de sus acuerdos y alianzas entre clases y sectores sociales, los cuales se basaron en la protección estatal a cambio de lealtad por parte de sus subordinados. Fue una respuesta política por parte del Estado y las clases dominantes a los impactos de las grandes transformaciones económicas y sociales perjudiciales para el grueso de la población que impuso la nueva fase de desarrollo capitalista en la región. Dichos procesos generaron profundas rupturas en las relaciones de mando-obediencia, por lo que fue necesario suturar los desgarros dentro de la comunidad estatal y restaurar un nuevo marco de legitimidad o reconocimiento del mando político, en los lugares donde se reconstruye el Estado con sus relaciones constitutivas de poder y dominación, según formas consensuadas basadas en la selección y la alternancia de los gobiernos a través de la vía electoral.

Fue la constitución de una forma de gobierno que, durante poco más de tres décadas, hizo posible mantener la estabilidad política necesaria para el funcionamiento de un nuevo patrón de reproducción del capital, el cual, a pesar de someter a una mayor degradación de las condiciones de vida de la población y requerir cambios profundos en los entramados institucionales y estatales perjudiciales para las clases trabajadoras y masas populares, pudo en la mayor parte de los casos sortear los sobresaltos sociales y políticos que representaran un peligro para la viabilidad y el curso del capitalismo latinoamericano. De hecho, pudo experimentar episodios y experiencias que a lo largo y ancho de la región de América Latina buscaron navegar a contracorriente y pusieron en jaque el más reciente proyecto económico de las clases dominantes del capitalismo latinoamericano, como en su momento sucedió durante la primera década del nuevo siglo en Venezuela, Bolivia y, en menor medida, Ecuador, o que incluso pusieran en tela de juicio el carácter democrático debido a las “fallas” y la transgresión sistemática de las reglas del juego electoral y democrático por parte de las propias autoridades encargadas de dichos procesos, como sucedió particularmente en México.

Sin embargo, tras la crisis global de 2007-2008, América Latina padeció durante la década posterior el agotamiento del presente patrón exportador de especialización productiva, como resultado de los ajustes sobre los cuales la economía mundial buscó revertir su caída en las tasas de ganancia a través de nuevos ajustes en las economías de América Latina, endureciendo las medidas de explotación y dominación sobre la fuerza de trabajo, que llevaron a una mayor degradación de las condiciones de vida de las clases trabajadoras y los sectores populares. Esto modificó, a finales de la segunda década del presente siglo, el escenario sociopolítico en la región, cuyo detonante fue una crisis del sistema de dominación que estuvo marcada por una coyuntura en la cual los grupos, gobernantes y partidos políticos (que en las últimas tres décadas habían tomado el control de los apartados del Estado con la bandera de la transición a la democracia y que impulsaron las políticas económicas de libre mercado en la región) fueron desplazados por nuevas fuerzas políticas que buscaron recomponer los mandos a través de la restauración de la comunidad y la figura estatal. En este contexto, la región vivió la agudización de la lucha de clases, la capacidad de dirección y respuesta de partidos y movimientos políticos opositores a los gobiernos de derecha, la rearticulación y acumulación de fuerzas de organizaciones populares y la llegada al poder de gobiernos de izquierda y populares, que en su conjunto dieron vida a un nuevo ciclo progresista en la región.

En este sentido, en México, en el marco de una fuerte tensión política en los últimos años derivado de la lucha de distintos sectores populares, se creó el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el cual obtuvo la victoria presidencial en 2018 con el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador; en Argentina, vivieron más de cuatro años de huelgas generales, marchas y protestas en contra de Mauricio Macri y la victoria presidencial del peronismo de centroizquierda en 2019 con Alberto Fernández; en Cuba, eligieron a Miguel Díaz-Canel como presidente; en Ecuador, hubo una ola de revueltas populares e indígenas en contra de las políticas económicas por parte del gobierno de Lenin Moreno; en Bolivia, retornó el Movimiento al Socialismo (MAS) a la presidencia y triunfó Luis Arce en las elecciones del 2020, después del golpe de Estado en contra de Evo Morales y la rearticulación del movimiento social y popular boliviano para derrocar a la élite golpista encabezada por Jeanine Áñez; en Chile, en 2021, después de un largo tiempo de estallidos sociales y de protagonizar una enorme lucha social y popular, llegó a la presidencia Gabriel Boric, y en Perú las movilizaciones y protestas sociales pusieron fin al gobierno conservador de Manuel Merino, las cuales llevaron posteriormente a Pedro Castillo a ganar las elecciones presidenciales. Asimismo, en 2021, se vivió el triunfo de Lula da Silva, en Brasil; Xiomara Castro, en Honduras, y Gustavo Petro, en Colombia, quienes asumieron la presidencia de sus respectivos países después de fuertes manifestaciones y un gran descontento popular.

Frente a este panorama, el presente dossier analiza los procesos y cambios políticos que enfrenta actualmente la región, a la luz del ascenso de los nuevos movimientos y gobiernos progresistas y populares, así como la respuesta por parte de grupos opositores a estos nuevos proyectos políticos. El objetivo central es problematizar los alcances, límites y contradicciones que representan las fuerzas políticas populares y progresistas en la región, en el marco de la refundación estatal propuesta en sus programas políticos y agendas de gobierno. En particular, se explora el significado teórico, conceptual y empírico sobre la idea del surgimiento de un nuevo pacto social en América Latina conducido por los nuevos gobiernos populares y progresistas. Además, se busca reconocer las principales aristas o puntos de ruptura sobre los cuales se fracturó el proceso de constitución estatal en las últimas décadas y las respuestas políticas, sociales e institucionales por parte de nuevas fuerzas políticas para reunificar la vida pública y social en los distintos países del subcontinente a partir de construir nuevas bases de legitimación popular.

A partir de una reflexión teórica, en el manuscrito “El ascenso de Milei en Argentina y las nuevas extremas derechas de América Latina”, Alberto Bonnet reflexiona acerca de las características de las nuevas fuerzas políticas y gobiernos de extrema derecha autoritaria que emergieron en América Latina tras la clausura del ciclo progresista previo (o pink tide). Para ello, el autor desarrolla una caracterización sobre esta tendencia política a partir de una discusión del concepto de neofascismo, el cual en un primer momento es utilizado para ilustrar el reciente gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil. A manera de plantear una línea de continuidad de este fenómeno, describe el ascenso electoral de Javier Milei en Argentina para destacar sus dos grandes referentes políticos e ideológicos, por un lado, sus posiciones neoliberales, las cuales son aún más radicales que las de otros exponentes de esa extrema derecha latinoamericana, y, por el otro, las posiciones conservadoras e incluso autoritarias en materia de derechos y libertades democráticas.

Siguiendo con el caso de Argentina, en el artículo “El gobierno del Frente de Todos o el fracaso de la búsqueda del consenso imposible”, Francisco Cantamutto aborda la llegada al gobierno del Frente de Todos en 2019, como parte de un segundo ciclo de gobiernos progresistas o populares en la región. En aquel plantea que después de experimentar el gobierno de la coalición Cambiemos, cuya aplicación de políticas neoliberales sumergió al país en una crisis severa, llegó al poder el Frente de Todos, el cual, en medio de la pandemia por la COVID-19, prometió generar un proceso de crecimiento con redistribución que no logró. De esta manera, a partir de un análisis de economía política, se sostiene que la razón de fondo de este proceso está en el énfasis consensual del gobierno con el ala opositora, que buscó eludir intenciones refundacionales propias de una parte de la coalición que limitó las posibilidades de actuar en pro de un proceso redistributivo o de cambio estructural, con lo cual la derecha radical se hizo más importante en el escenario político.

Con la contribución “Progresismos de segunda generación: entre el gatopardismo y las reformas sociales como cimientos de la transformación. Miradas a los gobiernos de México, Argentina y Colombia”, Carolina Jiménez reflexiona sobre el surgimiento de los dos ciclos progresistas del siglo XXI en América Latina, el contexto en el que emergieron y las diferencias entre ambos. En aquel se destaca cómo la segunda ola del progresismo latinoamericano enfrentó el duro golpe que representaron para las clases trabajadoras y de los sectores populares la crisis mundial del 2007 y la emergencia sanitaria derivada de la COVID-19; además, se resalta para este mismo ciclo el papel de las derechas “recargadas” en la disputa por el poder político. Como caso de estudio, la autora problematiza las tendencias generales de la política que han acompañado tres de estos gobiernos: el de Andrés Manuel López Obrador en México, el de Alberto Fernández en Argentina y Gustavo Petro en Colombia.

Por su parte, Natalia Ceppi presenta el trabajo “El rompecabezas boliviano. Idas y vueltas del Movimiento al Socialismo (MAS) en el poder. Reflexiones sobre un juego de dos tiempos”. Partiendo de un análisis cualitativo, en el artículo se reflexiona sobre los dos ciclos que, por el momento, marcan la permanencia del MAS en el Ejecutivo boliviano y en la montaña rusa del progresismo sudamericano: los mandatos de Evo Morales (2006-2019) y la presidencia en curso de Luis Arce. Lejos de hacer una comparación entre ambos gobiernos, identifica los contextos mundiales, regionales y domésticos que los han marcado y explora las disputas en el interior del MAS y sus grandes desafíos y retos.

En el artículo de Soledad Stoessel, titulado “Crisis estatal en Ecuador: del Estado posneoliberal al Estado predatorio”, se aborda el proceso político que derivó en la neoliberalización del Estado y en la posterior crisis estatal en Ecuador, durante el período 2017-2023. En aquel se argumenta la captura estatal del Estado ecuatoriano por parte de los sectores dominantes y la puesta en marcha del lawfare por parte del bloque antipopulista para neutralizar al correísmo como fuerza política durante el gobierno de Lenin Moreno. Para ello, se sostiene que el anticorreísmo operó como identidad política capaz de estructurar el campo político que permitió corporativizar el Estado por las élites ecuatorianas y, posteriormente, durante el gobierno del banquero Guillermo Lasso, configurar un Estado predatorio al servicio de la apropiación privada y corrupta de las rentas públicas por parte de las élites económicas-financieras.

Por su parte Jan Lust presenta el artículo “La lucha de clases en el Perú. El surgimiento y la caída de un presidente de izquierda, 2021-2023”, en el cual se exponen algunas razones del ascenso de Pedro Castillo al poder político en Perú, su caída y el surgimiento de un nuevo movimiento social contra el régimen autoritario de Dina Boluarte. Entonces, se analiza la elección de Pedro Castillo como primer presidente peruano de izquierda en 2021 y se explora cómo Castillo nunca representó una amenaza para los intereses económicos del capital, debido a que su presidencia no contó con las bases políticas y sociales para iniciar procesos hacia una transformación estructural y radical en términos políticos, económicos, sociales y culturales.

Finalmente, en el texto “La revocatoria de mandato presidencial en Venezuela, Bolivia y México (2004-2023). Entre el impasse político y la participación popular” Octavio Moreno y Laura Cruz analizan tres casos (Venezuela, Bolivia y México) de referéndums revocatorios en América Latina a lo largo del siglo XXI, tomando en cuenta el contexto político en el que se originaron y su correspondencia con las demandas de mayor participación política popular. En el artículo se resalta cómo los gobiernos progresistas en la región usaron herramientas de democracia directa, tales como la promulgación de nuevas constituciones, la consulta en la toma decisiones públicas importantes y la revocación de mandato. Además, los autores reflexionan sobre la manera en que estos ejercicios han despertado preguntas acerca de las características de su implementación y su uso político, considerando que la demanda de participación política es un rasgo fundamental de los progresismos latinoamericanos, esto es, de su relación con los movimientos sociales y políticos que los impulsaron.

De esta manera, el punto en común que trazan los distintos trabajos es la complejidad y la expectativa con la cual se presentan los procesos y los movimientos políticos que se dirimen en esta época en toda la región, que abarcan protestas y revueltas populares masivas, cambios de régimen, formación de nuevos pacto sociales, golpes de Estado, consolidación de hegemonías y proyectos políticos, y el ascenso de fuerza conservadoras y de ultraderecha. Todo ello marca una ruta crítica que no permite visualizar el rumbo por el que se conduce la región, lo que deja un sentimiento de incertidumbre y zozobra sobre el tipo de destino al que se dirige. Por esto, el contenido de los artículos cumple de manera efectiva con el objetivo central del dosier: reconocer los límites y alcances de los distintos proyectos políticos que convergen en la Latinoamérica. Más que dar respuesta a estas interrogantes, se abren nuevos frentes de reflexión que contribuyen a esclarecer, explicar y caracterizar este momento, con miras a contribuir con la construcción de nuevos legados políticos de justicia, emancipación y bienestar para los pueblos de la región, enlazando el presente y el futuro desde la propia especificidad estructural de América Latina en tanto región periférica y dependiente del sistema mundial.

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