Influencia del sexo, edad y cultura en las estrategias de afrontamiento de adolescentes paraguayos y mexicanos*

Influence of Sex, Age, and Culture on Coping Strategies of Paraguayan and Mexican Adolescents

Norma Coppari, Blanca Barcelata, Laura Bagnoli, Gerónimo Codas, Heidi López Humada, Úrsula Martínez Cañete

Influencia del sexo, edad y cultura en las estrategias de afrontamiento de adolescentes paraguayos y mexicanos*

Universitas Psychologica, vol. 18, núm. 1, 2019

Pontificia Universidad Javeriana

Norma Coppari a

Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Paraguay


Blanca Barcelata

Universidad Nacional Autónoma de México, México


Laura Bagnoli

Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Paraguay


Gerónimo Codas

Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Paraguay


Heidi López Humada

Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Paraguay


Úrsula Martínez Cañete

Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Paraguay


Fecha de recepción: 18 Enero 2017

Fecha de aprobación: 29 Octubre 2018

Resumen: La adolescencia es un periodo sensible al estrés, sin embargo, el afrontamiento puede contribuir a una adaptación positiva, el cual tiende a cambiar en función de algunas variables personales como el sexo, la edad y contextuales, como la cultura. El objetivo de este trabajo fue analizar la influencia del sexo, edad y cultura en las estrategias de afrontamiento con adolescentes paraguayos y mexicanos. Se realizó un estudio de campo transversal, expos-facto, de tipo comparativo de dos muestras independientes con un diseño 2 x 2 x 2. Participaron de manera intencional 2278 adolescentes escolares paraguayos (n = 1188) y mexicanos (n = 1090), de 13 a 18 años (M = 15.15; DE = 1.48). Se aplicó la Escala de Afrontamiento para Adolescentes (ACS) que evalúa tres estilos y 18 estrategias de afrontamiento, y una cédula sociodemográfica. Se encontraron diferencias y efectos principales por edad y país en los estilos de afrontamiento productivo, no productivo y con referencia a otros y en algunas de sus estrategias. Las mujeres usan más estrategias de afrontamiento, muchas relacionadas con la búsqueda de apoyo social. Los adolescentes tempranos paraguayos y mexicanos tienden a presentar menos estrategias productivas. Solo se observaron efectos de interacción del sexo y la cultura en los estilos de afrontamiento. Estos datos aportan evidencia que podría ser útil para las políticas públicas de prevención y promoción de salud en adolescentes.

Palabras clave adolescentes, afrontamiento, escolares, estilos, estrategias.

Abstract: Adolescence is a period sensitive to stress, however, coping can contribute to a positive adaptation, which tends to change depending on some personal variables such as sex, age, and context such as culture. The objective of this investigation was to analyze the influence of sex, age and culture on coping strategies with Paraguayan and Mexican adolescents. A field study was carried out, cross-sectional, expos-facto, comparative type of two independent samples with a 2 x 2 x 2 design. 2278 schoolchildren from Paraguay (n = 1188) and Mexicans (n ​​= 1090) from 13 to 18 years old (M = 15.15, SD = 1.48) participated intentionally. The Adolescent Coping Scale (ACS) was applied, which evaluates three styles and 18 coping strategies and a sociodemographic card. Differences and main effects were found by age and country in the styles of productive coping, nonproductive coping, and with reference to others and in some of their strategies. Women use more coping strategies, many related to the search for social support. Early Paraguayan and Mexican adolescents tend to present fewer productive strategies. Effects of interaction were found only on sex and culture on coping styles. These data provide evidence that could be useful for public policies for the prevention and promotion of adolescent health.

Keywords: adolescents, coping, students, styles, strategies.

La adolescencia es una etapa de muchos cambios biológicos, psicológicos y sociales que suelen ser fuente de estrés, sin embargo, el afrontamiento es un proceso que puede amortiguar su impacto negativo en el desarrollo del adolescente. Con base en el modelo transaccional de Lazarus y Folkman (1991), en general, el afrontamiento se define como proceso que involucra un conjunto de acciones de tipo emocional, cognitivo, conductual y fisiológico, que se despliegan ante situaciones estresantes y que puede asumir un papel protector y contribuir a la adaptación positiva (Evans et al., 2015; Simpson, Suarez, Cox, & Connolly, 2018; Verdugo-Lucero et al., 2013; Wadsworth, Raviv, Compas, & Connor-Smith, 2005) o por el contrario, asociarse con psicopatología, en función del tipo de afrontamiento usado (Castro, Planellas, & Kirchner, 2014; Manne et al., 2015; Seiffge-Krenke, 2000), por lo que su investigación tiene implicaciones en términos de salud mental.

Existen diferentes modelos de afrontamiento para adolescentes. Connor-Smith y Compas (2004) plantean que el afrontamiento consiste en una serie de reacciones fisiológicas, conductuales o cognitivas (p. ej., reestructuración cognitiva) que pueden llevar a involucrarse con el problema, ya sea modificando la fuente de estrés o las emociones relacionadas al evento estresante, o por el contrario, pueden implicar desinvolucrarse de la situación. Hay evidencia de que las primeras están asociadas con la salud mental, mientras que las segundas se relacionan con problemas emocionales y de conducta (Barcelata, Luna, Lucio, & Durán, 2016; Frydenberg, Care, Freeman, & Chang, 2009).

Otro modelo (Seiffge-Krenke, 2011) propone que el afrontamiento puede ser básicamente de dos tipos: funcional o no funcional, y puede implicar diversas formas de reacciones. Algunos pueden estar centrados en la emoción, mientras otros más en la conducta (Eisenberg, Fabes, & Guthrie, 1997; Muñoz, Vega, Berra, Nava, & Gómez, 2015). La crítica a esta dicotomía de afrontamiento es impulsada por la hipótesis de que entre los jóvenes afectados por trauma, ciertas estrategias como la distracción y la evitación que originalmente fueron conceptualizadas como desadaptativas, pueden ser adaptaciones positivas en algunas culturas y contextos (Cherewick, Doocy, Tol, Burnham, & Glass, 2016).

Frydenberg, Eacott y Clark (2008) distinguen entre estilos y estrategias de afrontamiento. Los estilos se refieren a la predisposición personal a reaccionar de cierta manera ante una situación, y la estrategia supone la acción específica utilizada para afrontar dicho problema. Existen tres tipos de estilos de afrontamiento: productivo, no productivo y con referencia a otros. El primero está constituido por estrategias encaminadas a disminuir el estrés u obtener resultados positivos, como la resolución de problemas, enfocarse en lo positivo, invertir en amigos íntimos, recreación física, diversiones relajantes, buscar pertenencia o esforzarse en solucionar el problema y tener éxito. Por el contrario, el afrontamiento no productivo implica la tendencia a usar estrategias cuyos resultados pueden ser negativos, ya que no contribuyen a disminuir el estrés, como por ejemplo, ignorar el problema, reservárselo para sí mismo, no afrontar, autoinculparse, reducir la tensión de forma inapropiada, hacerse ilusiones o preocuparse. Por último, el afrontamiento puede ser con referencia a otros individuos y constituir estrategias como buscar apoyo profesional, apoyo social, apoyo espiritual o recurrir a la acción social.

La literatura muestra que las formas de afrontamiento pueden variar durante la adolescencia en función de algunas variables personales, en particular, del sexo y la edad (Frydenberg & Lewis, 2000a; Seiffge-Krenke, 2011; Seiffge‐Krenke, Aunola, & Nurmi, 2009), debido a su asociación a cambios en el desarrollo y también a factores contextuales, como la cultura (Lee & Mason, 2014; Samper, Tur, Mestre, & Cortés, 2008; Urzúa, Basabe, Pizarro, & Ferrer, 2017). En cuanto al sexo, se reporta que las chicas, en general, tienden a utilizar una mayor variedad de estrategias de afrontamiento, siendo las de mayor uso las relacionadas con la búsqueda de apoyo social, mientras que los chicos reportan el uso de algunas estrategias de distanciamiento del problema, como buscar actividades relajantes o distraerse (Barcelata et al., 2016; Connor-Smith & Compas, 2004; Frydenberg & Lewis, 2000b; Seiffge-Krenke, 2000). En otro estudio con universitarios uruguayos, Scafarelli y García (2010) encontraron que las mujeres utilizan estrategias como buscar diversiones relajantes o pertenencia, aunque también, preocuparse y buscar apoyo social, significativamente y en mayor medida que los hombres lo cual coincide con los estudios anteriores (Morales, Trianes, & Miranda, 2012).

Con respecto a la edad o rango de edad, existen algunos datos que indican que los adolescentes más pequeños o de menor edad, tienden a utilizar más estrategias de evitación o desinvolucramiento, centradas en la emoción (Eisenberg et al., 1997) y presentan un menor repertorio de estrategias en comparación con los adolescentes de mayor edad, entre otras razones, porque estos ya tienen más experiencias que les han permitido probar más acciones y ver el resultado (Seiffge-Krenke, 2011; Seiffge‐Krenke et al., 2009; Sittichai & Smith, 2018). Sin embargo, otros estudios reportan que los adolescentes mayores presentan estrategias menos eficaces que los de menor edad (Barcelata, Coppari, & Márquez-Caraveo, 2014; Clemente, 2015).

En relación con la influencia del contexto o la cultura sobre los patrones de afrontamiento, Frydenberg et al. (2003) muestran evidencia al respecto, al realizar una investigación transcultural con adolescentes australianos, alemanes, colombianos y palestinos, en la que reportaron diferencias significativas en los tres estilos de afrontamiento (productivo, no productivo y con referencia a otros), entre los diferentes grupos. Los palestinos y los colombianos presentaron mayor afrontamiento no productivo que los adolescentes de otros países, sin embargo, no encontraron influencia significativa entre el sexo y la cultura. Datos similares se hallaron en todas las estrategias de afrontamiento, excepto en autoinculparse, en la que tampoco se encontró un efecto de interacción entre el sexo y la cultura. En otra investigación multicultural realizada por Samper et al. (2008), en la que participaron adolescentes de España, Europa Occidental, Europa del Este, Países Árabes y América Latina, se encontró que las respuestas de afrontamiento varían según nivel de agresividad, sexo y cultura. Las personas agresivas utilizan afrontamiento más improductivo que las no agresivas. Las mujeres utilizan en mayor medida el afrontamiento en relación con los demás, y los varones hacen mayor utilización de la distracción física, ignorar el problema, buscar apoyo profesional y la acción social. Asimismo, se señalan diferencias en los participantes latinoamericanos, que tienden a no afrontar el problema o se abocan a buscar apoyo espiritual, en comparación a los españoles que presentan estrategias de un estilo de afrontamiento en relación con los demás.

Por último, Barcelata et al. (2014) compararon estilos de afrontamiento en adolescentes tempranos y medios de México y Paraguay, encontrando diferencias con respecto al sexo, edad y cultura, hallando diferencias significativas en los tres estilos de afrontamiento. Los adolescentes paraguayos puntuaron más alto en afrontamiento no productivo y afrontamiento con referencia a otros, mientras que los mexicanos obtuvieron puntajes más altos en el productivo. En cuanto a las diferencias por sexo, los hombres puntúan significativamente más alto en las estrategias de afrontamiento productivo, mientras que las mujeres lo hacen en estrategias improductivas, tales como preocuparse, reducir de la tensión, autoinculparse y no afrontamiento. En lo que refiere a diferencias por edad, adolescentes medios presentaron puntajes más altos en la búsqueda de apoyo social, solución de problemas, autoinculparse y preocuparse, en tanto que los adolescentes tempranos lo hacen en ignorar el problema y buscar recreación física. Asimismo, se halló que los adolescentes medios puntuaban, significativamente más alto, en afrontamiento productivo.

Este breve estado del arte pone de manifiesto la importancia de analizar el afrontamiento en la adolescencia, por su potencial rol protector aun ante situaciones de estrés significativo y su asociación con la salud mental de los adolescentes (Rutter, 2007). El estudio simultáneo de la influencia de variables personales como el sexo y la edad y de otras de tipo contextual sobre el afrontamiento en esta etapa del ciclo vital, es pertinente, no solo porque se trata de una etapa caracterizada por rápidos cambios, sino porque permitiría obtener algunos referentes a partir de lo cual se puedan proponer acciones concretas de salud mental, tomando en cuenta dichos factores, como se sugiere (Seiffge-Krenke et al., 2009). Es de particular interés realizar más investigación con población latinoamericana, ya que, si bien existen diversos estudios al respecto, no se pueden generalizar los resultados, dada la diversidad de contextos y condiciones en los que viven los adolescentes a lo largo de América Latina, cuyos perfiles epidemiológicos en salud mental reflejan que representan un grupo vulnerable y prioritario, en términos de políticas públicas de salud mental. Se plantea la pertinencia de conocer cómo los adolescentes paraguayos y mexicanos afrontan los retos en diferentes ámbitos de su vida (p. ej., nuevos roles sociales, mayor autonomía e independencia del núcleo familiar, mayor exigencia académica, entre otros) de acuerdo al sexo, a la edad o grupo etario y al contexto cultural. Por este motivo, el objetivo de este estudio ha sido analizar los estilos y estrategias de afrontamiento en función del sexo y la edad, en dos contextos culturales como el de Paraguay y México. Se espera que los hallazgos proporcionen evidencia que permita desarrollar programas universales y selectivos, para promover estilos y estrategias de afrontamiento productivo que aumente el potencial resiliente tanto en los adolescentes paraguayos como en los mexicanos, en la familia, la escuela, la comunidad y en contextos sociales más amplios.

Método

Es un estudio de campo transversal, ex post facto, de tipo comparativo con dos muestras independientes y con un diseño 2 x 2 x 2: sexo * edad * cultura (Kerlinger & Lee, 2001), en tanto, se exploran dos niveles de tres variables: sexo (hombre-mujer), edad (13-15 años y 16 a 18 años) y cultura (Paraguay y México). De acuerdo a la evidencia previa, se espera que haya diferencia en los estilos y estrategias de afrontamiento por parte de estas tres variables, resultante de los países de origen de los adolescentes (Paraguay o México). Asimismo, se espera que haya un efecto en la combinación de por lo menos dos variables, como por ejemplo, sexo y edad, sexo y cultura, edad y cultura o de las tres variables, en el afrontamiento. Se optó por el diseño mencionado, debido a que se busca comparar grupos que no fueron previamente asignados de manera aleatoria, sino que estaban previamente establecidos de manera natural (McGuigan, 1996).

Participantes

La muestra se seleccionó de manera no probabilística, por conveniencia, y estuvo constituida por 2278 adolescentes estudiantes, paraguayos (N = 1188) y mexicanos (N = 1090); varones (Py = 538; Mex = 540), mujeres (Py = 650; Mex = 550), de 13 a 18 años (Medad = 15.31; DE = 1.48), de escuelas de educación básica (EEB) y media (EEM) de la ciudad de Asunción, y educación secundaria y bachillerato de la Ciudad de México, capitales de Paraguay y México, respectivamente.

Instrumentos

Para evaluar el afrontamiento, se aplicó la Escala de Afrontamiento para Adolescentes ([ACS]; Frydenberg & Lewis, 2000b), adaptada para adolescentes mexicanos (Barcelata & Molina, 2013 en Molina, 2013) y también probada con adolescentes paraguayos (Barcelata et al., 2014), la cual obtuvo indicadores de consistencia interna adecuados (alfa total = 0.874). Es una escala compuesta por 79 reactivos de tipo Likert, de cinco puntos que van del 1 = nunca me sucede, a 5 = con mucha frecuencia, que evalúan 18 factores de primer orden denominados estrategias de afrontamiento (alfas por factor de 0.642 a 0.884), integradas en tres factores de segundo orden o estilos de afrontamiento. El afrontamiento productivo (alfa total = 0.642), que promueve acciones en búsqueda de una solución o lidiar con la fuente de estrés, como enfocarse en la solución del problema, enfocarse en lo positivo, invertir en amigos íntimos, recreación física, búsqueda de actividades relajantes, búsqueda de pertenencia y trabajar duro y logro. El afrontamiento no productivo (alfa total = 0.788) incluye estrategias evitativas que conllevan un distanciamiento del estresor y a la no solución, como ignorar el problema, guardarlo para sí, no afrontar, autoinculparse, reducir la tensión, preocuparse y pensamiento mágico. El afrontamiento con referencia a otros (alfa total = 0.636) implica a otras personas en la resolución de los problemas, como búsqueda de ayuda profesional, de apoyo social y de apoyo espiritual, así como acciones sociales (Frydenberg et al., 2003).

Para la obtención de datos sociodemográficos, se utilizó la cédula sociodemográfica del adolescente y su familia (Barcelata, 2014), que consiste en 16 reactivos de opción múltiples (alfa ordinal = 0.0676), que explora datos como edad, sexo, escolaridad del adolescente y de sus padres, así como algunas características de la vivienda.

Procedimiento

Se solicitó autorización a los directivos de las instituciones para el acceso a los últimos tres grados de enseñanza básica y de enseñanza media en el caso de Paraguay, y de enseñanza media (nivel secundario) y media superior (nivel bachillerato), en México. El nivel de secundaria mexicano es equivalente a los últimos tres grados de educación básica (7.º, 8.º y 9.º) de Paraguay, así como el 1.º, 2.º y 3.º de bachillerato de México lo es con los grados 1.º, 2.º y 3.° de educación media paraguaya. De acuerdo a los principios éticos recomendados por la American Psychological Association (APA, 2013), de manera previa a la aplicación en ambos países, se obtuvieron consentimientos informados de las autoridades de las escuelas y de los padres, así como asentimientos informados de los estudiantes adolescentes. La aplicación de instrumentos se realizó por grupo, en sus horarios normales de actividades, a la que asistieron de manera voluntaria los adolescentes, a quienes se les solicitó que contestaran de manera anónima, garantizando la confidencialidad de los resultados. El levantamiento de datos se realizó dentro del periodo escolar de cada país, de septiembre de 2016 a febrero de 2017, considerando la disponibilidad de acuerdo a los calendarios de cada país. Investigadores auxiliares entrenados colaboraron bajo la supervisión de los investigadores responsables en ambos países.

Plan de análisis

Se llevaron a cabo análisis descriptivos por lo que se obtuvieron frecuencia y medidas de tendencia central, para caracterizar a las muestras en términos de variables sociodemográficas y para describir las variables de estudio. De acuerdo al diseño 2 x 2 x 2, se llevó a cabo un MANOVA para evaluar los posibles efectos principales del sexo (hombre-mujer), la edad o grupo etario (13 a 15 años-16 a 18 años) y de acuerdo a la cultura o contexto cultural (Paraguay y México), en los estilos y estrategias de afrontamiento por separado, así como los posibles efectos de interacción entre dichos factores: sexo, edad; sexo, cultura; edad, cultura; sexo, edad, cultura, sobre los etilos y estrategias de afrontamiento. De manera previa a los análisis multivariados, se realizaron análisis de normalidad de las variables utilizando como indicadores los índices de Kolmogorov-Smirnov. Los análisis se realizaron con el SPSS 15.

Resultados

Los datos sociodemográficos básicos de acuerdo al sexo, edad y contexto cultural (Tabla 1), permiten observar que las muestras, en general, son equivalentes en cuanto a sexo y grupo etario. En ambos países, alrededor de la mitad de los participantes fueron hombres y la otra mitad mujeres, aunque con un número relativamente mayor de mujeres paraguayas. Asimismo, participaron más adolescentes de 13 a 15 años en ambas muestras, aunque con un número ligeramente mayor en la muestra mexicana. Una mayor proporción de la muestra total pertenecía a EEB en ambos países, aunque, comparativamente por país, hubo más adolescentes de EEB en Paraguay, sin embargo, llama la atención que un mayor porcentaje de estudiantes de México cursaban EM.

Tabla 1
Distribución de variables sociodemográficas por muestra país y de la muestra total

Distribución de variables sociodemográficas
por muestra país y de la muestra total

Nota. Nivel de secundaria en México corresponde a los tres grados del tercer ciclo de educación escolar básica en Paraguay, así como bachillerato equivale al último ciclo de educación media, respectivamente. MT: Muestra Total.


En la Tabla 2, se presenta la distribución por edad de ambos países, y se observa que en la muestra de México, hay una mayor proporción de estudiantes con edades en el grupo de 13 a 15, específicamente más de 14 años (M edad = 14.1; DE = 1.45), que entre los de Paraguay, donde la proporción global por rango de edad fue más o menos la misma, aunque se observa que el mayor porcentaje es de adolescentes de 15 años (M edad = 15.36; DE = 1.36). Para comparar los estilos y estrategias de afrontamiento utilizados por los adolescentes paraguayos y mexicanos y analizar la influencia del sexo, la edad y la cultura en las variables evaluadas, se realizaron análisis previos de normalidad de la distribución cuyos datos se aprecian en la Tabla 2.

Tabla 2
Distribución de los adolescentes por país de acuerdo a la edad

Distribución de los adolescentes por país de acuerdo
a la edad


Se realizaron, además, análisis multivariados por estilos y por estrategias, por separado, una vez que se probaron los indicadores de normalidad, cuyos valores D (entre 0.879 y 0.975) en todas las variables mostraron probabilidades de alfa mayores a 0.05 (de 0.63 a 0.89), que indicaron la pertinencia de realizar dichos análisis con un MANOVA. La Tabla 3 presenta las medias y desviaciones estándar de los estilos de afrontamiento, por sexo, edad y país, que indican una tendencia mayor a utilizar afrontamiento productivo, en ambas muestras, especialmente los hombres de mayor edad, en particular, los mexicanos. En contraparte, el afrontamiento no productivo revela valores alrededor de la media teórica (2.5) en ambas muestras, sin embargo, se aprecian las puntuaciones mayores en la muestra paraguaya, específicamente en las mujeres de mayor edad. El afrontamiento con referencia a otros también señala medias moderadas en la muestra paraguaya y mexicana, aunque son los hombres y mujeres paraguayas de mayor edad los que presentan los valores más altos.

Tabla 3
Medias y desviación estándar de estilos de afrontamiento según el sexo, edad y cultura (país)

Medias y desviación estándar de estilos de
afrontamiento según el sexo, edad y cultura (país)


Con respecto a las estrategias de afrontamiento, la Tabla 4 de datos descriptivos permite observar, en detalle, que en ambas muestras las mujeres de mayor edad tienden a utilizar un número superior de estrategias en general, sobre todo, las chicas paraguayas. No obstante, las medias permiten observar que los adolescentes mexicanos tienden a utilizar más estrategias del estilo productivo que los paraguayos, específicamente, en resolver problemas e invertir en amigos íntimos, con puntuaciones mayores en las mujeres de mayor edad, así como en diversiones relajantes y esforzarse y tener éxito, con valores más altos en los hombres en el primer tipo de estrategia y tanto en hombres y mujeres de mayor edad en la última estrategia. Sin embargo, las adolescentes paraguayas más grandes presentan los puntajes más altos en enfocarse en lo positivo. Por el contrario, los adolescentes paraguayos presentan los valores más altos en varias estrategias no productivas, con una mayor tendencia de las mujeres a reservarlo para sí, no afrontar, autoinculparse y hacerse ilusiones, aunque al igual que las mujeres mexicanas también se preocupan. Los datos indican que lo hombres paraguayos de menor edad tienden a ignorar el problema.

Tabla 4
Medias y desviaciones estándar de las estrategias de afrontamiento, sexo, edad y cultura (país)

Medias y desviaciones estándar de las estrategias
de afrontamiento, sexo, edad y cultura (país)


Finalmente, es la Tabla 5 la que presenta los valores estimados, a partir de lo cual se puede afirmar que fueron o no significativos los efectos del sexo, la edad y la cultura en los estilos y estrategias de afrontamiento.

Tabla 5
Efectos principales de interacción sexo, edad y cultura, en estilos y estrategias de afrontamiento

Efectos principales de interacción sexo,
edad y cultura, en estilos y estrategias de afrontamiento

Nota.Diseño: Sexo, Edad, Cultura. Intersección Sexo*Cultura; Edad*Cultura; Sexo*Edad; Sexo*Edad*Cultura. N = 2279; *p ­< 0.05; **p < 0.01; ***p < 0.001.


Se analizaron los contrastes multivariados para evaluar los efectos principales y de interacción con significancia estadística del sexo, la edad y la cultura en los estilos y estrategias de afrontamiento. Los datos muestran que el modelo general para la edad resultó significativo (F Roy = 7.263; p = 0.001; ɳ2 = 0.005), así como para la cultura (F Roy = 28.519; p < 0.001; ɳ2 = 0.039) indicando que tienen un efecto principal sobre los estilos de afrontamiento, aunque el modelo para sexo no resultó ser estadísticamente significativo (F Roy = 0.571; p = 0.634). No obstante, se observó un efecto de interacción del sexo y la cultura (F Roy = 3.061; p = 0.027; ɳ2 = 0.004) en los estilos de afrontamiento. En cuanto a los modelos generales de las estrategias de afrontamiento, se observa que la edad (F Roy = 4.833; p < 0.001; ɳ2 = 0.024) y la cultura (F Roy = 61.441; p < 0.001; ɳ2 = 0.035) tienen un efecto principal, pero además se aprecian efectos de interacción del sexo y la edad (F Roy = 1.827; p = 0.018; ɳ2 = 0.018), del sexo y la cultura F Roy = 2.969; p < 0.001 ɳ2 = 0.025), así como de la edad y la cultura (F Roy = 1.912; p = 0.012; ɳ2 = 0.016), a pesar de que el modelo para el sexo en las estrategias tampoco fue significativo. Se observa que los efectos mayores están dados por la cultura. Se optó por la raíz mayor de Roy en función de la posible colinealidad (Rencher, 2003), aunque todos los demás estadísticos (Pillai-Bartlett, Wilks y la F de Hotelling), arrojaron el mismo valor F y niveles de significancia, así como valores eta, con respecto a los contrastes multivariados.

Por otro lado, los estimadores de los contrastes intersujetos, para cada estilo y estrategias de afrontamiento (Tabla 5), observaron efectos principales de la cultura en todos los estilos de afrontamiento y en la mayoría de las estrategias, mientras que la edad tiene un efecto en el afrontamiento productivo, el cual indica que los adolescentes mexicanos tienden a utilizar más estrategias productivas que los paraguayos, así como los adolescentes de mayor edad de ambos países (Tabla 3). Tampoco se encontraron efectos estadísticamente significativos debidos al sexo. Por otra parte, se encontraron valores con significancia estadística en ocho de las estrategias debidas a la cultura, cinco de ellas productivas, como: resolver problemas, esforzarse y tener éxito, invertir en amigos íntimos, fijarse en lo positivo y buscar diversiones relajantes; hay una mayor tendencia de los adolescentes mexicanos a utilizar este tipio de estrategias excepto en fijarse en lo positivo, la cual mostró un efecto de interacción entre edad, que indica que los adolescentes más grandes son los que más la utilizan (Tabla 3). Las estrategias no productivas que mostraron efectos estadísticamente significativos fueron: preocuparse, ignorar el problema, hacerse ilusiones y no afrontamiento, las cuales son las de mayor uso por los adolescentes paraguayos. Las estrategias que implican búsqueda de apoyo social y apoyo espiritual propias del afrontamiento con referencia a otros, son las de mayor uso en paraguayos, en especial de las chicas de mayor edad. Se observaron efectos de interacción del sexo y la cultura en invertir en amigos íntimos y distracción física (estrategias productivas), con las chicas mexicanas con mayores valores en la primera estrategia, mientras que los chicos puntuaron más alto en la segunda; al igual que en reducción de la tensión y reservarlo para sí (estrategias no productivas) con puntuaciones más altas en las mujeres mexicanas, en la primera estrategia, y las paraguayas, en el segundo tipo de estrategia (Tabla 3). Finalmente, búsqueda de apoyo espiritual, estrategia propia de referencia a otros tuvo un efecto del sexo y la cultura, así como de la edad y la cultura, que indican que tanto las mujeres paraguayas como los adolescentes mexicanos de mayor edad, las prefieren. Sin embargo, no se observaron efectos significativos del sexo por sí solo. Solo distracción física tuvo un efecto debido al sexo, edad y cultura, siendo los hombres de mayor edad paraguayos lo que utilizan más esta estrategia de afrontamiento.

Discusión y conclusiones

La investigación tuvo como objetivo aportar evidencia sobre los estilos y estrategias de afrontamiento de adolescentes escolarizados, paraguayos y mexicanos, a través del análisis del efecto principal y de interacción del sexo, edad y la cultura. No se halló un efecto de interacción entre cultura, edad, sexo y afrontamiento. Los resultados arrojan un efecto de interacción entre sexo y cultura; la interacción de cultura y edad se dio en la estrategia de no afrontamiento y apoyo espiritual. En cuanto a sexo y edad, se observó interacción solo en la estrategia de distracción física. Las tres variables evaluadas, cultura, sexo y edad, interactúan de manera conjunta en distracción física.

Los resultados arrojan que los adolescentes paraguayos y mexicanos difieren significativamente en cuanto a sus estilos de afrontamiento ante situaciones de riesgo y estrés. Esto coincide con los hallazgos de Frydenberg et al. (2003), Omar (2013) y los de Barcelata et al. (2014) de que existe, al parecer, una influencia relevante de la cultura sobre la elección y uso de ciertas habilidades de coping. Son los mexicanos quienes presentan estilos más productivos (Verdugo-Lucero et al., 2013), mientras que en los paraguayos se observan mayores puntajes medios en afrontamiento no productivo y con referencia a otros. Esto revela mayor fragilidad de los adolescentes de Paraguay frente a los estresores, cuya explicación podría encontrarse en un ambiente cultural conformista, evasivo y conservador (Veliz, 1970), a la hora de buscar solucionar problemas por sí mismos, como también, escaso refuerzo para el aprendizaje y aplicación de alternativas resolutivas. No se debe olvidar que hasta 1989 Paraguay vivió en dictadura represiva, donde el derecho a pensar y decidir estaba prohibido, y solo cabía refugiarse en las creencias religiosas para afrontar las dificultades. Es de esperar que las familias de estos jóvenes aún reproduzcan estilos de crianza sobreprotectores y autoritarios. Sobre este punto, habrá que realizar a futuro nuevas investigaciones.

En cuanto a la variable edad, se observó que los adolescentes de 16 a 18 años presentan puntajes significativamente mayores que los de 13 a 15 años, en estilos de afrontamiento productivo y con referencia a otros; en contrapartida, los de 13 a 15 años muestran puntajes más elevados en estilos de afrontamiento no productivo. Estos resultados, si bien esperables, ya que tendrían una explicación madurativa (Williams & McGillicuddy-De Lisi, 1999), contrastan con lo reportado en Barcelata et al. (2014) y Clemente (2015), donde se halló que los adolescentes tempranos obtuvieron los mayores puntajes en afrontamiento con referencia a otros y se hallaron bajos puntajes en estrategias no productivas. Esto se contradice con otros resultados (Frydenberg & Lewis, 2000a), que señalan que es el afrontamiento improductivo el que se utiliza a medida que aumenta la edad. Pero la mayoría de las evidencias, finalmente, sostienen la idea de se adquieren mayores y mejores recursos para lidiar con el estrés a medida que el proceso madurativo va avanzando en la adolescencia (Eisenberg et al., 1997; Williams & McGillicuddy-De Lisi, 1999).

Se encontró un efecto de interacción entre sexo y cultura, a diferencia de lo reportado por Frydenberg et al. (2003) y por Barcelata et al. (2014); así, las mujeres mexicanas presentan mayores puntajes de afrontamiento productivo que las paraguayas que puntúan más alto en afrontamiento improductivo y con referencia a otros, revelando mayor vulnerabilidad de estas últimas ante acontecimientos estresantes. Estos resultados pueden responder a las variables culturales propias de la idiosincrasia e historia de Paraguay, ya mencionadas. En una muestra de personas mayores, se observaron evidentes diferencias dependiendo del sexo y de la cultura (Lee & Mason, 2014), sin embargo, estas podrían deberse a que las muestras son menos similares a las utilizadas en el presente estudio.

En lo referente a las estrategias de afrontamiento en general, y siempre en relación con el factor cultural, se observaron diferencias significativas por cultura en casi todas ellas, excepto en acción social, búsqueda de pertenencia, preocuparse, autoinculparse y reservarlo para sí, resultados semejantes a los hallados por Samper et al. (2008) y Barcelata et al. (2014). Así también, se encontraron diferencias significativas por edad en las estrategias de resolver problemas, esforzarse y tener éxito, invertir en amigos íntimos, fijarse en lo positivo, buscar diversiones relajantes, preocuparse, ignorar el problema y búsqueda de apoyo social. No se observaron diferencias significativas por sexo, contrario a lo reportado en los estudios de Scafarelli y García (2010), Samper et al. (2008) y Sanchez, Lambert y Cooley-Strickland (2013). Estos resultados contradicen la idea de que las mujeres utilizan estrategias más productivas en relación con los hombres (Morales & Moysén, 2015; Morales et al., 2012), y viceversa (Clemente, 2015). La explicación tentativa podría darse por la interacción mencionada anteriormente entre cultura y sexo en los estilos de afrontamiento, en esa línea, es de esperar que el aprendizaje de las estrategias de afrontamiento este supeditado a los roles de género asignados diferencialmente por cada cultura. Al mismo tiempo, estas discrepancias, tanto en las diferencias por edad como por sexo, difieren de los resultados hallados por Barcelata et al. (2014) al comparar adolescentes paraguayos y mexicanos en otra muestra que evaluó las mismas variables en asociación, evidenciando la pertinencia de seguir estudiándolas, incluso en interacción con otros factores.

Al igual que con los estilos de afrontamiento, se reiteran resultados que prueban un efecto de interacción entre cultura y sexo por estrategias de afrontamiento, tales como en invertir en amigos íntimos, distracción física, reducción de la tensión, reservarlo para sí y búsqueda de apoyo espiritual. Estos resultados coinciden con los de Barcelata et al. (2014), en cuanto a la estrategia de reducción de la tensión, sin embargo, los efectos de las demás estrategias no se encontraron en dicha investigación, la cual arrojó, por otra parte, efectos de interacción entre otras, no hallados en la presente.

La interacción de cultura y edad se dio en no afrontamiento y apoyo espiritual. En cuanto a sexo y edad, hubo interacción solamente en la estrategia de distracción física. Las tres variables evaluadas, cultura, sexo y edad, interactúan de manera conjunta en distracción física. En todos estos casos, los resultados difieren con lo reportado por Barcelata et al. (2014).

Considerando el contexto en que se realizan estos estudios, dado por la línea de macroinvestigación, se espera que los resultados contribuyan al diseño y ejecución de programas de prevención del riesgo, en el ámbito escolar y comunitario, y la promoción de patrones resilientes de afrontamiento, considerando los factores diferenciales de la edad, el sexo y el contexto cultural. Sobre todo, en el caso de México, es importante fortalecer el desarrollo de estrategias productivas en adolescentes tempranos de 13-15 años y con referencia a otros. En el caso de Paraguay, es necesario promover el afrontamiento productivo y fortalecer el apoyo social en ambos grupos de edad de adolescentes, en especial, tempranos y en las mujeres. El aprendizaje de las habilidades de afrontamiento temprano para la prevención, bajo la modalidad de la formación de agentes de cambio en la comunidad, como en las experiencias de Talleres de Adolescencia Prevenida (Coppari, 2013), con los propios recursos del ambiente en sostenibilidad, tienen un efecto multiplicador de los beneficios y fortalece una sana cultura juvenil (Hetherington & Blechman, 2014).

Existen aún muchos aspectos para seguir indagando y mejorando, sobre todo en el diseño de investigación que, para el caso, presenta la limitación de un muestreo probabilístico, intencional, con participación voluntaria de adolescentes, dentro de instituciones públicas que permiten el acceso, por lo que la muestra no es representativa de otras zonas rurales o menos urbanizadas del Paraguay. Futuros estudios deben ampliar el alcance, a fin de generalizar los resultados y tener un panorama más completo de la situación.

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Notas

* Artículo de investigación. Proyecto 14-INV-424/PROCIENCIA/UC financiado por CONACYT, Paraguay, Entidad beneficiada: Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.

Notas de autor

a Autor de correspondencia. Correo electrónico: norma@tigo.com.py

Información adicional

Para citar este artículo: Coppari, N., Barcelata, B., Bagnoli, L., Codas, G., López Humada, H., & Martínez Cañete, U. (2019). Influencia del sexo, edad y cultura en las estrategias de afrontamiento de adolescentes paraguayos y mexicanos. Universitas Psychologica, 18 (1). http://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy18-1.isec

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