Afrontamiento del estrés por aculturación: inmigrantes latinos en Chile*

Coping with Acculturation Stress: Latino Immigrants in Chile

Universitas Psychologica, vol. 16, no. 5, 2017

Pontificia Universidad Javeriana

Alfonso Urzúa a

Universidad Católica del Norte, Chile


Nekane Basabe

Universidad del País Vasco, España


José Joaquín Pizarro

Universidad del País Vasco, España


Rodrigo Ferrer

Universidad de Tarapacá, Chile


Recepción: 02 Mayo 2017

Aprobación: 28 Agosto 2017

Resumen: Las minorías migrantes afrontan el estrés aculturativo con respuestas conductuales y cognitivas. Las fuentes de estrés por aculturación incluyen la discriminación, las diferencias socioculturales, la añoranza del origen y la ruptura familiar. Se entrevistaron 853 inmigrantes peruanos y colombianos en Chile (51 % mujeres y edad M = 33.19; DE = 9.54). Se aplicaron escalas de estrés por aculturación y formas de afrontamiento. La distancia y añoranza familiar fue la principal fuente de estrés siendo mayor entre los colombianos, quienes usan más la movilidad individual, la distracción y las comparaciones sociales, mientras los peruanos internalizan más el estigma del inmigrante. Las comparaciones intergrupales y temporales se relacionaron con menor estrés de aculturación. Se discute la importancia de las formas de afrontar el estrés en minorías migrantes.

Palabras clave inmigración, etnicidad, estrés aculturativo, afrontamiento.

Abstract: Acculturative stress includes discrimination, socio-cultural differences, nostalgia for the place of origin and family separation, and immigrant minorities face it with behavioral and cognitive responses. 853 Peruvians and Colombians living in Chile were interviewed (51% woman, age M = 33.19, SD = 9.54) using acculturative stress and coping scales. Distance from home and family separation were the main source of stress among Colombians, who used more individual mobility, distraction and social comparisons as coping strategies, while Peruvians internalized more the immigrant stigma. Inter-group and temporary comparisons were more related to less acculturative stress. Stress coping strategies among immigrant minorities are discussed. Keyword: immigration; ethnicity; acculturative stress; coping Introducción

Keywords: immigration, ethnicity, acculturative stress, coping.

Introducción

La migración puede ser entendida como el movimiento de personas hacia el territorio de otro Estado o dentro del mismo, independientemente del tamaño, composición o causas (World Health Organization [WHO], 2016; United Nations [UN], 1998). Como proceso, involucra múltiples factores tanto en su origen como en su desarrollo, los cuales generan consecuencias a nivel macro en la sociedad de origen y en la de destino (Cano & Soffia, 2009) y a nivel micro, lo que repercute individualmente en la salud, bienestar y calidad de vida de las personas que migran (Urzúa et al., 2015). Chile no ha permanecido ajeno a los procesos migratorios internacionales. Si bien durante los dos siglos pasados la migración fue principalmente europea, en los últimos años ha sido fundamentalmente sudamericana, tanto de países fronterizos, como Perú, Argentina y Bolivia, como de países con los que no se tiene frontera directa, como es el caso de Colombia. Según datos del Departamento de Extranjería y Migraciones del Gobierno de Chile (DEM), en el año 2009 los extranjeros regularizados representaban el 2.08 % de la población total en el país, y de este porcentaje, el 73 % corresponde a inmigración sudamericana (DEM, 2016). La inmigración peruana constituye uno de los grupos más prevalentes, con una larga historia y conexión con la sociedad chilena, mientras que los colombianos representan a los nuevos inmigrantes, que en los últimos años han aumentado su presencia en territorios chilenos (Urzúa, Delgado, Rojas, & Caqueo, 2016). Por ello, este trabajo analiza el estrés de aculturación en estos dos tipos dispares de inmigrantes en Chile.

Estrés por aculturación

La llegada a un nuevo territorio implica un conjunto de cambios para la persona que migra, tanto a nivel psicológico como social, con el fin de facilitar su propio asentamiento en la sociedad receptora (Kerivan & Conn, 2012). A este conjunto de cambios se le ha denominado aculturación (Berry, 2006a). Por su parte, el estrés originado y resultante directamente del proceso de aculturación es denominado estrés por aculturación (o estrés aculturativo) (Arbona et al., 2010; Hovey, 1999; Livingston, Neita, Riviere, & Livingston, 2007), concepto introducido por John W. Berry en la década de los 70 como una alternativa al concepto de “shock cultural”, dadas las connotaciones negativas de la mención shock, a diferencia de estrés, que puede variar de lo positivo a lo negativo (Berry, 2006a, 2006b; Orozco, 2013).

En términos generales, el estrés por aculturación se usa para describir los problemas y desafíos que experimentan los inmigrantes en el proceso de aculturación (Ward, Bochner, & Furnham, 2001). Diversos estudios han destacado los efectos de la aculturación sobre la salud física y emocional afectando a la calidad de vida relacionada con la salud (Sevillano, Basabe, Bobowik, & Aierdi, 2013; Silva, Urzúa, Caqueo-Urizar, Lufin, & Irarrazaval, 2016; Urzúa, Boudon, & Caqueo-Urízar, 2017; Urzúa, Ferrer et al., 2017; Urzúa, Heredia, & Caqueo-Urízar, 2016). Sus síntomas incluyen sentimientos de aislamiento, rechazo, ansiedad, enfermedades psicosomáticas y depresión (Arbona et al., 2010; Bekteshi & Van Hook, 2015; Finch, Frank, & Vega, 2004). Entre los factores desencadenantes del estrés por aculturación pueden incluirse estresores interpersonales, tales como cambios en los roles de género según la cultura, variación en el funcionamiento familiar, conflictos intergeneracionales, pérdida de apoyo social y familiar (Arbona et al., 2010; Bekteshi & Van Hook, 2015; Collazos, Qureshi, Antonín, & Tomás-Sábado, 2008; Livingston et al., 2007; Orozco, 2013). También se encuentran los estresores instrumentales y ambientales, los cuales están relacionados con los bienes y servicios necesarios para la vida cotidiana como tener empleo y vivienda, el dominio lingüístico, el acceso a salud y educación (Chun, Balls Organista, & Marín, 2003; Ward et al., 2001; Zlobina, Basabe, Páez, & Furnham, 2006). Por último, los estresores sociales, entre los que cabe destacar el estatus migratorio y las dificultades para acceder a la nacionalidad o la residencia (Arbona et al., 2010) y la discriminación (Pascoe & Smart Richman, 2009; Sevillano et al., 2013).

Para medir el estrés por aculturación, Hernández, Hernández y González (2011) realizaron un estudio con inmigrantes latinoamericanos en España, en el que se validó un instrumento para evaluar las distintas fuentes de estrés, encontrando elevados niveles en aspectos como la añoranza, la ruptura de la familia y la percepción de discriminación y rechazo por parte de los autóctonos. El estrés por aculturación también se ha aplicado al caso del grupo receptor o autóctono (Ramírez, Ruiz, Torrente, & Rodríguez, 2012), mostrando dos facetas relativas al estrés de interacción, similar a la ansiedad ante el contacto intergrupal, y el estrés por recursos que se experimenta al percibir al inmigrante como una amenaza económica o competidor por recursos.

Desde una perspectiva complementaria, se ha investigado sobre el choque cultural y las dificultades socioculturales en el proceso de aculturación de los inmigrantes, refugiados y repatriados (Ward et al., 2001), entendiéndose la adaptación sociocultural como un proceso de aprendizaje social y en referencia con las habilidades sociales, capacidad de integrarse adecuadamente o de manejar diferentes aspectos de la cultura de acogida (Ward & Kennedy, 1993). En esta línea, la percepción de grandes diferencias culturales se ha asociado a un mayor estrés aculturativo entre los inmigrantes y repatriados, y se han identificado dos dimensiones de la adaptación sociocultural: las dificultades para el “aprendizaje cultural y la comunicación” y las relativas al “manejo de la distancias sociales”. La añoranza de la familia por vivir lejos fue el aspecto más destacado, seguida de las dificultades para hacerse entender y entablar amistades con personas autóctonas, así como manejar la distancias sociales debidas a la diferencias de estatus. Se comprobó que las dificultades socioculturales son mayores al inicio del proceso de adaptación, disminuyendo con el tiempo de estancia, y se relacionaron con las dificultades socioeconómicas, la falta de apoyo social y un menor bienestar subjetivo (De Luca, Bobowik, & Basabe, 2011).

Estudios en varios contextos culturales confirman que las dificultades de interacción social experimentadas en la nueva sociedad se asocian a una baja capacidad lingüística, bajo contacto con los autóctonos, mayor distancia cultural y menor conocimiento cultural (Ward & Kennedy, 1993, 1999; Zlobina et al., 2006). Asimismo, investigaciones longitudinales han corroborado el patrón de mayor intensidad al inicio y que su evolución es variable en función del grupo y el contexto social (Chun et al., 2003; Ward & Kennedy, 1999; Ward, Okura, Kennedy, & Kojima, 1998).

En suma, en este trabajo se asume que el estrés por aculturación incluye distintas facetas que van desde la percepción de discriminación, las diferencias culturales percibidas respecto al exogrupo, los problemas de ciudadanía y legalidad, y en las relaciones sociales con otros inmigrantes, la añoranza por la distancia con las personas del país de origen y la ruptura familiar derivada de la migración (Hernández et al., 2011).

Estrategias de afrontamiento

Las personas inmigrantes se convierten en minorías étnicas cuando migran y se asientan en la nueva sociedad, y en el caso de las migraciones económicas, es común que estos grupos tengan que hacer frente a una identidad negativa o al estigma de inmigrante (Bobowik, Basabe, & Páez, 2014). En esta situación, los grupos pueden responder de manera activa y creativa ante las situaciones que amenazan su autoestima y su identidad (Branscombe & Ellemers, 1998; Crocker, Major, & Steele, 1998; Major & O’Brien, 2005; Miller & Kaiser, 2001). Ante estos desafíos que supone la inmigración, las personas y los grupos pondrán en marcha un conjunto de respuestas de afrontamiento.

Considerando, por un lado, las clasificaciones generales sobre las formas de afrontamiento del estrés (Penley, Tomaka, & Wiebe, 2002; Skinner, Edge, Altman, & Sherwood, 2003) y, por otro, las respuestas sugeridas desde las teorías psicosociales (Blanz, Mummendey, Mielke, & Klink, 1998; Crocker et al., 1998; Mummendey, Kessler, Klink, & Mielke, 1999), se ha propuesto una tipología de respuestas intergrupales, en la que estas pueden ser clasificadas en formas colectivas e individuales, y otras de tipo cognitivo y conductual (Basabe & Bobowik, 2011).

Las formas de afrontamiento del estrés pueden definirse como adaptativas cuando ayudan a disminuir los efectos negativos del estrés y no adaptativas cuando se asocian con mayor malestar subjetivo. De este modo, los estudios de revisión han constatado que diversas formas de afrontamiento son adaptativas. Por ejemplo, las centradas en respuestas conductuales como la distracción y la búsqueda apoyo social (Penley et al., 2002), y las respuestas de tipo cognitivo, como hacer comparaciones sociales (e.g., comparaciones a nivel intragrupo, como verse mejor que sus iguales, o temporales, valorando positivamente el cambio experimentado en el tiempo), así como las estrategias de manejo de la identidad (e.g., diferenciación Yo-Nosotros, o la atribución de la discriminación al prejuicio).

Por el contrario, también se encuentran las formas no adaptativas (i.e., aquellas asociadas a menor bienestar subjetivo) como el distanciamiento, la evitación del contacto o el control, o la regulación emocional ante el prejuicio, la desidentificación, la individualización y la internalización del prejuicio (Bobowik et al., 2014). Con un modelo estructural de cinco factores de afrontamiento de la identidad negativa (Bobowik et al., 2014), aplicado a grupos inmigrantes en España, se evidenció que las estrategias para manejar la identidad del inmigrante tanto individuales como colectivas se asociaban al bienestar psicológico y al social. Las dos estrategias cognitivas consistentes en hacer comparaciones ventajosas intragrupo y temporales y la competición social se asociaron a mayor bienestar psicológico y social. Por su parte, la movilidad individual y la autorregulación emocional en conjunción con las comparaciones sociales intergrupo y las atribuciones al prejuicio tuvieron costos para el bienestar de los inmigrantes (i.e., asociación a menor bienestar subjetivo).

Estatus de minoría étnica: peruanos y colombianos

La vitalidad endogrupal de una minoría étnica implica que un grupo presenta un peso demográfico importante en la sociedad de acogida, lo que facilita que se formen fuertes redes de relaciones sociales entre sus miembros; esto conlleva a que sus prácticas culturales (e.g., en la comida, vestimenta, folklore y tradiciones, forma de hablar y relaciones entre compatriotas) sean visibles en los espacios sociales, como también que la identidad étnico-cultural se fortalezca (Arenas & Urzúa, 2016; Basabe et al., 2009; Bourhis & Leyens, 1996; Ward et al., 2001). En este sentido, la inmigración peruana constituye un grupo con una importante presencia en la sociedad chilena, con un incremento importante en los años 1990 que ha consolidado a los peruanos como uno de los principales grupos migrantes con una larga residencia en el país. Fruto de esta mayor experiencia en el país de acogida tienen un mayor conocimiento y control del funcionamiento de las instituciones, las regulaciones laborales y el uso de los espacios públicos (Torres & Garcés, 2013). En coherencia con esta situación, un estudio previo mostró que los inmigrantes peruanos percibían mayor Coherencia Social (dimensión de la escala de Bienestar Social) que los inmigrantes colombianos, grupo que se ha instalado más recientemente en Chile (Urzúa, Delgado et al., 2016). Por otra parte, otro estudio constató que los inmigrantes peruanos están mucho más implicados en su cultura de origen que en la chilena, de tal manera que el 57.5 % prefiere la separación frente al 34.5 % que elige la integración (Sirlopú, & Van Oudenhoven, 2013). Los estudios sobre identidad nacional peruana han mostrado un conflicto de identidades étnicas en el Perú en el que la identidad andina es estigmatizada, los atributos estereotípicos los definen como “tristes, honrados y trabajadores”, frente a los blancos y asiáticos peruanos que se perciben como “poderosos e instrumentales”, y los afroperuanos definidos como expresivos (alegres y relajados); asimismo, el clima de desesperanza que era más alto en Perú que en Chile o en otros países latinoamericanos se asociaba al deseo de emigrar del país en Perú (Espinosa, 2010). Todo ello podría explicar una menor autoestima colectiva en la identidad peruana andina.

Por otra parte, la población inmigrante colombiana presenta un peso demográfico menor, habiendo llegado más recientemente a Chile que la peruana (Departamento de Extranjería y Migración [DEM], 2016). Sin embargo, los inmigrantes colombianos comparten fuertes lazos entre compatriotas y prácticas culturales propias, que pueden resultar especialmente destacables porque constituyen una minoría visible, con un fenotipo saliente en el contexto chileno (en su mayoría son negros o ‘jabaos’). Por ejemplo, en este estudio el 46 % de los colombianos son afrodescendientes y el 25 %, mestizos. A pesar de su menor peso demográfico comparado con los peruanos, la inmigración colombiana presenta fuertes manifestaciones étnico-culturales. Así, la inmigración colombiana en otras sociedades, como la española, se caracteriza por una fuerte vitalidad endogrupal, perciben que su grupo está muy unido y organizado. Al mismo tiempo, combinan una fuerte identidad étnica con una percepción de deprivación relativa fraternal, esto es, consideran que son objeto, como colectivo, de discriminación y prejuicio por parte de la mayoría autóctona, con más intensidad que otros colectivos de inmigrantes (Aierdi, Basabe, Blanco, & Oleaga, 2008).

Objetivos e hipótesis

Este trabajo analiza las diferencias entre dos grupos de inmigrantes, peruanos y colombianos en Chile, en el estrés de aculturación y las formas de afrontamiento conductuales y cognitivas, así como la relación entre ambas. Se explorarán las diferencias y similitudes en el estrés de aculturación y su afrontamiento en los dos colectivos de inmigrantes.

H1.- Es esperable un mayor estrés por aculturación en los inmigrantes colombianos que en los peruanos, en algunas facetas como la “añoranza de la familia” (distancia del origen), que suele ser especialmente destacable en los primeros momentos de la estancia en el país de acogida (Chun et al., 2003; De Luca et al., 2011).

H2.- Habrá diferencias entre colombianos y peruanos en las formas de afrontamiento del estrés por aculturación. Algunas formas pueden estar más presentes en los colombianos, quienes desarrollarán más esfuerzos hacia la movilidad individual (han llegado más recientemente y tendrán que buscar modos de mejorar sus situación) y reinterpretarán positivamente el esfuerzo aculturativo por medio de una comparación social ventajosa, intragrupo, y complementariamente es probable que usen más formas de distracción o búsqueda de soporte social para afrontar el estrés, dado que es un colectivo con una fuerte identidad y vitalidad endogrupal (Aierdi et al., 2008). Asimismo, es probable que los peruanos presenten respuestas más individualistas, dada la estigmatización de la identidad peruana andina (Espinosa, 2010).

H3.- Las formas de afrontamiento estarán relacionadas con el estrés por aculturación. Formas adaptativas (asociadas a un menor estrés por aculturación) incluirán respuestas conductuales, como la distracción, la búsqueda de apoyo social y respuestas cognitivas como las comparaciones sociales (comparación intragrupo, comparación temporal), las estrategias de manejo de la identidad (diferenciación yo-nosotros, la recategorización supraordinal y la atribución de la discriminación al prejuicio). por el contrario, formas no adaptativas (asociadas a mayor estrés por aculturación) serán el distanciamiento, la evitación del contacto o el control o regulación emocional ante el prejuicio, la desidentificación, la individualización e internalización del prejuicio.

Método

Participantes

La muestra estuvo compuesta por 853 inmigrantes residentes en Chile entre 6 meses y 6 años, de los cuales 441 nacieron en Colombia (51.7 %) y 412 en Perú (48.3 %). Los datos fueron recogidos en las ciudades de Arica (24.9 %), Antofagasta (50.5 %) y Santiago (24.6 %). El 51 % de la muestra estuvo constituido por mujeres y las edades de los encuestados oscilaron entre los 18 y los 71 años (M = 33.19; DE = 9.54). Los participantes fueron reclutados, entre los meses de junio a agosto de 2014, por medio de la técnica de bola de nieve; no obstante, la muestra fue estratificada por sexo y edad. Como único criterio de inclusión se consideró el hecho de residir al menos 6 meses en la ciudad donde fueron encuestados. En el Apéndice se pueden observar las características sociodemográficas de la muestra.

Instrumentos

Escala de Estrés por Aculturación (Hernández et al., 2011)

Evalúa los niveles de estrés percibidos (grado de malestar o incomodidad), producidos por diversas fuentes del proceso de aculturación en los últimos seis meses. Compuesta por 24 ítems agrupados en 6 dimensiones: 1) Discriminación y rechazo percibido de los autóctonos por el hecho de ser inmigrantes (p. ej., “Que algunos chilenos me den a entender que este no es mi país”); 2) diferencias con el exogrupo (p. ej., “La forma de hablar de los chilenos”); 3) Problemas de ciudadanía y legalidad (p. ej., “Los problemas que he tenido por no tener ‘papeles’”); 4) Problemas en las relaciones sociales con otros/as inmigrantes (p. ej., “La rivalidad o envidia de otros compatriotas”); 5) Distancia del origen (p. ej., “Añorar/extrañar a personas que dejé en mi país de origen”) y 6) Ruptura familiar (p. ej., “Que mi familia se haya deshecho debido a la emigración”). El formato de respuesta varía de 0 (no he tenido este problema) hasta 5 (me ha afectado mucho). La escala obtuvo un coeficiente de Cronbach α = 0.928 (y valores para cada dimensión de 0.881, 0.681, 0.848, 0.746, 0.750, 0.747, respectivamente).

Escala de Afrontamiento

Se aplicó un instrumento compuesto por 13 familias (y 20 ítems) de afrontamiento individuales (Basabe et al., 2009) y colectivas (Basabe & Bobowik, 2011; Bobowik et al., 2014). La escala incluye formas conductuales: Distanciamiento (tres ítems, p. ej.: “Oculto, escondo, mi procedencia y origen ante otras personas”), Movilidad individual (tres ítems, p. ej.: “Pienso que si me esfuerzo conseguiré una situación económica y social parecida a la de la gente de aquí”), Distracción (un ítem: “Ahora disfruto más que antes de las cosas y experiencias diarias, busco distraerme con ellas”), Búsqueda apoyo social (un ítem: “Trato de obtener apoyo afectivo de amigos y gente próxima de mi país. Busqué simpatía y compresión”), Evitación del contacto (un ítem: “Intento no coincidir, ni estar, con gente que tiene una mala opinión de los inmigrantes”), Control-regulación emocional (un ítem: “Intento que no me afecte emocionalmente cuando se trata mal a los inmigrantes”) y formas cognitivas: Desidentificación (un ítem: “Me siento más cercano a las personas chilenas que a las de mi país”), Individualización (un ítem: “No me identifico con ningún grupo ni con los chilenos ni con la gente de mi país”), Internalización (un ítem: “Siento que algunos inmigrantes se benefician demasiado del sistema de protección social de este país”), Recategorización (un ítem: “Me siento más ciudadano del mundo que parte de un grupo nacional”), Diferenciación Yo-Nosotros (dos ítems, p. ej.: “Me siento muy distinto de cómo son la mayoría de las personas de mi país”), Comparación intragrupo (un ítem: “Mi situación personal es algo mejor que la de la mayoría de las personas inmigrantes de mi país”), Comparación temporal (dos ítems, p. ej.: “Si pienso en los planes y perspectivas que tenía, mi situación es mejor de lo que esperaba”), Atribución discriminación al prejuicio (un ítem: “Las personas inmigrantes ganan menos dinero y tienen menos posibilidades de mejorar de lo que realmente se merecen”). El rango de respuesta fue de 1 (poco, nunca) a 4 (casi siempre).

Procedimiento

Los participantes fueron informados de los objetivos del estudio y sus datos anonimizados (se obtuvo la aprobación de los comités de Ética Científica de la Universidad Católica del Norte y el de la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología - CONICYT). Los participantes fueron encuestados principalmente en instituciones públicas (Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI), Ciudadano Global-Servicio Jesuitas a Migrantes, Departamento de Extranjería y Migración, Consulados de Colombia y Perú, y Centros de salud). La tasa de participación en el estudio fue de un 90 %.

Análisis estadísticos

Se estimaron estadísticos descriptivos y contraste de diferencias de medias entre ambos grupos. Se estimó un modelo de regresión lineal múltiple jerárquico, con variables control (sexo y etnicidad como variables dummys) y variables predictoras, las formas de afrontamiento individuales y colectivas sobre la variable criterio representada por la puntuación total de la Escala de Estrés de Aculturación. Se aplicó el nivel de significación para p ≤ 0.05. Una vez estimados los efectos directos (beta) significativos sobre la variable criterio estrés de aculturación, se examinaron los posibles efectos de interacción de la etnicidad como variable moderadora. Para ello, se analizaron los efectos de moderación a través del macro PROCESS para SPSS de Hayes (2013) (http://www.afhayes.com), especificando el modelo 1, y con el procedimiento no-paramétrico de Bootstrapping con 5 000 repeticiones. Se aplicó el programa estadístico SPSS 22.0.

Resultados

La Tabla 1 muestra las medias obtenidas por etnicidad en estrés de aculturación total y por dimensiones (diversos tipos de causales de estrés). El mayor nivel de estrés se produce en la dimensión de Distancia del origen (extrañar a la familia y los amigos) tanto en colombianos como en peruanos, siendo mayor entre los colombianos que entre los peruanos (H1). En el resto de dimensiones del estrés aculturativo no hay diferencias estadísticamente significativas entre los grupos.

TABLA 1
Estrés aculturativo y estrategias de afrontamiento entre colombianos y peruanos

Estrés aculturativo y estrategias de afrontamiento entre
colombianos y peruanos

Media (desviación estándar); 95% IC: Intervalo de confianza, LI: límite inferior, LS: límite superior; d Cohen



Fuente: elaboración propia.

Respecto a las formas de afrontamiento del estrés, se observa que la más frecuentemente usada en ambos grupos fue la de movilidad individual y la menos frecuente es la individualización (no identificarse ni con los de su país ni con chilenos). Dentro de las formas conductuales, se usa más la movilidad individual y la distracción (disfrutar distrayéndose) y en las formas cognitivas, se usan más frecuentemente las comparaciones sociales intergrupales y temporales (valorar su situación positivamente). Se encontraron diferencias por etnicidad: los colombianos usan más la movilidad individual y la distracción que los peruanos (H2). Los peruanos internalizan más el estigma que los colombianos (H2) y por al contrario, los colombianos recategorizan (sentirse ciudadano del mundo) y hacen más comparaciones positivas intragrupales que los peruanos. El uso de estrategias conductuales fue significativamente mayor en población colombiana que en la peruana, empleando con más frecuencia estrategias adaptativas.

En tercer lugar, se estimó un modelo de regresión múltiple jerárquica con las estrategias de afrontamiento como predictoras del estrés por aculturación total y su interacción o diferencias por etnicidad. No hubo efectos significativos por edad y etnicidad en los dos primeros pasos, pero el modelo aumentó su capacidad predictiva al introducir las formas de afrontamiento, obteniendo un valor de R 2 = 0.126. Finalmente, se observó un efecto de interacción significativo (con una de R 2 = 0.149) (Tabla 2). Los resultados indican que, ajustando por edad, sexo y etnicidad, la individualización y la atribución de la discriminación al prejuicio se asocian a mayor estrés aculturativo. Por el contrario, las comparaciones positivas intergrupales se relacionaron con menor estrés de aculturación.

Por último, se obtuvo un efecto de interacción en los análisis de regresión moderada de la comparación temporal por la etnicidad (Figura 1) (efecto B = -0.292, SE = 0.078, t = -3.714, p < 0.0002), el análisis de moderación indica que la comparación temporal fue asociada negativamente con el estrés de aculturación entre los inmigrantes peruanos (B = -0.394, SE = 0.058, t = -6.715, p < 0.0001, CI [-0.509, -0.278]) y no era significativo entre los colombianos (B = -0.101, SE = 0.052, t = -1.943, p < 0.052, CI [-0.2047, 0.001]).

TABLA 2
Análisis de regresión jerárquica: estrategias de afrontamiento sobre estrés aculturativo por etnicidad

Análisis
de regresión jerárquica: estrategias de afrontamiento sobre estrés aculturativo
por etnicidad

Nota. a, Sex (1=Hombre, 2=Mujer); b, País es variable dummy codificada (0=Colombia, 1=Perú).


Fuente: elaboración propia.

 Efecto de interacción en la comparación temporal por
etnicidad
Figura 1
Efecto de interacción en la comparación temporal por etnicidad


Fuente: elaboración propia.

Discusión

El estrés aculturativo se produce entre los grupos migrantes según el modelo asumido en este trabajo (Hernández et al., 2011), debido a las siguientes fuentes: la discriminación, rechazo y las diferencias culturales con la sociedad de destino, las dificultades para la obtención de la ciudadanía y los permisos de estancia en Chile, los problemas en las relaciones sociales con otros/as inmigrantes y con los compatriotas, la distancia y añoranza del origen y la familia, y finalmente el impacto en las relaciones y la ruptura familiar derivada de la migración. La escala obtuvo buenos índices de fiabilidad total y por dimensiones. Estas fuentes de estrés de aculturación han sido también expuestas en otras estudios y contextos (Arbona et al., 2010; Chun et al., 2003; Pascoe & Smart-Richman, 2009; Sevillano et al., 2013; Ward et al., 2001; Zlobina et al., 2006).

Los resultados también mostraron que los mayores niveles de estrés se produjeron por la añoranza familiar y la distancia del origen, al igual que han encontrado otros estudios que aplican otros instrumentos (De Luca et al., 2011) y que evalúan a distintos tipos de migrantes (económicos, refugiados expatriados o estudiantes internacionales) (Ward et al., 2001). Tal y como se postulaba, la muestra colombiana presentó más estrés derivado de la añoranza familiar y del país de origen que los peruanos. La migración colombiana es más reciente y menos numerosa en comparación con el colectivo peruano, en este sentido, posee una menor vitalidad endogrupal (Bourhis & Leyens, 1996). Además, el impacto sobre la familia es más intenso en los primeros momentos de la migración (Chun et al., 2003; De Luca et al., 2011). Las diferencias histórico-geográficas de la migración en Chile marcan diferencias entre ambos colectivos. Así, la distancia geográfica con Colombia sumada al crecimiento reciente de la inmigración colombiana a comienzos del siglo XXI (DEM, 2015), a diferencia del caso de Perú, país que comparte frontera con Chile, con el que los intercambios comerciales, culturales y el flujo de personas han estado presentes a lo largo de la historia de ambas naciones.

Las minorías étnicas desarrollan distintas estrategias para hacer frente al estigma de la inmigración (Crocker et al., 1998; Mummendey et al., 1999), a las dificultades y al estrés de aculturación. Este estudio ha recopilado aquellas familias o modalidades de respuesta, clasificadas en respuestas de tipo cognitivo y conductual (Basabe & Bobowik, 2011; Penley et al., 2002; Skinner et al., 2003). Los resultados mostraron que ambos colectivos dedican sus mayores esfuerzos a la movilidad social individual, buscando un espacio en la nueva sociedad. Al mismo tiempo, usan estrategias adaptativas ante el estrés como es la distracción (Penley et al., 2002) y respuestas cognitivas de comparación social intergrupal y temporal para valorar positivamente su posición y su trayectoria migratoria (Bobowik et al., 2014). Todo ello apoya la idea expuesta desde las teorías psicosociales del papel activo de las minorías étnicas ante el estigma y la identidad social negativa (Blanz et al., 1998; Crocker et al., 1998; Mummendey et al., 1999).

De acuerdo con la segunda hipótesis de este trabajo, se encontraron diferencias entre colombianos y peruanos en las formas de afrontamiento del estrés aculturativo. Los inmigrantes colombianos constituyen un grupo que lleva pocos años instalado en Chile, al tiempo que conforman una minoría visible, con un fenotipo saliente en el contexto chileno (los participantes en este estudio son en su mayoría negros o ‘jabaos’) y comparten una fuerte identidad nacional (Aierdi et al., 2008). Estos factores pueden explicar que tengan necesidad de movilizar recursos de afrontamiento. Así, los colombianos usan más estrategias de movilidad individual, distracción, recategorización y comparaciones sociales ventajosas. Por el contrario, los peruanos internalizan más el estigma de inmigrante, y ello a pesar de su mayor dominio sobre el funcionamiento de la sociedad chilena (Torres et al., 2013; Urzúa, Heredia et al., 2016). Como ha destacado otro estudio, los inmigrantes peruanos en Chile optan más por las estrategias de separación que por la integración (Sirlopú & Van Oudenhoven, 2013) y vienen con el bagaje cultural de una identidad andina estigmatizada en su propio país (Espinosa, 2010), todo ello puede sugerir una respuesta de evitación ante la impronta del inmigrante andino.

En tercer lugar, se mostró que algunas de las respuestas de afrontamiento estaban asociadas al estrés aculturativo; así, la individualización, una respuesta individualista de desvincularse de las identidades sociales, junto con la constancia de la desigualdad social que implica ser parte de una minoría étnica (atribución al prejuicio) son respuestas ante el estrés aculturativo e independientes de la edad el género o la etnicidad. La atribución al prejuicio se postula como una estrategia que efectivamente va a estar desencadenada por la discriminación y el prejuicio y, en este sentido, es coherente que se produzca ante el estrés aculturativo (Mummendey et al., 1999). Por el contrario, se constató que respuestas cognitivas, consistentes en hacer comparaciones sociales ventajosas, en especial al compararse con otros grupos migrantes, es un modo de reevaluar positivamente la experiencia migratoria y defender la autoestima (Bobowik et al., 2014). Asimismo, se comprobó que la comparación temporal era positiva para los inmigrantes peruanos (se asociaba negativamente con el estrés de aculturación) y no producía cambios entre los colombianos.

Por último, algunas de las formas que se han descrito como adaptativas por su asociación con distintos índices de salud, bienestar subjetivo o integración social (Penley et al., 2002) no han sido constatados en el presente estudio, entre ellas, formas positivas como la búsqueda apoyo social, las estrategias de manejo de la identidad (diferenciación Yo-Nosotros) o las negativas como el distanciamiento, la evitación del contacto o el control emocional o la desidentificación (Bobowik et al., 2014).

En síntesis, este estudio pone de manifiesto las facetas del estrés de aculturación en dos de los grupos inmigrantes en Chile más prevalentes, destacando la importancia de la pérdida de apoyo familiar y la añoranza del origen en las primeras fases del proyecto migratorio. También muestra las respuestas de las minorías étnicas ante el estrés aculturativo, la discriminación y las dificultades de adaptación. Destaca las formas de afrontamiento adaptativas y no adaptativas ante el estrés y las diferencias en función de la etnicidad.

Este trabajo tiene el mérito de reunir una muestra grande de personas inmigrantes, de dos minorías, residentes en tres zonas de Chile, con todas las dificultades que supone un trabajo de campo en poblaciones inmigrantes, vulnerables a la exclusión social por la falta de un estatus legal que permita acceder a la residencia legal en el país.

Como limitaciones del presente estudio cabe señalar su naturaleza transversal, así como los posibles sesgos a la representatividad de la muestra. Futuras investigaciones tendrán que ampliar el conocimiento sobre las condiciones que favorecen o dificultan las respuestas adaptativas de afrontamiento al estrés, así como la validez concurrente con otras fuentes de estrés aculturativo.

Agradecimientos

Este artículo es producto del Proyecto “Salud, bienestar y calidad de vida en inmigrantes latinoamericanos en el norte de Chile”, financiado por la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología del Gobierno de Chile (CONICYT), a través del Proyecto FONDECYT #1140843, quienes no tuvieron injerencia alguna en la redacción de este.

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Notas

* Artículo de investigación

Notas de autor

a Autor de correspondencia. Correo electrónico: alurzua@ucn.cl

Información adicional

Para citar este artículo: Urzúa, A., Basabe, N., Pizarro, J. J., & Ferrer, R. (2017). Afrontamiento del estrés por aculturación: inmigrantes latinos en Chile. Universitas Psychologica, 16(5), xx-xx. https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy16-5.aeai

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