Perfeccionismo interpersonal, motivación e intención de continuar practicando deporte *
Interpersonal Perfectionism, Motivation, and Intention to Continue Practicing Sports
Heriberto Antonio Pineda-Espejel
Perfeccionismo interpersonal, motivación e intención de continuar practicando deporte *
Universitas Psychologica, vol. 23, 2024
Pontificia Universidad Javeriana
Heriberto Antonio Pineda-Espejel a antonio.pineda@uabc.edu.mx
Universidad Autónoma de Baja California, México
Recibido: 06 marzo 2024
Aceptado: 16 diciembre 2024
Resumen: El objetivo de este trabajo fue poner a prueba un modelo conceptual en el que se analiza el rol de los antecedentes interpersonales (percepción del deportista de la presión por ser perfecto por parte de sus padres – PPP - y entrenador – PPE -) sobre la intención que tienen los deportistas adolescentes de continuar practicando deporte, y el papel que juega la motivación en esa relación. Una batería de cuestionarios que midieron las variables de estudio fue aplicada a 259 deportistas de ambos sexos. El modelo de ecuaciones estructurales, controlado por la variable sexo, representó bien las relaciones observadas: χ2 = 215.6, df = 107, p < 0.001, CFI = 0.91, TLI = 0.89, RMSEA = 0.07, 90% CI [0.05, 0.08], SRMR = 0.06. La PPP influenció positivamente la motivación menos autodeterminada, y esta lo hizo negativamente con la intención de continuar la práctica deportiva en el futuro. En tanto que la PPE influenció positivamente la motivación autónoma, y esta positivamente la intención. Los efectos de indirectos sugirieron una mediación parcial de la motivación autónoma entre PPE e intención. Se concluye que la faceta PP tiene diferentes cualidades motivacionales, de las cuales PPE puede ser adaptativa, y PPP tiende a ser poco adaptativa. De esta forma, se promueve la reflexión crítica en los/las entrenadores sobre las altas expectativas que establecen sobre sus deportistas, y la evaluación demasiado crítica hacia los mismos.
Palabras clave:altos estándares, evaluación crítica, efectos indirectos, adolescencia.
Abstract: The aim of this study was to test a conceptual model in which the role of interpersonal antecedents (the athlete's perception of the pressure to be perfect from their parents – PPP - and coach – PCP -) on the intention that pubescent athletes have to continue practicing sports, and the role that motivation plays in that relationship is analyzed. A battery of questionnaires that measured the study variables was applied to 259 athletes of both sexes. The structural equation model, controlled for the sex variable, represented the observed relationships well: χ2 = 215.6, df = 107, p < 0.001, CFI = 0.91, TLI = 0.89, RMSEA = 0.07, 90% CI [0.05, 0.08], SRMR = 0.06. The PPP positively influenced less self-determined motivation, and this negatively influenced the intention to continue practicing sports in the future. While the PCP positively influenced autonomous motivation, and this positively influenced intention. The mediation effects confirm a partial mediation of autonomous motivation between PCP and intention. It is concluded that the PP facet has different motivational qualities, of which PCP can be adaptive, and PPP tends to be poorly adaptive. In this way, critical reflection is promoted in coaches about the high standards they establish for their athletes, and overly critical evaluation of them.
Keywords: High standards, critic evaluation, mediation effects, puberty.
La actividad física mejora la capacidad física y mental de las personas, además previene y reduce los riesgos de enfermedades no transmisibles (OMS, 2015). Variables motivacionales tienen influencia sobre la práctica y adherencia a la actividad física y deportiva (Franco et al., 2012), puesto que pueden determinar el inicio, mantenimiento y abandono de la misma. De modo que la motivación es un factor determinante en la realización del deporte y su continuidad, influyendo directamente en la intención de ser físicamente activo (Moreno et al., 2007; Ulrich-French & Smith, 2009). Dicha intención de practicar en el futuro, es un indicador de adherencia a la actividad física (Nigg, 2005).
La teoría de la autodeterminación [SDT] (Deci & Ryan, 1985; Ryan & Deci, 2000) ayuda a identificar las razones por las que las personas están implicadas en la práctica del deporte, a partir de regulaciones motivacionales más o menos autodeterminadas. Esto es, mediante rangos de motivos para la acción, consideraciones que van desde la no motivación, pasando por la regulación controlada, hasta formas autónomas de regulación.
La motivación autónoma refiere a actividades que las personas realizan porque las encuentran interesantes y disfrutables (motivación intrínseca), o por congruencia y conciencia con sus valores y necesidades (regulación integrada), o bien porque las consideran personalmente importantes (regulación identificada). La motivación controlada implica conductas motivadas por coerción intrapsíquica (regulación introyectada) o por razones interpersonales psicológicamente presionantes (regulación externa). La no motivación refiere a participar pasivamente en las actividades sin que se tenga una intención de estar allí; esto puede ser por falta de competencia percibida o porque no se ven las contingencias entre las acciones y las consecuencias deseadas (Ryan & Deci, 2000).
En general, más motivación autónoma tiende a mejores ajustes psicológicos o consecuencias positivas, mientras que más motivación controlada se asocia con pobre ajuste psicológico. Por ello, la motivación autónoma es asociada a la intención de seguir practicando deporte (Standage et al., 2003), en tanto que la motivación controlada y la no motivación conllevan a baja persistencia. Esto se ha evidenciado en algunos estudios donde la motivación autónoma, o ciertas regulaciones más autodeterminadas (e.g., motivación intrínseca y regulación identificada), se relacionaron positivamente con la intención de practicar deporte, actividad física, ejercicio físico o danza; en tanto que la no motivación lo hizo negativamente (e.g., Balaguer et al., 2011; Heredia-León et al., 2023; Ntoumanis, 2001; Rodrigues et al., 2019, 2020; Standage et al., 2003). Sólo en algunos estudios la motivación controlada, o la regulación externa, lo hizo negativamente con la intención de práctica deportiva, de ejercicio físico o danza (e.g., Balaguer et al., 2011; Ntoumanis, 2001; Rodrigues et al., 2019, 2020).
Por otra parte, la motivación del deportista dependerá de diversos factores, por ejemplo, la motivación autodeterminada es relacionada con el perfeccionismo (Gaudreau & Antl, 2008; Gaudreau & Thompson, 2010; McArdle & Duda, 2004). El perfeccionismo refleja el esfuerzo por la impecabilidad y poner estándares excesivamente altos de rendimiento, acompañados por la tendencia a evaluar críticamente la propia conducta (Flett & Hewitt, 2002). Es conceptualizado como una característica multidimensional (Frost et al., 1990; Hewitt & Flett, 1991), donde un modelo de orden superior incluye dos dimensiones super ordenadas de perfeccionismo, estas son: esfuerzo perfeccionista, descrito como aspectos del perfeccionismo asociados a poner altos estándares personales de rendimiento; y preocupaciones perfeccionistas, que refleja miedos por la evaluación social negativa, y rechazo de otros si uno mismo falla para ser perfecto (Gotwals et al., 2012; Stoeber & Otto, 2006).
Mientras que muchos aspectos del perfeccionismo son poco adaptativos, algunos aspectos pueden ser adaptivos (Enns & Cox, 2002). Stoeber (2011) señaló que sólo las preocupaciones perfeccionistas son claramente poco adaptativas para los y las deportistas. Aunque más recientemente, la evidencia sugiere que preocupaciones perfeccionistas despliegan pequeñas a medias relaciones con consecuencias poco adaptativas de motivación (Hill et al., 2018).
La dimensión preocupaciones perfeccionistas incluye un componente interpersonal, visto como perfeccionismo socialmente prescrito (Dunkley et al., 2000), o tendencias perfeccionistas interpersonales que envuelven percepciones de presión o expectativas de otros significativos (presión por la perfección – PP -), como estándares poco realistas y evaluaciones demasiado criticas (Frost et al., 1990). Dentro de los aspectos interpersonales, madre y padre (en adelante padres) constituyen una de las influencias socializantes centrales en la vida de las y los adolescentes. Desde el acceso al deporte, hasta la práctica continuada, los padres ejercen una influencia en la carrera deportiva de sus hijas o hijos. En adición, el entrenador o la entrenadora (en adelante entrenador/es) son un importante agente social, ya que los y las deportistas (en adelante los deportistas) interactúan con estos de manera regular (Mageau & Vallerand, 2003), por lo que son otra fuente de evaluación (Dunn et al., 2002). Por ello, padres y entrenadores pueden influenciar la motivación de las y los adolescentes en el contexto deportivo.
Como se mencionó, el perfeccionismo es relacionado con numerosas consecuencias motivacionales (Hill et al., 2018). Al respecto, Stoeber y Otto (2006) determinaron que aspectos de esfuerzo perfeccionista son teóricamente asociados con gran sensación de control personal y elección, que son similares a más motivación autónoma. En tanto que preocupaciones perfeccionistas son teóricamente relacionadas a motivación controlada, porque incluyen subdimensiones que son teóricamente cercanas a la motivación controlada (e.g. regulación externa). Por ejemplo, perseguir estándares socialmente prescritos para obtener aprobación externa (forma de regulación externa), puede relacionarse con motivación controlada (Stoeber et al, 2009, 2013).
La investigación ha intentado probar lo anterior, por ejemplo, en el contexto educativo Gaudreau y Antl (2008), Stoeber et al., (2009) y Gaudreau y Thompson (2010), donde, en general, las preocupaciones perfeccionistas (incluyendo las facetas perfeccionismo socialmente prescrito, preocupación por los errores, dudas sobre las acciones, criticas parentales) se asociaron positivamente con la motivación no autodeterminada (compuesta por la regulación externa y no motivación), y negativamente con la autodeterminación hacia aspectos académicos.
Específicamente en el contexto deportivo, McArdle y Duda (2004) mostraron con deportistas adolescentes, a nivel correlacional, que la percepción de presión por la perfección por parte de los padres (PPP) se relacionó positivamente con la no motivación y con las regulaciones externa e introyectada. De forma similar, Jowett et al., (2013) en deportistas adolescentes, evidenciaron que preocupaciones perfeccionistas (a través de las facetas perfeccionismo socialmente prescrito, preocupación por los errores, y dudas de las acciones) se asociaron con la motivación controlada.
Posteriormente, Mouratidis y Michou (2011) en deportistas adolescentes, apuntaron que los estándares personales (faceta de esfuerzo perfeccionista) se relacionaron significativamente con las motivaciones autónoma y controlada, al tiempo que la preocupación por los errores (faceta de preocupaciones perfeccionistas) lo hizo con la motivación controlada. Gucciardi et al. (2012) con deportistas de elite, encontraron que sólo la percepción de presión por la perfección por los entrenadores (PPE) se asoció positivamente con la regulación externa, no así la percepción de PPP.
Madigan et al. (2016) en deportistas juveniles, encontraron que los esfuerzos perfeccionistas (a partir de estándares personales, y esfuerzo por la perfección) se asociaron con la motivación autónoma; mientras que preocupaciones perfeccionistas (a partir de preocupación por los errores y reacciones negativas ante los errores) se asociaron negativamente con la motivación autónoma y positivamente con la motivación controlada.
Finalmente, la revisión de Maciel et al. (2021) señala que las críticas de los padres y expresiones de decepción conducen a la desmotivación en sus hijos e hijas. Mientras que la presión y exigencias de los entrenadores conducen a que el deportista se sienta insatisfecho con el deporte.
Es evidente que la mayoría de los estudios han analizado las preocupaciones perfeccionistas apoyándose en facetas intrapersonales del perfeccionismo, y pocos se han centrado en facetas interpersonales. Además, escasos estudios han investigado el rol de los padres en el perfeccionismo en el deporte (Appleton et al., 2010; Sapieja et al, 2011), o el rol de los padres y entrenadores al mismo tiempo.
En suma, es importante estudiar la motivación de las y los adolescentes hacia el deporte, puesto que los niveles de actividad física disminuyen a partir de estas edades (Gómez-López et al., 2010). También hay evidencia de que la mitad de adolescentes que empiezan una actividad física, la abandonan durante los primeros seis meses (González et al., 2011).
La promoción de conductas saludables durante la adolescencia se considera un objetivo prioritario de salud pública, ya que es una etapa fundamental para adquirir y consolidar estilos de vida activos y saludables (Boreham & Riddoch, 2001). Entonces crece el interés por estudiar variables que ayuden a mejorar la intención de practicar deporte en la adolescencia. Una de estas variables es la motivación, por tanto, es necesario estudiar qué factores determinan esa motivación, y qué consecuencias puede conllevar.
Algunos estudios han intentado predecir la intención de práctica de ejercicio físico o deporte a través de diferentes variables como estilos interpersonales y motivación (e.g., Rodrigues et al., 2019, 2020; Teixeira et al., 2020). Sin embargo, considerando que dentro del contexto específico del deporte, el perfeccionismo tiene importantes implicaciones motivacionales, el perfeccionismo interpersonal y la autodeterminación pueden extender nuestro entendimiento de los factores que influencian la intención de querer continuar la práctica deportiva. Por lo que se hace prudente examinar el rol de las regulaciones motivacionales (controlada y autónoma), el perfeccionismo interpersonal, y la intención de práctica deportiva, apoyados en la teoría multidimensional del perfeccionismo (Frost et al., 1993; Stoeber & Otto, 2006) y en la SDT (Deci & Ryan, 1985; Ryan & Deci, 2000). Hasta donde sabemos, las relaciones entre el componente interpersonal del perfeccionismo con las razones por las que los adolescentes practican deporte, y la intención de seguir practicando, no han sido analizadas aun en la literatura.
Por lo anterior, el objetivo de este estudio fue poner a prueba un modelo conceptual en el que se analiza el rol de los antecedentes interpersonales (incluyendo la percepción del deportista de la presión por ser perfecto por parte de sus padres – PPP - y entrenador – PPE -) sobre la intención que tienen los deportistas adolescentes de continuar practicando deporte, y el papel que juega la motivación en esa relación.
Guiados en la teoría e investigación previa, se espera que el grado en el que los adolescentes perciban el perfeccionismo interpersonal de sus padres y entrenadores, será asociado positivamente con la motivación controlada y la no motivación, y de forma contraria con la motivación autónoma en el deporte. Por su parte la motivación autónoma se relacionará positivamente con la intención de seguir practicando deporte, y la motivación menos autodeterminada lo hará negativamente (Figura 1).
Método
El diseño fue transversal explicativo, con estrategia asociativa, donde los modelos teóricos se unen para probar su integración en una teoría subyacente (Ato et al., 2013). Se utilizaron cuestionarios validados para conocer la percepción de las variables de estudio.
Participantes
El muestreo fue no probabilístico y por conveniencia, según los sujetos a los que se pudo acceder. Participaron 259 deportistas de ambos sexos (138 chicas, 121 chicos), con un rango de edad de 11 a 15 años (M= 13.07; DT = 1.36), quienes practicaban regularmente deporte (e.g., atletismo, futbol americano, futbol bandera, futbol soccer, natación, voleibol) y competían a nivel local y estatal. Reportaron una frecuencia semanal de entrenamiento de una a ocho horas, y una antigüedad de práctica en su deporte de entre dos meses a nueve años.
Instrumentos
Para medir el perfeccionismo interpersonal se usó, por un lado, la subescala Presión de los padres, de la versión en español de la Escala Multidimensional de Perfeccionismo en el Deporte-2 [S-MPS-2] (Pineda-Espejel et al., 2018a). Consta de nueve ítems (e.g., “Mis padres esperan la excelencia de mí en mi deporte”) que se responden con una escala Likert de cinco puntos que va desde 1 (fuertemente en desacuerdo) a 5 (fuertemente de acuerdo). El análisis factorial confirmatorio (CFA) para esta subescala unifactorial mostró un aceptable ajuste de los datos: χ2 = 64.19, df = 24, p < 0.001, CFI = 0.93, TLI = 0.90, RMSEA = 0.08, 90% CI [0.06, 1.00], SRMR = 0.05.
Por otro lado, se usó la subescala Presión del entrenador, de la versión en español del Inventario de Perfeccionismo Multidimensional en el Deporte [MIPS] (Pineda-Espejel et al., 2018b). Consta de ocho ítems (e.g., “Mi entrenador/a espera que yo sea perfecto/a”) que continúan de la frase inicial “Durante mis entrenamientos...”. Estos se responden con una escala Likert de seis puntos que va desde 1 (nunca) hasta 6 (siempre). El CFA para esta subescala unifactorial mostró un buen ajuste de los datos: χ2 = 39.65, df = 17, p < 0.001, CFI = 0.96, TLI = 0.94, RMSEA = 0.05, 90% CI [0.04, 0.09], SRMR = 0.03.
Para medir la motivación del deportista se usó la versión en español de la Escala de Motivación en el Deporte revisada [SMS-II] (Pineda-Espejel et al., 2016). Consta de 18 ítems precedidos de la pregunta inicial “¿Por qué practicas tu deporte?”. Estos miden las regulaciones motivacionales del continuo de autodeterminación: motivación intrínseca (e.g., “Porque es muy interesante aprender cómo puedo mejorar”), regulación integrada (e.g., “Porque el practicar deporte refleja la esencia de quien soy”), regulación identificada (e.g., “Porque he elegido este deporte como una forma para desarrollarme”), regulación introyectada (e.g., “Porque si no participara no me sentiría tan valioso”), regulación externa (e.g., “Porque pienso que otros me desaprobarían si no lo hiciera”), y no motivación (e.g., “No lo tengo claro; en realidad no creo que mi lugar esté en este deporte”). Se responden con una escala Likert de siete puntos que va desde 1 (no se corresponde totalmente conmigo) hasta 7 (se corresponde exactamente conmigo). La motivación autónoma se obtuvo a través de las puntuaciones medias de las regulaciones intrínseca, integrada e identificada; en tanto que la motivación controlada se obtuvo a través de las puntuaciones medias de las regulaciones introyectada y externa. El CFA para este instrumento confirmó la estructura de seis factores independientes: χ2 = 284.32, df = 123, p < .000, CFI = 0.92, TLI = 0.90, RMSEA = 0.06, 90% CI [0.04, 0.07], SRMR = 0.07.
Para medir la intención de práctica deportiva se utilizó la Medida de la intencionalidad para ser Físicamente Activo [MIFA] (Moreno et al., 2007). Está compuesta de cinco ítems (e.g., “Me interesa el desarrollo de mi forma física mediante la práctica de deporte”) precedidos de la frase “Respecto a tu intención de seguir practicando tu deporte…”. Se responden con una escala Likert de cinco puntos que va desde 1 (totalmente en desacuerdo) hasta 5 (totalmente de acuerdo). El CFA mostró un buen ajuste de los datos: χ2 = 11.1, df = 5, p < 0.001, CFI = 0.97, TLI = 0.95, RMSEA = 0.07, 90% CI [0.01, 0.09], SRMR = 0.03.
Procedimiento
El estudio recibió la aprobación ética de la Universidad, y cumplió con las normas éticas propuestas por la American Psychological Association (APA). El primer contacto fue con los entrenadores de los diferentes equipos deportivos para informarles del objetivo del estudio. Cada entrenador dio su consentimiento para que participaran sus deportistas. Posteriormente se informó a los padres la naturaleza del estudio y se envió una circular pidiendo su autorización para que sus hijos o hijas participaran en el mismo. Con el consentimiento informado de padres o tutores, se administraron los cuestionarios durante el entrenamiento, sin que el entrenador estuviera presente, pero sí el investigador principal y un equipo de administradores de cuestionarios para informar cómo cumplimentar los instrumentos y solventar las dudas que pudieran surgir en el proceso. Se dispuso de 30 minutos para la contestación de los instrumentos.
Análisis de datos
Los datos fueron analizados en tres momentos. Primero, se probaron los modelos de medida a través de un CFA, más la fiabilidad de los instrumentos con el coeficiente omega de McDonald, donde se aceptan valores de entre 0.70 a 0.95 (Zinbarg et al., 2005). Segundo, se calcularon las medias, desviaciones típicas, normalidad de la distribución, y correlaciones de Pearson para todas las variables. En tercer lugar, dentro del análisis principal, y una vez confirmados los modelos de medida, se probó un modelo de ecuaciones estructurales (SEM) controlado por la variable sexo, y con la estrategia de ítem parcels como indicadores de tres de las variables latentes que integran el modelo conceptual (e.g., presión por la perfección por parte de los padres, presión por la perfección por parte de entrenadores, e intención de practicar deporte en el futuro). Esto, debido al tamaño de la muestra y para reducir los errores de muestreo, disminuyendo las varianzas específicas de cada ítem. Hay evidencia de que esta estrategia tiene ventajas estadísticas y analíticas (e.g., Rocha & Chelladurai, 2012). Se siguieron las recomendaciones de Matsunaga (2008) y Little et al. (2013), combinando el ítem con mayor carga factorial con el ítem con menor carga factorial de una escala, promediando sus respuestas, teniendo tres parcels de dos ítems cada uno. Cuando el número de ítems no permitiera la creación de tres parcels de dos ítems, los ítems no emparejados se utilizaron como indicadores (e.g., intención).
Para evaluar el ajuste entre el modelo teórico planteado y la matriz de datos recogida, tanto para los CFAs como para el SEM, se usaron índices de ajuste como el cociente de χ2 y grados de libertad (df), donde valores entre 2 y 3 representan un ajuste aceptable (Schermelleh-Engel et al., 2003). Además de los índices que minimizan el impacto del tamaño de la muestra, como los índices incrementales TLI y CFI, en combinación con índices absolutos como la RMSEA y su intervalo de confianza al 90% (CI 90%), más la SRMR. De acuerdo con diversas aproximaciones, en este estudio se siguieron los puntos de corte (en paréntesis) para un aceptable ajuste del modelo (CFI > 0.90, TLI > 0.90, SRMR < 0.10, RMSEA < 0.08; Marsh et al., 2004) y para un buen ajuste del modelo (CFI > 0.95, TLI > 0.95, SRMR < 0.08, RMSEA < 0.05; Marsh et al., 2004).
Para calcular los efectos de mediación (efectos indirectos) en el SEM se utilizó el método bootstrapping con corrección de sesgo a 1000 muestras, con intervalos de confianza [CI] al 95 %, según lo recomendado por MacKinnon et al. (2004). Si el CI no incluye el cero, se establece que la mediación difiere significativamente de cero.
Tanto los CFAs como el SEM se analizaron con el programa Mplus versión 7, usando el método de estimación de máxima verosimilitud. El resto de los análisis se realizaron con el programa SPSS versión 25.
Resultados
Análisis preliminares
Los resultados de los diferentes CFAs de los instrumentos de medida, confirmaron la estructura factorial de los cuestionarios que miden las variables implicadas en el estudio, puesto que todas las escalas poseyeron índices de ajuste satisfactorios. Los coeficientes de fiabilidad de las escalas también fueron satisfactorios, sobrepasando el criterio, con valores omega de McDonald alrededor de 0.70, salvo el factor no motivación (Tabla 1). Sin embargo, se acepta que valores entre 0.60 y 0.70 son considerados aceptables (Sturmey et al., 2005).
En cuanto al análisis descriptivo, las puntuaciones medias de los datos informaron que la muestra tuvo una mayor puntuación en intención y motivación autónoma, así como bajos niveles de no motivación. Las correlaciones bivariadas indicaron asociación positiva y significativa entre las motivaciones autónoma y controlada con la intención; y entre las PP con ambas motivaciones (e.g., controlada y autónoma), así como con la intención (ver Tabla 1).
Análisis principal
Para el cumplimiento de los supuestos previos al SEM, la prueba de no colinealidad mostró que los VIF estuvieron en un rango de 1.27 y 1.51; el índice de condición fue menor a 15, con valores entre 4.3 y 12.9; los residuos fueron independientes, ya que los valores de DW estuvieron entre 1.59 y 1.90.El modelo causal con variables latentes, controlado por el sexo sobre las variables consecuencia y mediadoras, presentó un aceptable ajuste a los datos: χ2 = 215.6, df = 107, p < 0.001, CFI = 0.91, TLI = 0.89, RMSEA = 0.07, 90% CI [0.05, 0.08], SRMR = 0.06. La desviación en TLI no fue importante. Esto sugiere que el modelo representó bien las relaciones observadas.
La Figura 2 muestra que la PPE se asoció positivamente con la motivación autónoma (B = 0.42; p < 0.01) y negativamente con la no motivación (B = -0.36; p < 0.01). En tanto que la PPP se asoció positiva y significativamente con la motivación controlada (B = 0.56; p < 0.01) y no motivación (B = 0.51; p < 0.01). La motivación autónoma lo hizo positivamente con la intención (B = 0.40; p < 0.05), y la no motivación lo hizo en el sentido inverso (B= -0.22; p< 0.05). Este modelo explicó el 37% de la varianza del outcome.
Efectos indirectos
El modelo conceptual de efectos indirectos puso a prueba una mediación total, donde la influencia de la PP sobre la intención de continuar practicando deporte se transmite a través de la motivación. Por un lado, el efecto total de PPE sobre intención fue significativo, confirmando una mediación parcial por parte de la motivación. Por otro lado, el producto ab (efectos indirectos) sólo confirmó el efecto de mediación de la motivación autónoma sobre la asociación entre PPE e intención fue estadísticamente significativo, ya que el intervalo de confianza no incluyó el valor cero. En tanto que el resto de efectos indirectos probados no fueron significativos porque el intervalo de confianza incluyó cero (Tabla 2).
Discusión
Este estudio indagó si la PP que perciben los deportistas por parte de sus entrenadores y padres se asocia con la intención de continuar practicando deporte en el futuro, y el papel que juega la motivación en esa asociación. El modelo teórico hipotetizado se confirma parcialmente. Por un lado, inesperadamente la tendencia de los deportistas adolescentes a percibir que su entrenador/a coloca altas metas y ejerce mucha presión para alcanzarlas, así como que hace evaluaciones demasiado críticas sobre ellos, tiene una influencia positiva sobre su motivación autónoma. Entonces si deportistas perciben que su entrenador/a los presiona por la excelencia, estos practican su deporte porque lo encuentran interesante y disfrutable, por congruencia con sus necesidades, y porque lo consideran importante. Esto es contrario a los resultados de Gucciardi et al. (2012) con deportistas de elite. Si bien Maciel et al. (2021) mostraron que la presión y expectativas de entrenadores conducen a que los deportistas se sientan insatisfechos, ello no significa que lleguen a estar desmotivados.
Por otro lado, se confirma que la percepción de los deportistas adolescentes de que sus padres esperan que ellos sean perfectos en su deporte, y los critican cuando fallan, entonces los deportistas practican su deporte por refuerzos materiales u obligaciones impuestas y externas al self; incluso pueden llegar a participar pasivamente, quizá por impotencia de no poder lograr los altos estándares impuestos por sus padres. Esto coincide con aproximaciones de evidencia previa (e.g., Gaudreau & Antl, 2008; Jowett et al., 2013; Maciel, 2021; McArdle & Duda, 2004).
Stoeber y Otto (2006) señalaron que la dimensión preocupaciones perfeccionistas es poco adaptativa, por lo que la faceta de PP también es teorizada como poco adaptativa. Sin embargo, en el presente estudio sólo se confirma cuando la fuente de presión por la excelencia son los padres; mientras que puede ser adaptativa cuando la fuente de presión son los entrenadores. Esto puede obedecer a que los estándares altamente desproporcionados coexisten con indebidas preocupaciones por la evaluación crítica (Frost et al., 1990) de sus padres, mas no les preocupa la evaluación crítica del entrenador. Otra posible explicación es que la motivación autónoma y controlada dependen de cómo los estándares son percibidos, como un reto o como una amenaza (DiBartolo et al., 2004). Los altos estándares impuestos por el entrenador pueden percibirse como un desafío, y así actuar más como motivadores intrínsecos, porque la búsqueda de desafíos es considerada como un aspecto de motivación intrínseca (Chatzisarantis & Hagger, 2007). Contrariamente, los altos estándares impuestos por los padres pueden valorarse como un requisito para la aprobación parental basada en intentos por lograr los altos estándares externos, lo que restringe la conducta autodeterminada.
Lo anterior sugiere que una faceta poco adaptiva como la PP también tiende a ser ambivalente, ya que por un lado puede representar dificultades interpersonales con los padres, porque quienes no reaccionan adecuadamente a la PP los dirige el evitar vergüenza, culpa o castigos por no alcanzar los altos estándares deportivos de sus padres, incluso la falta de motivación hacia el deporte. Aunque, por otro lado, la PP puede ser saludable porque es una fuente de motivación autónoma. Esto recibe cierto apoyo en cuanto a que preocupaciones perfeccionistas despliegan pequeñas relaciones con consecuencias poco adaptativas de motivación (Hill et al., 2018).
Weiss y Amorose (2008) mencionaron que los agentes sociales pueden promover la motivación de los deportistas hacia la práctica deportiva. El presente estudio sugiere que los deportistas adolescentes pueden motivarse autónomamente en respuesta a las presiones por la excelencia percibidas o reales de sus entrenadores en un intento de mitigar dichas presiones. Esto puede deberse a que los entrenadores pasan gran parte del tiempo con los deportistas jóvenes durante los entrenamientos, o que estos son vistos como un ejemplo a seguir en el deporte, o como una fuente de información cercana o significativa. En suma, estudios previos revelan la influencia parental, tanto positiva como negativa, hacia la motivación de sus hijos para practicar actividad física (e.g., Moreno Basurto et al., 2016). En el presente estudio, la PPP tiende a una influencia negativa, puesto que conduce a razones menos autodeterminadas para practicar deporte, lo que puede estar influenciado por que los padres invierten tiempo y dinero en el deporte.
Los resultados de la segunda parte del modelo son consistentes con la SDT, puesto que confirman que quienes participan en el deporte por razones autónomas, es más probable que quieran seguir practicando esa actividad, porque se divierten o porque consideran que es parte de ellos mismos, reflejando el compromiso con el deporte, porque la motivación autónoma lleva a la persistencia (Lim & Wang, 2009; Sproule et al., 2007). Esto coincide con otros estudios, que a partir de la SDT establecieron relación entre motivación autónoma e intención (e.g., Balaguer et al., 2011; Cuevas et al., 2014; Heredia-León et al., 2023; Rodrigues et al., 2019, 2020; Standage et al., 2003; Trigueros-Ramos et al., 2019).
En cambio, quienes participan sin intención de estar allí, tienen baja persistencia en la práctica deportiva, quizá porque no ven las contingencias entre las acciones y las consecuencias deseadas (Ryan & Deci, 2000). Esto concuerda con otros estudios donde la no motivación ofreció relación negativa con la intención de determinada práctica (e.g., Balaguer et al., 2011; Heredia-León et al., 2023; Ntoumanis, 2001; Rodrigues et al., 2019, 2020; Standage et al., 2003). Por otra parte, quienes están motivados controladamente no ven afectada su intención, por lo que no tienden a desistir o alejarse de la práctica deportiva, coincidiendo con otros estudios, puesto que sólo pocos trabajos apoyan estadísticamente esta relación (e.g., Rodrigues et al., 2019, 2020).
Para algunas personas la motivación puede energizarlas, y por tanto comprometerlas en la práctica deportiva prolongada; mientras que para potras personas puede paralizarlas y abandonar la práctica. Así, quienes están motivadas autónomamente tienden a persistir y adherirse debido a la sensación de disfrute originada por la propia actividad deportiva o por los beneficios que aporta (eg.,. mejora personal, habilidad, salud) (Deci & Ryan, 2014).
Los resultados apoyan que la intención expresada por los adolescentes de practicar deporte, es un indicador de su motivación a la misma (Ulrich-French y Smith, 2009). La importancia de la intención de ser físicamente activo en el futuro es que ha resultado ser un predictor de la práctica de actividad física (Godin et al., 2005), porque el determinante inmediato del comportamiento es la intención de ese comportamiento (Shephard & Trudeau, 2000).
En cuanto a los efectos de mediación, se apoya que la intención de continuar practicando deporte en el futuro cambia tanto por la influencia de la PPE, así como a través de la motivación autónoma; esto es que tiene un efecto tanto directo como indirecto. En este último caso la influencia de PPE puede transmitirse a través de la motivación autónoma. Así, sugiere que el papel de los padres en la PP no parece relevante en la intención; mientras que deportistas que perciben PPE pueden ver el deporte como un medio para alcanzar las altas metas mediante esfuerzos continuos, así como una actividad interesante, disfrutable e importante para conseguir consecuencias valoradas personalmente. De esta forma, apoya que el perfeccionismo interpersonal puede manifestarse de forma distinta en los diferentes dominios de la vida (Appleton & Curran, 2016); y alude que PP es compleja y ambigua, ya que puede ser problemática, benéfica y ambivalente con respecto a la motivación en deportistas adolescentes, tal como lo sugirieron Hill et al. (2020).
Este estudio supone una gran aportación teórica y práctica generando valor en el entorno deportivo aplicado. Los resultados pueden hablarnos más sobre el proceso psicológico que explica la intención de práctica deportiva futura en adolescentes. Desde el punto de vista teórico, este trabajo se ha centrado en el perfeccionismo interpersonal, indagando la influencia tanto de padres como de entrenadores, la cual había sido poco estudiada. Así, demuestra que PP puede tener diferentes influencias para los deportistas.
Este estudio ayuda a entender la naturaleza dual del perfeccionismo de acuerdo con su asociación con aspectos poco adaptativos y adaptativos, y el por qué el perfeccionismo puede ser una espada de doble filo. En general, el perfeccionismo por sí mismo es un constructo paradójico; y en particular la PP, por un lado, comprende asociaciones con motivación autónoma, y por otro lado con motivación menos autodeterminada, sugiriendo que PPE puede formar parte de una saludable búsqueda de la excelencia.
Desde el punto de vista práctico ayuda a entender las consecuencias de las conductas de excelencia de padres y entrenadores como más o menos favorables para la motivación en deportistas, y ofrece información sobre la persistencia de conductas de actividad física, benéficas para la salud. En este sentido la figura del entrenador es relevante para fomentar la intención de continuar, por lo que se invita a que sea consciente responsable en su trabajo.
Esto es importante porque la adolescencia es una etapa clave para consolidar la práctica habitual de actividad física (Boreham y Riddoch, 2001). Las conductas de los agentes sociales cercanos al deportista, pueden favorecer a que desde edades tempranas se adquieran hábitos saludables, y que se prolonguen en el tiempo (Pate et al., 1996); de este modo se previenen enfermedades como la obesidad, y psicológicas como ansiedad (Fox, 2000).
Este trabajo también tiene limitaciones, como el muestreo por conveniencia que limita la representatividad del estudio en la población, por ende, debemos ser cautos en generalizar los presentes resultados. Aunque las variables de estudio se han medido en el contexto específico del deporte, y la motivación se midió a nivel contextual, todas las medidas fueron recogidas por auto informes, lo que es otra limitante. Además, se utilizó un diseño transversal, lo que no permite inferencias de causalidad entre variables porque no hay un componente temporal en el diseño. Por ello, se sugiere un diseño longitudinal que podría proporcionar mayor garantía a las conclusiones de tipo causal, estableciendo mejor la direccionalidad de las relaciones entre las variables estudiadas. En este estudio el análisis de datos se realizó controlando la variable sexo, sin embargo, se recomienda una muestra más amplia que permita realizar comparaciones a través del sexo, ya que hay evidencia de que los varones tienen alta motivación e intención de practicar actividad física en el tempo libre (e.g., Dong & Mao, 2020), así como un porcentaje de práctica más elevado en hombres que en mujeres (López-Sánchez et al., 2016).
Conclusión
La PP (faceta de preocupaciones perfeccionistas) tiene diferentes cualidades motivacionales, de las cuales PPE puede ser adaptativa, y PPP tiende a ser poco adaptativa. Estas diferencias en la calidad motivacional no sólo son importantes para entender la naturaleza dual del perfeccionismo interpersonal, sino que influencia consecuencias de comportamientos de continuidad en el deporte.
Este estudio comprueba empíricamente que el entrenador, como agente social más cercano en el contexto del deporte, juega un papel crucial en mantener las conductas en los deportistas adolescentes, puesto que la PPE sugiere efectos positivos directos sobre la intención de continuar la práctica deportiva, e indirectos a través de la motivación autónoma en la práctica deportiva en los deportistas con los que interactúa. Entonces el perfeccionismo interpersonal también puede formar parte de un esfuerzo saludable para la excelencia en el deporte de estas edades.
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Notas
*
Artículo de
investigación.
Notas de autor
aAutor de correspondencia. Correo electrónico: antonio.pineda@uabc.edu.mx
Información adicional
Para
citar este artículo: Pineda-Espejel, H. A. (2024). Perfeccionismo interpersonal,
motivación e intención de continuar practicando deporte. Universitas Psychologica, 23, 1-16. https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy23.pimi