Apuntes para una revisión sistemática sobre el concepto Slow journalism. Estudio internacional 2017-2020 en Argentina, Colombia, España y México*

Notes for a Systematic Review on the Slow Journalism Concept. International Study 2017-2020 in Argentina, Colombia, Spain and Mexico

Anotações para uma revisão sistemática do conceito Slow journalism. Estudo internacional 2017-2020 na Argentina, Colômbia, Espanha e México

Gabriel A. Corral , Carmen Peñafiel , Guillermo Gurrutxaga

Apuntes para una revisión sistemática sobre el concepto Slow journalism. Estudio internacional 2017-2020 en Argentina, Colombia, España y México*

Signo y Pensamiento, vol. 41, 2022

Pontificia Universidad Javeriana

Gabriel A. Corral a

Universidad Autónoma de Querétaro, México


Carmen Peñafiel

Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, España


Guillermo Gurrutxaga

Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, España


Recibido: 15 abril 2020

Aceptado: 06 junio 2022

Publicado: 30 noviembre 2022

Resumen: El presente trabajo aborda como objetivo principal el estudio conceptual y la carcaterización del periodismo reposado o slow journalism desde una perspectiva académica y profesional. Como proceso metodológico se han analizado un total de 76 fichas, de las cuales 58 corresponden a publicaciones de autores/as del mundo académico y 18 a profesionales del periodismo. Las publicaciones vienen del ámbito universitario sobre la información y la calidad periodística, sobre el periodismo digital y el periodismo narrativo, como rutinas periodísticas emergentes con potencialidades y dinámicas creativas en el sector de los medios. La otra parte del análisis corresponde a 18 profesionales expertos del periodismo. Entre los resultados más destacados se encuentra la preeminencia del mundo académico a la hora de estudiar el fenómeno, dado que entre quienes ejercen el periodismo hay menor producción de obras al repecto en comparación con las que provienen del ámbito universitario. También en la academia hay mayor profusión de denominaciones para referirse al fenómeno en español, aunque tanto en ella como en la propia profesión periodística el término más utilizado es el anglosajón slow journalism.

Palabras clave:periodismo, slow journalism, periodismo narrativo, periodismo digital, revisión documental.

Abstract: The main objective of this paper is the conceptual study and characterization of slow journalism from an academic and professional perspective. As a methodological process, a total of 76 files have been analyzed, of which 58 correspond to publications of authors from the academic world and 18 to journalism professionals. The publications come from the academic world on information and journalistic quality, on digital journalism and narrative journalism, as emerging journalistic routines with potential and creative dynamics in the media sector. The other part of the analysis corresponds to 18 professional journalism experts. Among the most outstanding results is the preeminence of the academic world when it comes to studying the phenomenon, given that among those who practice journalism there is less production of works in this regard compared to those coming from the university environment. Also in academia there is a greater profusion of denominations to refer to the phenomenon in Spanish, although both in academia and in the journalistic profession itself the most commonly used term is the Anglo-Saxon term slow journalism.

Keywords: journalism, slow journalism, narrative journalism, digital journalism, documentary review.

Resumo: O presente trabalho tem como objetivo principal o estudo conceitual e a caraterização do jornalismo repousado ou slow journalism do ponto de vista acadêmico e profissional. Como processo metodológico foi analisado um total de 76 arquivos, dos quais 58 correspondem a publicações de autores/as do mundo acadêmico e 18 a profissionais do jornalismo. As publicações vêm do âmbito universitário sobre informação e qualidade jornalística, jornalismo digital e jornalismo narrativo, como rotinas jornalísticas emergentes com potencialidades e dinâmicas criativas no sector das mídias. A outra parte da análise corresponde a 18 profissionais especialistas en jornalismo. Entre os resultados mais destacados esta a preeminência do mundo acadêmico na hora de estudar o fenômeno, visto que entre quem exerce o jornalismo há menor produção de obras ao respeito em comparação com as que vêm do âmbito universitário. Mesmo, na academia há maior profusão de nomeações para se referir ao fenômeno em espanhol, embora, tanto nela quanto na própria profissão jornalística e termo mais utilizado seja o anglo-saxão slow journalism.

Palavras-chave: jornalismo, slow journalism, jornalismo narrativo, jornalismo digital, revisão documental.

Tendencias y corrientes periodísticas

En este artículo se habla de periodismo, una profesión que está en constante evolución porque se desarrolla de forma paralela al crecimiento de las sociedades. Es una profesión donde la inquietud, la observación, la pasión por las cosas y la curiosidad marcan las actitudes de los y las profesionales. La exposición pública que implica el ejercicio del oficio conlleva una responsabilidad social que le exige ser transparente. La ciudadanía tiene derecho a la información y, al mismo tiempo, la sociedad, con sus mecanismos legales, tiene que facilitar el ejercicio de ese derecho con total libertad, con base en una ética y deontología periodísticas. Es necesario documentarse, contrastar, informar con rigor y veracidad.

El periodismo del siglo XXI ha experimentado una fuerte transformación acorde al ecosistema digital, por lo que tiene que reinventarse y buscar nuevas fórmulas que implican o que integran la especialización, la innovación y la calidad de contenidos. En la era digital es necesario establecer referentes de diferenciación para competir en un entorno y un mercado globales donde proliferan las plataformas de comunicación y de acceso público.

La evolución del periodismo en los próximos años pasa por conceptos derivados de la personalización, actualización, adaptación a la segmentación de audiencias, aprovechamiento del potencial de las tecnologías móviles y búsqueda de nuevos formatos. Estamos desarrollando una revolución silenciosa en la que el periodismo digital fomenta los cambios y la transformación de contenidos.

Vivimos en una época en la que los grandes medios tradicionales pierden credibilidad, donde hay una sobreabundancia informativa, donde observamos una burbuja de desinformación y una profunda crisis económica. La profesión periodística afronta problemas como la necesidad de adaptarse a los cambios tecnológicos, la precariedad de las condiciones laborales, la discriminación de la mujer en puestos directivos, la desinformación y el reto de la financiación del periodismo. En el escenario de información digital surge un obstáculo: formatos y contenidos se digitalizan, pero los ingresos todavía se generan en el ámbito analógico y son procedentes de actividades digitales que no compensan la erosión de financiación de las fuentes analógicas tradicionales. A pesar de todo ello, buena parte de las y los profesionales del periodismo siguen mostrando su satisfacción por el hecho de dedicarse a él.

Lo anterior, a pesar de que hay profesionales que hablan de la existencia de un “periodismo aspiradora” que busca clicks fáciles, quiere llegar masiva e inmediatamente a su audiencia y apela continuamente a actitudes emocionales en la búsqueda del mayor impacto. Frente a él, quienes ejercen el periodismo con honestidad y de forma ética quieren un buen periodismo donde la calidad y la transparencia estén intrínsecamente relacionadas. La gente joven entra en Twitter e Instagram para informarse. En esta coyuntura, los y las profesionales de la información son los máximos responsables de llevar a cabo esa adaptación a las demandas de la audiencia sin renunciar a hacer buen periodismo.

En ese contexto surge el slow journalism, sobre el que se acuña la siguiente definición que recoge características aportadas por otros autores y a las que se añaden otras: es un periodismo de largo formato y de estilo cuidado que cultiva todos los géneros informativos. No está sometido a las cinco W ni a la pirámide invertida. Está dirigido a una audiencia especializada que demanda una recepción periodística más pausada. Está emparentado con el periodismo literario y el de inmersión, porque su retórica surge de la investigación. Tiene el compromiso de informar de una manera precisa, de contar historias de forma creativa y en profundidad, con diversas técnicas y distintos recursos. Comparte aspectos formales de la literatura que conviven con un estilo caracterizado por cierta frescura, libre y cercano al lector o lectora.

Ramón Lobo, periodista y reportero de reconocido prestigio en España, en una reciente entrevista recogida por un diario catalán, expresaba su mirada esperanzadora hacia el futuro del periodismo: “Ahora estamos pasando por un periodo de graves turbulencias. Estamos en medio del humo, pero ese humo desaparecerá y podremos volver a ver con claridad, y cuando veamos con claridad veremos que el camino es el mismo: periodismo de calidad” (El Periódico, 2019). Buena parte de los y las periodistas apuestan por un periodismo ético elaborado en profundidad y de calidad.

El objetivo general de nuestro proyecto de investigación titulado “Cartografía del Periodismo reposado/lento (slow journalism) digital en español: recopilatorio de prácticas innovadoras y de calidad” ha sido elaborar una cartografía de los principales sitios web que practican el periodismo reposado digital en español y determinar el perfil de los y las profesionales y colaboradores dedicados a esta práctica, así como conocer el modelo de gestión y financiación y el grado de satisfacción de quienes consumen este estilo de periodismo en Argentina, Colombia, España y México. Con el objetivo último de analizar el estado del periodismo narrativo digital existente, las diferentes formas que adopta y sus perspectivas de futuro, se plantean las siguientes preguntas de investigación: ¿Cuál es el estado del periodismo lento digital? ¿Cuáles son sus características y cuáles son los retos, las tendencias y las oportunidades a los que se enfrenta este tipo de periodismo en la actualidad? ¿Qué futuro le augura al slow journalism o periodismo lento?

El estudio internacional parte de la siguiente hipótesis: el slow journalism de calidad avanza día a día en Internet. Lo que hoy es cuantitativamente secundario y geográficamente periférico podría ser, en un futuro cercano, cualitativamente significativo. En algunos casos, podría disputar la hegemonía a determinados medios que hasta hoy han sido referencia. El periodismo reposado podría ser la antesala de ulteriores disrupciones que conviertan en caduco algo que hace poco parecía eterno.

El periodismo reposado de calidad está protagonizado por una amplia gama de emisores: periodistas veteranos sacrificados por la crisis, amantes de la literatura con dotes para la narración, profesionales que ejercen el periodismo de datos y de investigación, innovadores culturales que, una vez desalojados del soporte papel, han mostrado ser apasionados por los nuevos modelos editoriales emergentes en la red, reporteros analistas y amantes del formato longform y blogueros/opinantes sin fronteras ni complejos que intentan explicar mediante el contexto la complejidad de los fenómenos sociales. Estamos en un momento en el que las audiencias asumen con relativa naturalidad pagar por contenidos de calidad. En este sentido, el periodismo reposado de calidad puede hacerse con un nicho de mercado propio. El uso de las nuevas tecnologías amplifica el eco de estas prácticas periodísticas y, además, la ciudadanía se decanta cada vez más por el consumo de la información online.

La búsqueda de fuentes documentales sobre el tema apunta a una dispersión conceptual para hablar del periodismo reposado/lento como una corriente global que recorre distintos continentes y países. Este artículo trata de poner en valor la experiencia profesional de periodistas y la investigación de académicos que trabajan este ámbito de la comunicación.

Aproximación teórica al concepto de periodismo reposado o slow journalism

La consolidación del periodismo digital ha provocado notables transformaciones, tanto en la forma en que se emite la información como en su recepción. Son varias las investigaciones sobre sus consecuencias que apuntan a una pérdida de su calidad (Gómez Mompart et al., 2015; González Gorosarri, 2011; Ramírez de la Piscina et al., 2014).

Como reacción al imperio de la inmediatez, surge un fenómeno global al que internacionalmente se denomina slow journalism. Se trata de una práctica que recupera géneros como el análisis profundo, el reportaje de investigación o la entrevista de largo formato.

Fue Susan Greenberg (2007) la primera en acuñar el término slow journalism, concepto que se ha consolidado, pero incluso en inglés hubo otros términos como long form journalism, new journalism, investigative journalism, narrative journalism. En español se empezó a hablar de nuevo periodismo o periodismo informativo de creación (Bernal y Chillón, 1985). En la actualidad, hay autores que utilizan indistintamente conceptos como periodismo lento, periodismo narrativo y periodismo literario (Albalad y Rodríguez, 2015). Hay también profesionales como Miguel Mora (experiodista durante 22 años de El País y director de ctxt.es) que prefieren utilizar el término periodismo reposado (2014). Independientemente de su denominación, su acepción es la de una práctica periodística que se preocupa más de la historia que del titular, de la profundización más que de la inmediatez.

Académicos como Barranquero-Carretero (2013) y Rosique-Cedillo y Barranquero-Carretero (2015) han analizado el fenómeno en español. En el ámbito global destacan trabajos sobre slow journalism.narrative journalism/future of journalism como los de Whitworth (2009), Rosenberg y Feldman (2008), Juntunen (2010), Rauch (2011), Brabazon (2013), Neveu (2014) o Le Masurier (2014). Más recientes son los de Drok y Hermans, quienes identifican entre la juventud una base social dispuesta a pagar por este tipo de contenido, para lo que además de “contenidos de investigación”, deberá ser “cooperativo y constructivo” (2016, p. 554). El propio Neveu (2016) apuesta porque el periodismo lento sea “justo” con sus fuentes y lectores, “participativo, orientado a la comunidad” y, por último, dé prioridad a historias no contadas. Ejemplo de todo ello encuentra Palau Sampio (2018) en el diferente tratamiento ofrecido por los medios estadounidenses que apuestan por el slow journalism a la crisis de la migración masiva procedente de Centroamérica. Un ejemplo actual del periodismo efectuado con tiempo y con libertad que recobra valores de antaño, se encuentra en el campo de la fotografía, donde Mendelson y Creech (2016) analizan los trabajos sobre la política de EE.UU., los Juegos Olímpicos o las consecuencias del huracán Katrina (del fotoperiodista David Burnett, efectuados con una vieja cámara analógica). Eso no es óbice para que Ball (2016) defienda las posibilidades que la multimedialidad de la Red ofrece para respetar la complejidad y los matices de una historia.

Consecuentes con esos valores que afectan al contenido deben ser, de igual modo, las vías de su financiación, donde Dowling (2016) resalta los intentos de plataformas editoriales como De Correspondent,Delayed Gratification,Narratively . The Big Rountable por buscar fuentes alternativas a las de la publicidad.

Hay trabajos concretos de periodismo narrativo o reposado que ejemplifican el fenómeno. Ahí se localizan piezas de investigación, tales como: los juegos olímpicos de invierno en Rusia, The Sochi Project, Snowfall, producido por The New York Times en 2012 (www.nytimes.com/projects/2012/snow-fall), webs referenciales como Delayed Gratification (www.slow-journalism.com), la web de Tow Center dedicada a este tipo de periodismo (longform.towcenter.org), The New Yorker (www.newyorker.com) o la interesante web Narratively/Human stories (www.narrative.ly), son algunos de ellos.

El slow journalism actual aplica nuevas formas narrativas que las tecnologías actuales permiten. Y lo hacen, precisamente, como contestación a las prisas impuestas por internet. Su apuesta toma partido, por tanto, en el viejo debate sobre la calidad de la información, inconcluso por cuanto “no existe un acuerdo en lo que significa calidad periodística” (Gutiérrez Coba, 2006, p. 32). De hecho, son muchas las autoras y autores que la estudian: Pellegrini y Múgica (2006), Gripsrud y Weibull (2010), Pablos Coello y Mateos Martín (2004), Bogart (2004), Picard (2004), Deuze (2005), Amado (2007), Gómez Mompart (2009), Beck et al. (2010), Contreras Medina y Gil González (2016), entre otros. En el campo de la investigación aplicada, son de especial interés las contribuciones de Lewis et al. (2007), González Gorosarri (2011), Pujadas (2011), O’Donnell y McKnight (2012), Costera (2013), Esser y Umbricht (2013), Gómez Mompart et al. (2013, 2015) y Ramírez de la Piscina et al. (2015).

Investigaciones recientes sobre el periodismo reposado o slow journalism en español son las de José Miguel Rodríguez Rodríguez y José María Albalad (2012, 2014), que apuntan a sus posibilidades de rentabilidad económica de cara a la sostenibilidad de los medios que lo aplican (2012). También los periodistas Pau Llop (2014), Pascual Serrano (2013) o Gumersindo Lafuente (2014) son optimistas, al igual que Benaissa (2017), para quien el periodismo lento ha demostrado que puede encontrar su sitio en un ciberespacio mediatizado por la velocidad. En el ámbito latinoamericano, Rodríguez Rodríguez y Albalad (2012) y Rodríguez Marcos (2012) destacan el resurgimiento del Periodismo Narrativo Latinoamericano. Lago y Callegaro (2012) y Bonano (2014) hablan de “nuevas tendencias” en expansión en la región, donde para Sierra Caballero y López Hidalgo, se da “otro periodismo, más reposado y más comprometido”, cuya apuesta narrativa “brilla por su calidad estilística y por su compromiso personal” (2016, p. 932).

Numerosos autores consideran que la solución a la doble crisis que vive el periodismo, (la que afecta al oficio y al modelo de negocio) pasa por apostar abiertamente por la calidad (Bogart, 2004; Meyer, 2010; Picard, 2000; Scheuer, 2012) y son cada vez más quienes ven ese camino en el slow journalism (Berkey-Gerard, 2009; Eriksen, 2001; Gitlin, 2007; Greenberg, 2007; Quittner, 1995; Rauch, 2011; Rosenberg y Feldman, 2008). En EE.UU. publicaciones de gran prestigio han hecho ya una apuesta decidida por esta vía (New Yorker, The New York Times, Esquire o Rolling Stone). Otro tanto ocurre con las británicas Aeon . Delayed Gratification o la francesa Revue.

Método para una revisión sistemática sobre el periodismo reposado

Una revisión sistemática supone una recuperación de la mayor evidencia posible sobre un tema específico. Al mismo tiempo, en este caso implica ubicar las reflexiones sobre el tema desde la perspectiva académica y el ejercicio práctico del periodismo. El objetivo de esta revisión sistemática es realizar una puesta al día sobre los conceptos básicos del desarrollo del slowjournalism y sus diversas nominaciones, tales como: periodismo narrativo, periodismo de profundidad, periodismo lento/reposado, slow communication. El planteamiento parte de la necesidad de encontrar un cierto consenso en el término sobre periodismo reposado/lento utilizado entre académicos, académicas y profesionales de distintos países.

Se ha realizado una exploración amplia en las bases de datos de referencia: Scopus, Web of Science, Mendeley, así como Google académico en el área de las ciencias sociales y el periodismo. De igual manera, se han revisado las comunicaciones y ponencias de las asociaciones internacionales de investigación de la comunicación, tales como ICA (International Communication Association), IAMCR (International Association for Media and Communication Research), ECREA (European Communication Research and Education Association), ALAIC (Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación), CONFIBERCOM (Confederación Iberoamericana de Asociaciones Científicas y Académicas de la Comunicación) y AE-IC (Asociación Española de Investigación de la Comunicación), que cuentan con el mayor número de investigadores asociados y son referentes a nivel internacional.

La muestra del análisis global ha dado como resultado 76 fichas de trabajo que han permitido establecer algunas aproximaciones al concepto y práctica del slow journalism. Se ha centrado en los trabajos publicados durante la última década, es decir de 2010 a 2019, aunque en el marco teórico y en las fuentes documentales consultadas para la realización de los antecedentes de esta investigación se cuenta con referencias desde 1999. Las palabras clave introducidas en las bases de datos y en los motores de búsqueda fueron: periodismo lento/reposado, periodismo de profundidad, periodismo narrativo, slow journalism, slow communication, literary journalism y longform journalism.

Agotada la exploración a partir del punto de saturación que supuso la repetición de autores y referencias, desde el ámbito académico, se abrió la búsqueda a trabajos desde el ejercicio profesional del periodismo, con el objetivo de abarcar el concepto desde diversos ángulos. Se diseñaron las fichas que contenían distintos indicadores: por ejercicio o práctica profesional, lugar de trabajo, procedencia geográfica, año de publicación y género. A partir de ahí, se realiza el análisis y se observa que, en buena medida, las publicaciones sobre el tema están ubicadas en la literatura, lo que hace suponer que el slow journalism se asocia al ejercicio narrativo desde la literatura.

Tabla 1.
Tabla de Sistematización
Tabla de Sistematización


Fuente: elaboración propia

Sistematización y análisis

En general, se ha encontrado más trabajo desarrollado desde la academia que desde la profesión periodística y la mayoría han sido publicaciones dedicadas al periodismo narrativo. Entre los resultados relacionados con el género y tipo de experto/a, se han encontrado más “hombres académicos” que el resto de las categorías “mujeres” y “profesionales” (figura 1). Destacan, sin embargo, dos mujeres especialmente notables en el estudio y construcción del campo: Susan Greenberg y Megan Le Masurier.

Además de estas dos autoras, que han dedicado un mayor número de trabajos al tema, el resto de los autores ha trabajado solo periféricamente la cuestión, es decir, al profundizar en aspectos como el tratamiento periodístico en conflictos de guerra o la relevancia del tratamiento narrativo de la nota periodística. A partir de esta producción, no se han encontrado claras tendencias del análisis del periodismo narrativo (como corrientes o escuelas), al ser un concepto complejo en el ámbito profesional y académico.

Figura 1.

Figura 1.

Sexo y tipo de experto según los conceptos empleados



Fuente: elaboración propia

El vocablo del que más referencias se han encontrado ha sido el de slow journalism, pero no es el único. La variedad de términos y enfoques al respecto es diversa. Se puede entender que el interés por distintas características del periodismo reposado es transversal y tiene que ver con las condiciones contextuales más amplias, como las condiciones del ejercicio periodístico a nivel global. Debido a su dispersión y diversidad, se observa que existe una preocupación por las transformaciónes que el entorno convergente y complejo impone sobre la práctica periodística. Hay tensiones que se revelan en la producción, distribución y consumo de noticias que se advierten en la observación de posibilidades de desempeño, sostenimiento, acceso e incluso redacción.

En este sentido, la figura 2 muestra cierto acuerdo entre los dos tipos de expertos. Los y las profesionales se concentran en periodismo narrativo, slow communication y slow journalism. Los académicos y las académicas emplean el abanico más amplio de posibilidades conceptuales para poner en valor alguna característica. Por ejemplo, literary journalism y periodismo narrativo enfatizan la característica literaria en la manera de narrar el periodismo. El término longform permite hacer hincapié en la profundidad de los temas y los requisitos de indagación que presenta en relación a los antecedentes y consecuencias, es decir, sitúa en contexto los contenidos frente a aquellas informaciones breves y rápidas que llenan las redes sociales, aunque sean noticias en tiempo real.

El estudio de esta producción periodística que se ha analizado, destaca por la multiplicidad de conceptualizaciones y enfatiza la complejidad de interconexiones con distintos aspectos de su contexto.

No obstante, la fuente de origen del análisis sobre este ejercicio profesional del periodismo se mantiene en los trabajos originarios de Megan Le Masurier y Susan Greenberg. La gran mayoría de trabajos académicos posteriores hacen referencia a este estilo y formato periodístico. Lo relevante por parte de los profesionales es que hacen reflexiones sobre este formato, a partir de su propia práctica, denominándolo de diversos modos.

Concepto empleado por tipo de experto
Figura 2.
Concepto empleado por tipo de experto


Fuente: elaboración propia

De los datos obtenidos en la muestra de expertos, sobre los estudios de periodismo reposado se da una fuerte concentración en Argentina, Colombia, España, Estados Unidos, México, Portugal y Reino Unido (figura 3). De entre estos, México y Portugal son los países donde no se han encontrado profesionales que reflexionen sobre esta práctica, aunque hay varios que lo ejercen.

Se ha encontrado poca producción científica distanciada en el tiempo. No parece que haya escuelas específicas de periodismo que trabajen con este estilo profesional, aunque sí hay acercamientos de diversos autores sobre la forma en la que el periodismo de investigación se relaciona con otros temas, como el periodismo rápido, el trabajo del periodista o el elemento literario de la redacción, por mencionar algunos.

Expertos según el país de publicación
Figura 3.
Expertos según el país de publicación


Fuente: elaboración propia

De la figura 3 es posible observar la variedad de países desde los que se ha realizado algún estudio o se han realizado referencias sobre slow journalism. Si bien hay resultados esperados, como la alta presencia de España, Reino Unido, Estados Unidos y Colombia, por sus indicadores de publicaciones en una amplia variedad de temas, también hay resultados sorpresivos como el notable aporte de Sudáfrica.

El fenómeno global de la comunicación se refleja también en la necesidad de contar historias desde diferentes perspectivas y ángulos diversos. El slow journalism, de alguna manera, ofrece esa posibilidad; de esta manera, se puede explicar que, en los últimos años, en algunos países se esté ejerciendo el periodismo lento como una manera de profundizar en los grandes temas de interés general.

Los productos analizados se publicaron entre 1999 y 2018. En la figura 4 es posible observar que el interés en el tema se ha incrementado, prácticamente, de manera constante. Esto demuestra un aumento en la práctica periodística y, al menos en hipótesis, plantea también una recuperación en sentido inverso a la corriente actual de inmediatez informativa de los géneros de largo formato. Se considera que el interés se encuentra vinculado con múltiples temas y desde, al menos, dos ópticas: desde el ejercicio del periodismo y desde su análisis.

Publicaciones entre 1999 y 2018
Figura 4.
Publicaciones entre 1999 y 2018


Fuente: elaboración propia

La tendencia de incremento en el interés refuerza la hipótesis relacionada con el periodismo reposado como una opción en la búsqueda de calidad frente a la búsqueda de inmediatez, tanto en recursos como en contenidos.

Al desglosarlo, según el empleo de cada uno de los términos, es posible observar cómo la recurrencia del concepto de slow journalism ha ido aumentando a lo largo de los años. Es interesante el salto entre 1999 y 2003 y de 2003 a 2011, ya que en ese lapso de tiempo no se han encontrado referencias a este formato de ejercicio periodístico. Progresivamente, en la última década se ha posicionado entre expertos profesionales y académicos como una práctica periodística emergente, de manera particular desde 2014.

Al mismo tiempo, se observa que en trabajos elaborados en castellano destaca el término de periodismo narrativo al hacer referencia a trabajos desarrollados en este formato. No obstante, se agrupa con diferentes referencias al mismo género, esto es, se prefiere enfatizar el carácter de narración que se emplea en su ejecución. En inglés, el énfasis se hace en el tiempo que se dedica al trabajo, en contrapunto con la generación expedita de información.

Esto es relevante para el análisis, pues muestra la dispersión y lo novedoso de este tipo de trabajos para definir su concepto y estilo periodístico.

Progresión de los términos desde 1999
Figura 5.
Progresión de los términos desde 1999


Fuente: elaboración propia

La perspectiva de los profesionales de la información con relación al concepto de periodismo reposado/lento (slow journalism)

Los profesionales del periodismo centran el debate en torno a la terminología para definir el fenómeno a favor de tan solo dos denominaciones: las inglesas slow journalism y long form journalism.Llama la atención que no solo sea utilizado por las tres fuentes procedentes de países anglosajones incluidas en el estudio. También, entre los de lengua española se decantan mayoritariamente por slow journalism, quizá, por la mayor diversidad de términos que se utilizan en español: periodismo reposado, lento o narrativo. Es precisamente este último el que usan quienes prefieren acudir al castellano en lugar del inglés con su slow. Lo utilizan cinco de las dieciocho fuentes recogidas en el estudio. En concreto, lo hacen tres de las cuatro colombianas y el argentino Cristian Alarcón, responsable de Anfibia. Se decantan por slow journalism, por tanto, uno de los periodistas colombianos incluidos en el estudio (Juanita León, de La Silla Vacía), así como los cinco españoles y el portugués Felipe Caetano, coordinador de Pushby IOL, proyecto slow del grupo audiovisual portugués Media Capital, junto a periodistas de los proyectos online tvi24.pt, Agência Financeira y Maisfutebol.

Casi como una paradoja se abre entre los profesionales, que trabajan o han trabajado en redacciones, la concepción del periodismo narrativo como una apuesta y un reto creativo, al menos en lo relacionado con la puesta en valor de características del oficio que consideran invariables. Así, el portugués Felipe Caetano equipara la necesidad del slow journalism con la del slow food. Lo identifica con “regresar a los orígenes, a sus fundamentos, y presentar contenidos muy bien trabajados, con tiempo, con ponderación, reflexión y análisis. Textos que nos queden en la memoria, que nos cautiven y que incluso nos apetezca guardar” (Caetano, 2013).

Desde el Reino Unido, Marcus Webb y Rob Ochard reivindican una forma de hacer las cosas: “Al igual que otros movimientos lentos, nos tomamos el tiempo para hacer las cosas correctamente. En lugar de intentar desesperadamente derrotar a Twitter, volvemos a los valores que todos queremos del periodismo: contexto, análisis y opinión de expertos”. Son los responsables de un proyecto que precisamente toma el nombre The Slow Journalism Company, una pequeña editorial especializada. Son conscientes de que nadan contra corriente: “Mientras todos los demás están despidiendo periodistas, recortando presupuestos editoriales y usando historias electrónicas genéricas para llenar los vacíos, estamos yendo para otro lado en la búsqueda y publicación de historias increíbles”.

Es precisamente en cómo se cuenta esa historia donde los periodistas ponen el foco. Miguel Mora, responsable de CTXT, habla precisamente de la necesidad de aportar ese contexto que da nombre a su proyecto como una de las claves para el periodismo narrativo. Otros, como Cristian Alarcón, de Anfibia, Agus Morales, de 5W, o Felipe Restrepo, de Gatopardo, centran su mirada en el género. Los tres mencionan, en este sentido, su particular interés por la crónica. El análisis aparece en los postulados mencionados por Caetano y Juanjo Moreno, director de Yorokubu, quizá entendido tanto como género periodístico como actitud: “[Yorokubu] es un espacio para el análisis, la reflexión, la creatividad o el placer de adentrarte en cientos de proyectos inspiradores aderezados con un componente gráfico muy cuidado” (comunicación personal, 2018).

También hay quien pone el acento en la temática como elemento diferenciador de su proyecto y, por lo tanto, del periodismo narrativo. Es el caso de Elena Cabrera, directora del área de Periodismo de la Fundación por Causa: “Conseguimos que la información veraz sobre las personas más vulnerables llegue a la opinión pública” (Rengel, 2018). También El Huffington Post pone énfasis en lo que otros silencian: “We’ve got a new name, look and mission: to tell the stories of people who have been left out of the conversation” (Huffington Post, s. f.). La alusión a “historias de personas” apela a un periodismo con rostro que, desde Panenka, Aitor Laguna lleva al extremo a la hora de definirla como una revista de fútbol que cuenta “historias de seres humanos que ganan y pierden. Sobre todo, que pierden” (comunicación personal, julio de 2018). Abordar las historias de una manera profunda no está reñido con el humor, tal y como sostiene Gema González desde Jotdown, para “poder decir lo que pensamos, no lo que nos dicen que pensemos” (comunicación personal, 15 de merzo de 2018). Desde temáticas y mediante estrategias diferentes, lo que subyace del esfuerzo de estos periodistas y los proyectos que lideran es el buen periodismo, que Juanita León, directora de La Silla Vacía, resume como “aquel que está en el lugar donde suceden las cosas y que las puede contar porque estuvo allí o porque habló con los protagonistas” (comunicación personal, 23 de julio de 2018).

Otros resultados con relación al Slow journalism

En el proyecto realizado entre 2017 y 2020 sobre slow journalism se han tenido en cuenta otras técnicas de investigación, tales como: diez estudios de caso, entrevistas en profundidad a profesionales de estos medios digitales, un estudio Delphi y 2.000 encuestas realizadas a lectores de prensa digital en Argentina, Colombia, España y México. Los medios analizados han sido: Jot Down, Yorokobu, La silla vacía, Ctxt, Panenka, Letras libres, 5W, Gatopardo, Anfibia y Arcadia.

Tabla 2.
Webs de periodismo narrativo en español
Webs de periodismo narrativo en español


Fuente: elaboración propia

Entre los resultados más destacados se observa que el periodismo digital de calidad va en aumento por su papel innovador en la forma de contar las historias y por el tratamiento riguroso en los contenidos. Los géneros más cultivados son la entrevista y el reportaje, seguido por la crónica y muy alejados de la máxima actualidad y las cinco W. Mantienen un estilo cuidado y manifiestan un compromiso por la precisión y la creatividad. La mayor parte de los consumidores de prensa narrativa buscan informarse sobre política (56 %), cultura (55 %) y ciencia y tecnología (50 %).

En la línea estratégica de estos medios está también el planteamiento de ayudar a desarrollar un pensamiento crítico y hablar de otros aspectos de la vida que no están en los medios generalistas y que no están en la agenda informativa.

Estos medios han nacido, fundamentalmente, para hacer frente a la crisis en el periodismo creando empresas y comunidades periodísticas sostenibles en la red, ya que adolecen de un modelo de negocio claro y viable. Se caracterizan porque sus redacciones no son muy numerosas, pero trabajan con una red muy extensa de colaboradores, generalmente de profesionales especializados. Precisamente, en relación con su sostenibilidad, los expertos consultados en el Delphi recomiendan que el medio mantenga una coherencia a la hora de buscar fuentes de financiación y garanticen la independencia, transparencia y legitimidad del trabajo periodístico. Sitúan el modelo ideal de los medios slowen la no necesidad de fondos externos al propio medio.

Las expertos consultados se muestran optimistas sobre el futuro del periodismo narrativo, por cuanto que ven un espacio creciente para diferenciarse de los medios que se centran en la inmediatez. También consideran que el periodismo narrativo promueve la calidad, aporta reflexividad y tiene la capacidad de educar a los lectores.

Entre los consumidores de prensa digital, el 36 % de los encuestados declara haber leído alguna vez prensa narrativa. Este tipo de información está principalmente valorado porque ofrece opiniones críticas (61 %), una actitud reflexiva (52 %) y capacidad de análisis (52 %). Por otro lado, el 15 % de las personas que consumen periodismo narrativo está suscrito a un medio de este estilo.

Discusión y conclusiones

Según el estudio realizado entre académicos/as y profesionales de la información, puede concluirse que el término más utilizado en el ámbito de la investigación científica y en el mundo del periodismo ha sido slow journalism, en primer lugar, y periodismo narrativo, en segundo. No hay diferenciación por sexos y, entre países, la tendencia anglosajona se destaca por la utilización de slow journalism, aunque los países de habla hispana también utilizan ambos vocablos, pero, mayoritariamente se decantan por periodismo narrativo. Lo que sí es evidente, entre profesionales y académicos/as, es que comparten la misma idea conceptual para definir el slow journalism o periodismo narrativo.

En relación con este concepto, podría señalarse una serie de características de este estilo de periodismo emergente, que fluye en una corriente global junto con el periodismo de inmersión, el periodismo de investigación y el periodismo literario: se trata de un periodismo creativo que se consume prioritariamente de forma online, que cultiva distintos géneros (principalmente los grandes géneros como la entrevista y el reportaje) y que presenta una hibridación de formatos. Es un periodismo riguroso y contrastado, con estilo cuidado y de largo formato, dirigido a un público especializado que realiza una lectura pausada. Su compromiso se centra en contar historias creativas con mayor precisión y de forma original para “enganchar” a la audiencia. Puede asegurarse que se trata de un periodismo de profundidad con una narrativa en la que utiliza distintas técnicas y diversos recursos para fidelizar a una audiencia ávida en consumir contenidos creativos.

Este tipo de periodismo se aleja del modelo hegemónico convencional y apuesta decididamente por la calidad y la profundidad de sus contenidos, demostrando en la práctica que la crónica, el análisis, el reportaje amplio, la entrevista de contexto, el ensayo y, en general, los textos de largo formato, tienen su hueco en el mercado digital y, al mismo tiempo, entre los medios impresos, porque varias marcas slow se complementan con sus versiones en soporte papel. Son medios que apuestan en sus historias e informaciones por el contexto, el análisis y la opinión de personas expertas.

Es un periodismo que huye de la uniformidad que ofrecen los grandes medios y sus profesionales reivindican otra forma de entender el periodismo de calidad, alejados de los estereotipos comunicativos y con un objetivo común: formar y empoderar a la audiencia para ser más crítica con el mundo actual, un mundo conectado, ubicuo y social; conceptos que son clave para que los medios no se queden obsoletos. En este contexto de transformación se enmarca esta corriente periodística.

El periodista portugués Felipe Caetano equipara la necesidad del slow journalism con la del slow food. Lo identifica con “regresar a los orígenes, a sus fundamentos, y presentar contenidos muy bien trabajados, con tiempo, con ponderación, reflexión y análisis. Textos que nos queden en la memoria, que nos cautiven y que incluso nos apetezca guardar” (Caetano, 2013).

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Notas

* Artículo de investigación. Este artículo es fruto de una investigación financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad de España (MINECO) que comenzó el 30 de diciembre de 2016 y que estará en vigor hasta el 30 de octubre de 2020. Referencia: CSO2016-76020-R (AEI/FEDER,UE).

Notas de autor

a Autor de correspondencia. Correo electrónico: corral@uaq.mx

Información adicional

Cómo citar este artículo: Corral, G. A., Peñafiel, C., y Gurrutxaga, G. (2022). Apuntes para una revisión sistemática sobre el concepto Slow journalism. Estudio internacional 2017-2020 en Argentina, Colombia, España y México. Signo y Pensamiento, 41. https://doi.org/10.11144/Javeriana.syp41.arsc

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