Es esta una obra colectiva surgida del amalgamiento de varias disciplinas: el poder del lenguaje, la justicia como defensa de las colectividades estructuradas y la comunicación como una forma de desarrollo crítico de la comunidad. Esta compilación de diversos conocimientos produce un libro donde el eje central se concentra en una revisión de la categoría de género y sus identidades, lo cual permite afrontar la construcción de nuevas realidades sociales y comprender los escenarios más actuales, observado todo ello a través de la comunicación, tanto interpersonal como a través de los medios.
Tal como indica el editor, está es una obra que contribuye al debate académico actual “en los ámbitos de la filosofía, ética, educación, comunicación, derecho, feminismos y género desde la perspectiva de la filología”.
En este volumen monográfico, participan un buen número de académicos. Surge tras un minucioso proceso de revisión y verificación de contenidos y genera, como resultado, una treintena de planteamientos convergentes, originados en la reflexión y análisis de una cuarentena de autores enfrascados en el desarrollo de un lenguaje más igualitario y en la denuncia de estereotipos del pasado basados en civilizaciones androcéntricas.
Cada autor(a) contribuye a aportar, con el contenido de su capítulo, una visión diferente de una realidad compleja. Y, en conjunto, la obra consigue generar una visión cosmogónica de la utilización de las palabras de una forma inclusiva, con la visión de género muy presente en muchas de las aportaciones.
Muchas son las dimensiones tratadas en esta obra por los diferentes autores que, por su extensión, no cabe citarlos de manera individualizada. Van desde la importancia del uso del lenguaje no sexista en la comunicación para ayudar a la igualdad de género en sociedades más avanzadas, hasta la inexistencia de la mirada femenina en algunos casos de sociedades más atrasadas, con muchas propuesta y reflexiones que enfocan el problema desde ópticas muy amplias.
Cabe citar entre ellas: la visión del feminismo desde la óptica de Thomas More (su nombre castellanizado es el santo y mártir Tomás Moro) en pleno siglo
Muchos capítulos son presentados en formato de
El libro ayuda, sin duda, a profundizar en un proceso de aprendizaje que debe desarrollarse en diversos niveles culturales, sociales y territoriales. A diferentes velocidades en función de las coyunturas, pero en el fondo se trata de impregnar en las generaciones más jóvenes otro tipo de mirada. Y es que la perspectiva de género también es la mirada. Una forma de mirar la sociedad que excluye a las mujeres y en demasiadas ocasiones las trivializa. Es un tema de cómo se enfoca la mirada y no tanto de si se es hombre o mujer.
Este movimiento social de igualdad, de lucha contra las discriminaciones por razón de sexo, se puede observar en algunos medios de comunicación con la creación de una nueva figura en la redacción: los periodistas corresponsales de género. No sabemos si será una moda o perdurará en el tiempo, pero es un avance en pos de una comunicación más integrada.
Hay que tomar conciencia de la realidad existente cien años atrás (¿conocemos cómo era aquella sociedad?) y establecer el andamiaje para construir una nueva realidad en la sociedad de 2120, diferente de la de 1920 y de la actual (
Artículo de reseña