El artículo pretende ser una reflexión crftica a partir del análisis interno de la estructura de la Encíclica y de lo que el título mismo y su desarrollo temático dejan entrever; la Encíclica deja ver su preocupación por responder a la problemática humana, y sobre todo, la necesidad de hacer claridad a los creyentes, sobre aspectos que pueden desviar la fe, sin embargo, también deja ver una cierta nostalgia de un pasado no muy remoto en el que la Iglesia tenía un papel protagónico de primer orden; la pérdida de este espacio exige de la Iglesia aceptación de lo que la autonomía de la cultura ha significado para el bien de las culturas, pero también supone un reto, el de tomar conciencia acerca de cuál es su responsabilidad histórica específica,' ahora se trata no sólo de argumentos dogmáticos, sino también de argumentos de razón, pero es evidente que también en este plano la Iglesia ha ido dejando de ser un interlocutor altamente calificado o cualificado, razón por la cual, la Encíclica no deja de tener su carácter apologético, al tiempo que evidencia su sensación de angustia por la pérdida del escenario que ya no puede recuperar.