Perspectiva hermenéutica y vigencia de los modelos narrativos para la investigación en ciencias sociales*

Hermeneutic perspective and validity of narrative models for research in the social sciences

Perspectiva hermenêutica e validade dos modelos narrativos para pesquisa em ciências sociais

Universitas Humanística, núm. 89, 2020

Pontificia Universidad Javeriana

Bibiana Patricia Rojas Arango a

Universidad de Manizales, Colombia


Adriana Arroyo Ortega

Universidad de Manizales, Colombia


Recibido: 23 Agosto 2018

Aceptado: 25 Abril 2019

Publicado: 30 Junio 2020

Resumen: Este artículo teórico tiene como eje la reflexión epistemológica alrededor de la hermenéutica, y las apuestas narrativas en la investigación social como formas de aproximación al mundo y la comprensión de los otros con los que se coexiste en él. Para esto se hace una breve introducción y se desarrollan los fundamentos básicos de la comprensión hermenéutica, explicitando aportes epistemológicos y metodológicos, además de exponer algunas diferenciaciones de la narrativa como enfoque y método. Para ello realizamos un breve recorrido histórico tomando en cuenta la hermenéutica como vía epistemológica en las ciencias sociales; después, presentamos la narrativa como apuesta metodológica y la relevancia del método narrativo en la investigación cualitativa. El presente texto busca resaltar la vigencia que tiene la investigación narrativa como posibilidad y ruta metodológica no solo en el campo de las ciencias sociales, sino también de la educación, como apuesta colectiva y subjetiva en los diferentes contextos sociales y grupales.

Palabras clave:hermenéutica, comprensión, interpretación, narrativa.

Abstract: This theoretical article focuses on the epistemological reflection around hermeneutics, and narrative stakes in social research as ways of approaching the world and understanding the others with whom it coexists in it. For this, a brief introduction is made and the basic foundations of hermeneutic understanding are developed, making explicit epistemological and methodological contributions, in addition to exposing some differentiations of the narrative as approach and method. To do this, we made a brief historical tour taking into account hermeneutics as an epistemological path in the social sciences; then, we presented narrative as a methodological bet and the relevance of the narrative method in qualitative research. The present text seeks to highlight the relevance of narrative research as a possibility and methodological route not only in the field of social sciences, but also in education, as a collective and subjective commitment in different social and group contexts.

Keywords: hermeneutics, understanding, interpretation, narrative.

Resumo: Este artigo teórico tem como eixo a reflexão epistemológica em torno da hermenêutica e as apostas narrativas na pesquisa social como formas de aproximação do mundo e da compreensão dos outros com que coexiste nele. Para isso, é feita breve introdução e são desenvolvidos os fundamentos básicos da compreensão hermenêutica, explicitando contribuições epistemológicas e metodológicas, além de expor algumas diferenciações da narrativa como enfoque e método. Para isso realizamos breve percurso histórico levando em consideração a hermenêutica como via epistemológica nas ciências sociais; depois, apresentamos a narrativa como aposta metodológica e a relevância do método narrativo na pesquisa qualitativa. O presente texto visa ressaltar a validade da pesquisa narrativa como possibilidade e percurso metodológico não apenas no campo das ciências sociais, senão também da educação, como aposta coletiva e subjetiva nos diferentes contextos sociais e grupais.

Palavras-chave: hermenêutica, compreensão, interpretação, narrativa.

Introducción

Este artículo emerge de un proyecto de investigación doctoral y ha llevado a que nos preguntemos como elemento clave de este: ¿cómo nos narramos cotidianamente a nosotros mismos y a otros historias?, ¿cómo nos acercamos o no interpretativamente a los otros y qué significa situar la comprensión de sí, de otros y del mundo?, ¿cómo el despliegue narrativo que cotidianamente utilizamos se explicita en los distintos registros y metodologías que desde la investigación social se tienen como recursos para las distintas indagaciones? En todo caso, aunque estas preguntas no necesariamente estén resueltas en el texto, han orientado la reflexión desde el reconocimiento tanto de la provisionalidad de las respuestas, como de la potencia que tienen las apuestas epistemológicas directamente enraizadas en la comprensión y las metodologías narrativas.

Las distintas fuentes autobiográficas y narrativas, y el ejercicio de la hermenéutica se estructuran como elementos sumamente valiosos epistemológica y metodológicamente para la investigación social, ya que se centran en reconocer los marcos interpretativos entramados en las experiencias vitales que los sujetos narran y las formas plurales de construir conocimientos desde los relatos de las personas que están en los territorios, sus relaciones y posibilidades.

La variedad metodológica que las narrativas ofrecen se encuentra en directa consonancia con el reconocimiento de la diversidad —geográfica, conceptual, histórica—, pero sobre todo de perspectivas y abordajes que tienen los sujetos en el contexto cotidiano. Por tanto, son fundamentales las discusiones, los intercambios y las conversaciones entre diferentes académicos y colectivos sociales en aras de la circulación de ideas y experiencias en torno a sus procesos investigativos. Esto permite avanzar en el mapa variopinto de las alternativas metodológicas que tienen claves narrativas, fortaleciendo un campo sumamente fértil con las contribuciones que de ahí se generen.

La investigación narrativa se ha venido configurando como una alternativa metodológica de gran valía en el terreno de las ciencias sociales y de la educación, lo que invita precisamente a considerarla desde el potencial que ofrece a los científicos sociales, pero también desde la importancia que tiene la narrativa misma para la construcción del tejido colectivo y subjetivo.

Así mismo, la hermenéutica sigue teniendo vigencia desde la búsqueda de la comprensión como camino no solo de construcción del conocimiento científico, sino también de acercamiento a los otros como posibilidad ética. Este artículo pretende generar una pequeña contribución a los debates mencionados, explicitando los aportes epistemológicos y metodológicos de ambas perspectivas. Para ello, se propone exponer de manera general algunos de los aspectos más significativos de lo narrativo como enfoque y método.

La investigación narrativa como enfoque puede considerarse una ciencia de la comprensión adscrita a la perspectiva cualitativa bajo los llamados modelos hermenéuticos en oposición a los modelos de las ciencias positivistas. Vale recordar que fue a finales del siglo XIX y principios del siglo XX que Dilthey (1859-1938) y Rickert (1863-1936) promulgaron nuevas formas para acceder al conocimiento de las ciencias del espíritu, totalmente diferentes a lo que ya se conocía como positivismo, y es a partir de ello que se gesta la hermenéutica como método comprensivo del conocimiento. Por tanto, desde la perspectiva hermenéutica es posible la comprensión de los sujetos y su relación con el mundo teniendo en cuenta nociones o categorías axiológicas y teleológicas que posibilitan el entendiemiento de hechos históricos y la relación con la realidad social de los sujetos y el mundo de la vida. Así, el lenguaje se constituye como campo socializador por excelencia que facilita la comprensión de las realidades sociales.

Según lo anterior, Denzin y Lincoln (2008, citados en Quintero, 2018) proponen cinco aspectos fundamentales de la investigación narrativa que han posibilitado diversos usos en los estudios narrativos:

En el caso de la narrativa como método, Quintero (2018) expone tres tipos de metodologías que han sido tenidas en cuenta en los estudios narrativos con sus correspondientes estrategias de interpretación y análisis:

Según lo anterior, toda trama narrativa está llena de acontecimientos que posibilitan la construcción de cierta forma de vivir, habitar e interpretar el mundo, y que se encuentra estrechamente relacionada con las formas de interacción de los sujetos, lo que sufren y hacen.

Hermenéutica: apuestas de una vía epistemológica en las ciencias sociales

Según el planteamiento de De la Maza (2005), la propuesta hermenéutica tuvo su origen en la interpretación de textos religiosos, jurídicos, históricos y literarios, pero fue Dilthey, ya para la mitad del siglo XIX inspirado en las apreciaciones de Friedrich Schleiermacher, filósofo y teólogo alemán (1768-1834), quien empezó a reflexionar sobre la comprensión como teoría independiente de la teología. Este autor desarrolla entonces la propuesta de una hermenéutica filosófica que pretendía brindar aportes al progreso de la ciencia, pues a la fecha solo se conocía la influencia de las ciencias del espíritu. Es a partir de ello que surge la propuesta o el fundamento gnoseológico hermenéutico, la llamada filosofía hermenéutica, pensamiento que además se basó en las discusiones con las corrientes filosóficas de la época, como el neokantismo y el vitalismo de Nietzsche, Bergson y Dilthey.

Por otro lado, y aunque la propuesta del presente texto es hermenéutica, se considera importante nombrar de manera general los hechos que posibilitaron el surgimiento y la reflexión epistemológica de las ciencias sociales. Para ello, se tiene presente que se estaba iniciando el desarrollo de la llamada filosofía fenomenológica, siendo Husserl (1859-1938) el precursor de esta y quien para aquella época pretendía superar la crisis existente de la ciencia positiva que había dominado el saber europeo durante gran parte del siglo XIX.

La fenomenología desde allí fue concebida como reflexión filosófica que aboga por la llamada objetividad a través de un “método”, permitiendo con ello que las cosas mismas se hagan presentes a través de lo fenomenológico, que analiza y reflexiona de forma crítica todo aquello que pasa por la experiencia de los sujetos. Es Gadamer en su obra Verdad y método I (1975) quien presenta al lenguaje como medio universal que hace posible la comprensión. Dicho autor, haciendo alusión a la objetividad y fuerza del carácter discursivo y lingüístico, argumenta que todo mal entendido o incomprensión primero tuvo que ser una comprensión. Por consiguiente, desde la propuesta gadameriana no es necesario acudir a tecnicismos y metodologías explícitas en forma de vademécum para acceder a la comprensión del mundo de la vida, solo el lenguaje es el medio que permite tal interpretación. La propuesta hermenéutica de Gadamer (1975) considera al lenguaje una realidad cargada de significado ontológico, ya que este aparece en el ser como verdad; sin embargo, desde la propuesta hermenéutica tiene cierta particularidad, ya que esta encuentra fundamento cuando el objeto de estudio y el sujeto que interpreta trascienden el carácter ontológico y se convierten en fenómenos temporales, históricos y culturales.

Teniendo en cuenta algunos de los postulados de Gadamer (1975) frente a la naturaleza hermenéutica, se observa que, cuando se hace referencia a la interpretación de un texto de manera hermenéutica, lo que se presenta no es más que el respaldo para presentar en la comprensión de la realidad la historia presente vivida o la experiencia encarnada de los sujetos. El propio texto permite un sentido de interpretación, frente al mismo sujeto que lo interpela y al mismo tiempo proyecta su propio horizonte por la naturaleza de su carácter dialógico. Gadamer explica que la comprensión debe entenderse como parte de un acontecer de sentido en el que se forma y se concluye el sentido de todo enunciado, y que la comprensión debe entenderse como algo que va más allá de una metodología específica. Desde allí, lo que el autor tal vez nos intenta mostrar es la pregunta por el ser humano, y la posibilidad de sentido y significado del mundo que lo rodea. La pretensión entonces para quien interpreta es tal vez la comprensión de sí mismo y lo otro (otredad), práctica que está mediada por el acto del habla entre ambos interlocutores.

Hablar de investigación cualitativa se equipara entonces con no perder de vista los modelos comprensivos, los cuales interpelan de manera constante por otras miradas y modelos para acceder al entendimiento del mundo de la vida. Una de estas posibilidades, como se ha presentado hasta ahora, es la experiencia hermenéutica bajo la influencia filosófica de Dilthey, Heidegger y Husserl. Esta es una apuesta desde una hermenéutica filosófica o arte del entendimiento, que parte de la premisa fundamental del carácter dialógico, cuya base fundamental es el lenguaje.

Mencionar las propuestas hermenéuticas quizás nos remonta a los orígenes de la interpretación de textos bíblicos, los cuales, como se expuso inicialmente, tenían estrecha relación con obras relacionadas con la literatura, lo religioso o lo legal; en especial, era la teología la que bebía directamente de esta propuesta. Fue Gadamer a partir de la influencia filosófica quien integró a la hermenéutica como desarrollo de la ciencia y del pensamiento como forma de lenguaje común. Según lo anterior, y bajo la influencia heideggeriana, Gadamer (1975) coincidía además en concebir el lenguaje como la “casa del ser”.

Es por ello que cuando se abordan métodos hermenéuticos se hace desde la necesidad o posibilidad de comprender al otro, al sujeto que se encuentra en el entramado o en las redes de relaciones, donde comparte no solo vivencias y experiencias, sino que también se identifica con otros al compartir experiencias similares, vivencias mediadas por el lenguaje presentes en el mundo de lo simbólico. El hecho de comprender desde dicho carácter se da entonces a partir de un círculo en el que la palabra, la comunicación y el diálogo se complementan posibilitando hilos-redes de relaciones y entendimiento, no solo de carácter individual, sino también colectivo, mediados por un discurso conversacional (Gadamer, 1975). Lo anterior deja entonces en evidencia la importancia del carácter dialógico del lenguaje como posibilidad de acercarse al mundo de los otros y estar en el entre-nos. Además, se resalta la riqueza que posee el lenguaje como medio tanto de socialización por excelencia, como de interpretación o posibilidad de develar vivencias, experiencias, dolores y sucesos no solo desde una perspectiva individual, sino también colectiva.

A diferencia del campo explicativo, el campo interpretativo permite que tanto el sujeto como los hechos externos a este sean susceptibles de ser interpretados. En este sentido, hablar de interpretación supone la articulación o activación de varias vías que orientan dicho proceso no solo desde un asunto textual, sino, por el contrario, desde expandir los límites de ese texto para interpretarlo. El proceso de análisis desde dicha perspectiva implica entonces la posibilidad de apertura, cuya pretensión es poder facilitar la interpretación-reinterpretación del texto.

La hermenéutica es pues un enfoque con una perspectiva dialéctica, es una actividad interpretativa que permite la comprensión del sentido del texto en sus diferentes contextos de actuación. Según Ricoeur (1984), interpretar una obra es descubrir el mundo al que esta hace mención, su estilo y su género. En la visión de Gadamer (1975), la hermenéutica no solo alude al procedimiento desde algunas ciencias o al acto como tal de interpretación, sino que este lo concibe como el ideal de un conocimiento exacto y objetivo, siendo la comprensión el carácter ontológico propio de la vida humana presente en todas las formas de relacionamiento del hombre con el mundo.

En Gadamer (1995) existe pues una fuerte intencionalidad filosófica dado que su interés no está centrado en presentar la interpretación como un conjunto de reglas, sino que, por el contrario, su apuesta va más allá; su interés es develar las estructuras que permiten la comprensión asociada o modos de ser en los que se concreta el fenómeno o acto interpretativo. En el hecho de comprender existe un acto de verdad que otorga sentido tanto a todo aquello que nos rodea, como también a la manera de presentar nuevas formas de acceder a la comprensión del mundo de la vida.

Acercarnos a la interpretación de los fenómenos sociales implica tener en cuenta otra vía que posibilite ampliar nuestro universo de comprensión, diferente a la de las propuestas que se venían desarrollando como forma de entender las ciencias humanas. En la perspectiva hermenéutica, se tienen en cuenta varios aspectos desde la postura de Herrera (2010), quien dice:

La conciencia de que el trabajo teórico tiene una estrecha relación con el ámbito de la interpretación, de que la racionalidad práctica juega un papel crucial en la comprensión de la vida social y el atisbo de que hay más co pertenencia que diferencia entre sujeto – objeto, por la reflexión que hoy hacen las ciencias sociales. (p. 103)

En síntesis, lo que plantea el autor es una propuesta que apela a la autocomprensión y la sitúa como lugar próximo a la filosofía hermenéutica. Así, se plantea que las ciencias sociales del siglo XXI tienen nuevas posibilidades para acceder a su comprensión, lugar que sobrepasa o va más allá de un horizonte positivista. Al adentrarnos en la vía de la hermenéutica o de la interpretación, se infiere que la comprensión del mundo de la vida está relacionada a través de las tradiciones presentes en la cultura, las formas de comprender el mundo, las maneras de ubicar los problemas y hasta el modo como significamos el mundo, lo cual es para las ciencias sociales una forma válida para la comprensión del mundo de la vida. A diferencia de las ciencias humanas o del espíritu como fueron nombradas por Dilthey (1980), las ciencias sociales no parten de la confirmación o negación de una hipótesis a través de un método específico, sino, por el contrario, permiten tener en cuenta diversos aspectos de la vida social para su reflexión.

Desde la tradición hermenéutica, en las ciencias sociales se accede al conocimiento a través de un hilo conductor, antecedido por la historia que ha venido cobrando validez a través del diálogo con otras formas posibles de ver e interpretar el mundo. En este sentido, la hermenéutica interpela en doble vía tanto al sujeto investigador, como a lo investigado, y es allí donde el primero debe interpretar y comprender el significado de aspectos relacionales que nos vienen dados a partir de pensamientos, palabras, gestos y formas de aparecer en el mundo, bien sea de carácter individual o colectivo.

Las narrativas como apuesta metodológica en la investigación en ciencias sociales

Contamos historias porque finalmente las vidas humanas

necesitan y merecen ser contadas.

Paul Ricoeur, Tiempo y narración

Siguiendo esta discusión en relación con la hermenéutica en las ciencias sociales, se tiene que para acceder al mundo del conocimiento, tanto de sí como de las realidades humanas, se nos presentan varias posibilidades. La primera son aquellos enfoques narrativos representados a través de la historia oral, los modelos autobiográficos, biográficos e historia de vida. En este sentido, hablar de narrativas implica además abrir nuestras posibilidades, y velar por la comprensión e interpretación presente en el relato oral o escrito. Esta posibilidad también despliega su universo interpretativo permitiendo la lectura de hechos relevantes en la historia particular de los sujetos.

Del mismo modo, pueden aparecer nuevas lógicas susceptibles de interpretación, dadas no solo a través del lenguaje y el texto, sino también de los actos performativos representados a partir de múltiples posibilidades, incluyendo otras formas de aparecer en el mundo de lo simbólico representado en lo cultural, como formas de vestir, bailes, ritmos representativos, entre otros.

En el caso de la investigación en ciencias sociales, el enfoque narrativo es considerado un método profundo y uno de los más penetrantes para acceder a la comprensión del mundo de la vida. Según Atkinson (2005, citado en Bolívar y Domingo, 2006, p. 2), “la narrativa es un género relevante para representar y hablar de la vida cotidiana y en contextos especializados”, el cual puede darse a través de la investigación narrativa o de las historias de vida que configuran un campo especifico de conocimiento o de investigación.

En las ciencias sociales la investigación narrativa se reconoce como un lugar de encuentro y diálogo con otras disciplinas de las ciencias sociales. Las narrativas podrían entenderse entonces como un posible eje transversal que comparte conocimiento y formas de acercarse a las realidades sociales del sujeto de estudio de la historia (oral y de vida), la antropología (narrativa), la psicología (ciclos de vida, psicología moral, psicología narrativa y la filosofía hermenéutica), la lingüística, la semiótica y el análisis del discurso (Bolívar y Domingo, 2006).

Los cambios sociales, políticos y económicos por los que ha atravesado nuestro contexto obligan a abordar propuestas metodológicas encaminadas hacia la comprensión del mundo de la vida por medio de la indagación del propio yo; para ello acude y toman vigencia las narrativas propias del sujeto. Esto hace que dichas perspectivas (narrativas y los modelos biográficos) presenten un enorme potencial para representar la experiencia en la vida social. Como afirma Aceves (1994, citado en Bolívar y Domingo, 2006):

La investigación biográfica–narrativo emerge como potente herramienta especialmente pertinente para entrar en el mundo de la identidad de los significados y del saber práctico y al de las clases cotidianas presentes en los procesos de interacción, identificación, reconstrucción personal y cultural. (p. 1)

La investigación narrativa como apuesta posibilita el uso de estrategias y técnicas que encuentren el sentido de lo humano desde experiencias que pasan por el cuerpo a través de lo lúdico y experiencial, o para comprender sus narrativas en varias direcciones a través del arte, el dibujo, el discurso oral y escrito, el performance, entre otros. En síntesis, se crea una nueva mirada bajo esta perspectiva.

Las narrativas como método de la investigación comprensiva han venido tomando fuerza y legitimando procesos en la investigación en ciencias sociales. Ospina y Botero (2006, p. 8) la definen como un tejido enunciativo fluido y constante que da cuenta de acontecimientos significativos para el narrador y que se encadena temporo-espacialmente según la significatividad. En este sentido, la narración se da bajo la premisa de libertad del narrador para seleccionar aquello de lo que habla y lo que dice sobre ello.

Desde el punto de vista de las narrativas como perspectiva metodológica, vale la pena resaltar el papel de la biografía, pues el carácter indisociable entre el yo y el nosotros posibilita la fuerza con que esta aparece en el espacio de lo público. A partir de allí es posible acceder a “nuevas narrativas, identificaciones, identidades – políticas, étnicas, culturales, religiosas, de género, sexuales, etc.” (Arfuch, 2013, p. 80), en síntesis, a nuevos modelos o estilos de vida posibles, los cuales visibilizan las tensiones y los conflictos presentes en el diario acontecer.

Según Arfuch (2002), en el caso de estas narrativas la diversidad de géneros, registros y soportes representa un asunto de vital importancia, pues es a través de la pluralidad de los relatos que se amplía el conocimiento de los otros y por ende, del sí mismo. Esto permite la comprensión de lazos articuladores de carácter social y del sentido de comunidad, y es precisamente en ese sentido del nosotros que se amplía la potencialidad del yo, lo cual posibilita la comprensión de cómo actúan, piensan y sienten los sujetos, ya que el carácter del yo no se construye en solitario, sino que, por el contrario, es la posibilidad de interlocución con los otros.

A través del espacio biográfico podemos acceder a los recuerdos de nuestra infancia, a una sucesión de aconteceres, tiempo vivido, tiempo experiencia, tiempo que cobra vigencia a través del relato más allá de ser algo que da cuenta de una temporalidad y un espacio, sino que, más bien, permite mostrar formas de habitar en el mundo. Según Arfuch (2013), cuando se habla de autobiografía también se enuncia un espacio, el cual puede pensarse a través de la casa, la morada, y ese morar se encuentra asociado con el espacio de estar en el mundo. Así, la autora, citando a Bachelard (1965), concibe la casa o el hogar como el punto inicial de una poética del espacio, un modo de habitar en el que se encuentra la memoria del cuerpo, propuesta de un lugar íntimo asociado con la subjetividad.

Lo autobiográfico no es más que la experiencia vivida y, en palabras de Arfuch (2013), la huella de los pasos al andar. La memoria autobiográfica tal vez no solamente se remonte a un carácter estrictamente personal-individual, también esa morada puede ser la metrópoli; la ciudad también narra historias, hay sucesos representativos dotados de sentido que cuentan historias y experiencias en lo cotidiano de la vida. Vale la pena resaltar la importancia que la autora otorga al lenguaje, al cual brinda además un rol configurativo y da cuenta de un yo presente en el sujeto. Así mismo, es importante resaltar que la forma del relato cobra especial vigencia, pues este es el que, de cierto modo, permite la expresión de lo inexpresable.

El relato está presente en la temporalidad y muestra las experiencias de los sujetos. Dicha temporalidad es la que Ricoeur (1984) denomina identidad narrativa, la cual puede ser aplicable en los diversos contextos donde los sujetos pertenecen o interactúan. Según Arfuch (2013), este carácter puede ser individual o existir en la “comunidad, la familia, grupo, nación” (p. 76). A su vez, posibilita la comprensión de otras “narrativas literarias, históricas, memoriales y biográficas” (p. 76) que dan cuenta no solo de la fuerza semiótica, bien sea de forma lingüística o visual, sino también de una postura ética, de aquello que nos dice el mundo de la vida a través de las interacciones que tenemos con otros.

Relevancia metodológica de los enfoques narrativos en la investigación cualitativa

Como ya se ha dicho en los primeros acápites de este artículo, la propuesta desde la investigación cualitativa ha tenido grandes desarrollos, desde el giro narrativo y los supuestos epistemológicos de Gadamer (1975) y Ricoeur (1984), por ejemplo, hasta el surgimiento de una gran diversidad de métodos susceptibles de ser abordados bajo la configuración de las narrativas y que serán enunciados en el siguiente párrafo. La importancia de esta perspectiva se articula en gran medida reafirmando el interés emancipador, crítico, autorreflexivo y de comprensión propio de la perspectiva hermenéutica. Lo dicho tal vez reafirma e induce a velar por otras formas de comprender la realidad social a la que pertenecemos. Así, son precisamente los enfoques narrativos los que posibilitan la interpretación de lo que allí acontece, lo cual no sucede de la misma manera en la propuesta desde las ciencias o enfoques empírico-analíticos, cuya premisa fundamental es la explicación.

Los métodos biográficos en ciencias sociales ocupan un papel predominante pues, como lo expresa Arfuch (2002), desde hace varias décadas se ha producido un notable incremento de metodologías cualitativas, que se inicia con el llamado método biográfico a partir de relatos de vida desde disciplinas como la antropología, la lingüística, la sociología, los estudios culturales, la historia escrita y oral, y la historia desde las mujeres. Las técnicas más empleadas son las autobiográficas, los diarios personales, los apuntes de viaje, la historia, los relatos de vida, las inscripciones etnográficas, los testimonios, las recolecciones de historia oral, entre otras, las cuales predominan en los trabajos investigativos de las ciencias sociales. Como método autobiográfico, la entrevista también ocupa un lugar significativo, la cual puede ser de carácter abierto, cerrado, semiestructurado o conversacional.

En las ciencias sociales la hermenéutica o el carácter interpretativo se fundamenta en la adopción de unos supuestos axiológicos, epistemológicos y ontológicos para poder comprender la naturaleza de la realidad, la cual es, como algunos la han llamado, “subjetiva” y múltiple, pero adquiere carácter de validez a través de las diversas polifonías-voces de los implicados. Lo anterior induce a pensar que existe entonces la necesidad de acceder a otros modos de autorreflexión en ciencias sociales, lo cual se operacionaliza a través de los enfoques y metodologías basados en la investigación narrativa o en el estudio de la experiencia como maneras de acceder a la comprensión de la realidad, los diferentes modos de estar y actuar en el mundo, o la transformación.

Así, se podría decir que la narrativa no es solo un enfoque y un método de investigación social, sino también un dispositivo de intervención y transformación social. Cuando los sujetos toman conciencia de todo aquello cuanto ha acontecido en su historia de vida, la fuerza del relato se convierte en un dispositivo que moviliza e invita a la adopción de posturas críticas y reflexivas frente a posibles acciones realizadas, propiciando con ello la transformación personal y colectiva. Comprender nuestra historia y la de los otros es abrir el camino del conocimiento de la cultura y de asuntos sociales que la han permeado, con el propósito de presentar luego acciones encaminadas hacia el acompañamiento de las comunidades.

La dinámica del enfoque narrativo se caracteriza por la narración de la experiencia vivida y después relatada, la cual devela y transforma nuestra realidad. La perspectiva general del análisis narrativo tiene como premisa fundamental la unión de datos-voces en una misma historia, la cual constituye un nuevo relato narrativo e interpretativo. En este se tienen en cuenta aspectos que se podrían llamar distintivos, relevantes o singulares, los cuales presentan dinámicas o revelan el carácter único de cada caso, persona o situación particular. Lo anterior es posible a través de los informes, los escritos, los ensayos, las crónicas y los reportajes propios de los sujetos que investigan bajo el presente enfoque.

A través de esta perspectiva es posible establecer una relación dialéctica entre los sujetos y la sociedad, y, por consiguiente, comprender la cultura a través de sus relatos, pues estos permiten develar sus representaciones sociales. Es entonces la palabra el elemento socializador por excelencia que posibilita no solo la comunicación y la interacción, sino también la comprensión de los individuos, los grupos sociales y las colectividades.

Con base en lo expuesto, ¿qué es la narración? Gergen (1999, citado en Sparkers y Devis, s. f., p. 5) la define a través de la identificación de seis características:

Con base en lo anterior, se puede inferir que la narración es concebida como una construcción social en la que los sujetos no solo comparten o narran sus historias, sino que también interactúan y comparten vivencias. En consonancia con Bruner (1997, p. 15), “la narración es la forma de pensamiento y expresión de la visión de mundo de una cultura”. En este orden de ideas, la investigación narrativa se concibe como el estudio de “las formas en que los seres humanos experimentamos el mundo” (Connely y Clandinin, 1990, p. 6), lo cual se operacionaliza a través de los relatos tanto individuales como colectivo, y estos, a su vez, dan cuenta del mundo que los rodea, los pensamientos, los sentimientos, las emociones, los aprendizajes y la incertidumbre.

A modo de conclusión

Los enfoques hermenéuticos y fenomenológicos, y las metodologías narrativas en las ciencias sociales han provisto otras formas de acceder al conocimiento del mundo de la vida en la investigación cualitativa. Desde el punto de vista metodológico, bajo la perspectiva narrativa se han empleado diferentes estrategias como las biografías, la autobiografía y la historia de vida. La importancia del lenguaje cobra especial vigencia en lo narrativo, ya que este cumple el gran papel de mediador. Analizar y comprender las tramas narrativas se convierte en el medio por el cual el sujeto se identifica, reconoce desde una perspectiva individual y, a través de las interacciones y del carácter dialógico, conoce al otro, dando cuenta tanto de un lugar en el mundo como de unas comprensiones e interpretaciones propias de las culturas en las que los sujetos interactúan.

Por lo tanto, la búsqueda de la comprensión de sí, del mundo y de los otros encuentra tanto en la hermenéutica como en las narrativas alternativas concretas de aproximación a través de herramientas diversas que van propiciando dichos acercamientos. Así, se reconoce que la comprensión no solo implica temporalidades y espacialidades heterogéneas, sino también, y ante todo, la sensibilidad de quien quiere comprender y su mirada desprevenida pero acuciosa frente a lo que se le narra y las posibilidades que tiene desde la investigación de asomarse brevemente al mundo de los otros. Entonces la comprensión se configura como un ejercicio de construcción de sentidos, de aproximación al universo de otros seres humanos que desde la confianza nos permiten hacerlo.

En América Latina, por las distintas situaciones vividas, la narración y la comprensión del otro son de crucial importancia, especialmente porque la narración tiene una relación directa con la constitución de sujetos. Así mismo, estas propician interrogantes subjetivos y colectivos, y el desarrollo de procesos de memoria que redundan de manera positiva en afianzar el tejido social y construir precisamente otras narrativas de lo vivido.

Referencias

Arfuch, L. (2002). El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea. Fondo de Cultura Económica.

Arfuch, L. (2013). Memoria y autobiografía. Exploraciones en los límites. Fondo de Cultura Económica.

Bolívar, A., y Domingo, J. (2006). La investigación biográfica y narrativa en Iberoamérica: campos de desarrollo y estado actual. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, .(4). http://www.qualitative-research.net/fqs-texte/4-06/06-4-12-s.htm

Bruner, J. (1997). La educación puerta de la cultura. Visor.

Connely, M., y Clandinin, J. (1990). Relatos de experiencia en investigación narrativa. En Déjame que te cuente. Ensayos sobre narrativas y educación (pp. 11-59). Laertes.

De la Maza, L. M. (2005). Fundamentos de la filosofía hermenéutica: Heidegger y Gadamer. Teología y Vida, 46(1-2), 122-138. http://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492005000100006

Dilthey, W. (1980). Introducción a las ciencias del espíritu. Fondo de Cultura Económica.

Gadamer, H. (1975). Verdad y método. Vol. I. Ediciones Sígueme.

Herrera, J. D. (2010). La comprensión de lo social. Horizonte hermenéutico de las ciencias sociales. Cinde.

Quintero, M. (2018). Usos de las narrativas, epistemologías y metodologías: Aportes para la investigación. Universidad Distrital de Caldas.

Ricoeur, P. (1984). La metáfora viva. Editorial Megápolis.

Ricoeur, P. (1995). Tiempo y narración. Tomo III. Siglo XXI Editores.

Sparkers, A., y Devis, J. (s. f.). Investigación narrativa y sus formas de análisis: una visión desde la educación física y el deporte. http://viref.udea.edu.co/contenido/publicaciones/memorias_expo/cuerpo_ciudad/investigacion_narrativa.pdf

Notas

* Artículo de reflexión
El presente artículo de reflexión forma parte de la tesis doctoral “El perdón como apuesta para la construcción de paz en el marco del posacuerdo: perspectivas en clave de las narrativas de excombatientes de las FARC, en la ciudad de Medellín”. Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, convenio Cinde y Universidad de Manizales.

Notas de autor

a Autora de correspondencia. Correo electrónico: brojasarango@gmail.com

Información adicional

Cómo citar este artículo: Rojas Arango, B. P., y Arroyo Ortega, A. (2020). Perspectiva hermenéutica y vigencia de los modelos narrativos para la investigación en ciencias sociales. Universitas Humanística, 89. https://doi.org/10.11144/Javeriana.uh89.phvm

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