La literatura cubana del 98: paisaje después de la batalla
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En 1882, con la aparición del poemario que cambió de forma radical la poesía en nuestra lengua, daba los primeros pasos aquel movimiento que, nacido en América, llegaba al clímax con la obra de Rubén Darío. Años después, el venezolano Manuel Díaz Rodríguez se refería a la labor fecundante de España como"retorno de las carabelas". "Por él", agregaba Rodó en 1916, "la ruta de los conquistadores se tornaría del ocaso al naciente". Lo cierto es que, con "Ismaelillo", José Martí inicia el modernismo literario y a fines de esa década aparecen dos libros de poesía de Julián del Casal, quien desde otro extremo del espectro modernista daría a la literatura cubana, junto con Martí, una densidad irradiante. Nadie sabe adónde habrían podido conducir ambos esa corriente, en Cuba, pero la guerra o las enfermedades se llevaron a Martí, a Casal ya los discípulos más aventajados de éste, Juana Borrero y Carlos Pío Urbach, cuando todavía tenían mucho que dar de sí, los cuatro murieron en el lapso que va de 1893, fecha de la muerte patética de Casal, a 1897, cuando Pío Urbach muere de frío y de hambre en la manigua.