Resumen
Cuando comenzó la Congregación General 348 de la Compañía de Jesús, nada hacía prever, al menos desde España, que dicha Congregación fuese a dedicar un decreto específico a las parroquias jesuitas: sólo unas breves líneas hacían alusión al tema en los documentos preparatorios. ¿Qué sucedió?, ¿qué razones o hechos explican este Decreto y la atención de la Congregación a las parroquias?.
La iniciativa primera y persistente de que la Congregación hablara sobre el tema la tuvo un joven jesuita indio, coordinador de las parroquias en su Provincia. El carisma personal del proponente y la importancia del apostolado parroquial en la India, de donde provenía el grupo nacional más numeroso de los participantes en la Congregación, pueden ayudar explicar el hecho. Pero había más: se recogía, y así lo indica expresamente el propio Decreto, un hecho: el gran número de jesuitas que trabajan en parroquias a lo largo y ancho de toda la geografía jesuita.

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