Al intentar comprender el Decreto 3 «Nuestra misión y la cultura». La primera pregunta que surge es: ¿por qué hacer un documento sobre la cultura? A esta pregunta hay que responder que el decreto responde a problemas reales, muy diversos y muy acuciantes.
En primer lugar, la experiencia de los jesuitas que trabajan con pueblos indígenas de culturas tradicionales. Estos jesuitas comprueban asombrados el inmenso valor humano y religioso de las culturas de estos pueblos. Pero estos pueblos se hallan amenazados, junto con sus culturas, por la presión de los países poderosos que además imponen su propia cultura. Para estos jesuitas, la defensa de la existencia de tales pueblos (que nace de nuestro compromiso por la injusticia) no puede separarse de la aceptación y promoción de sus culturas. Además el Evangelio tiene que inculturarse para que la evangelización no sea en realidad una destrucción de sus culturas. Estos pueblos son muchos y muy numerosos, en las Américas, Asia, África y Australia.