En este artículo, la autora presenta el problema de la naturaleza del discurso, especialmente, de la «historia viva» - un campo que las ciencias sociales han definido como «representación social». El artículo reexamina un argumento epistemológico cuyas raices han soportado satisfactoriamente la teoría histórica en términos de verdad, sujeto histórico y la dualidad objetividad subjetividad. De esta manera el artículo explora la controversia entre la palabra hablada y la escrita, como un espacio donde diferentes estructuras de poder se reunen.