El conjunto de construcciones que conforman la Hacienda Perodías, otrora uno de los más bellos e imponentes del Valle del
Cauca, lamentablemente se encuentra hoy en un preocupante estado de deterioro; en consecuencia, este artículo tiene como
propósito fundamental poner en evidencia este y, al mismo tiempo, reclamar acciones urgentes que permitan evitar su desaparición
denitiva, la cual ocasionaría sin duda, parafraseando la Convención sobre el Patrimonio Mundial de la Unesco del año 1972,
una pérdida irreparable para el patrimonio de todos los colombianos. Puesto que el primer paso para asegurar la salvaguardia de
un bien patrimonial es darlo a conocer, es decir, poner de presente sus valores, procederemos, con las dicultades y limitaciones
inherentes a la gravedad de las condiciones en que se encuentra, a realizar una atenta lectura del urbanismo y la arquitectura de
este conjunto (entendiendo el primero tal y como lo precisan Benjamín Barney y Francisco Ramírez en su investigación sobre un
selecto grupo de estas haciendas, incluyendo la de Perodías (Barney y Ramírez, 1987), gracias a la cual hoy están en los listados de
Patrimonio Nacional, como aquellas características urbanas que tuvieron los conjuntos vallecaucanos de las haciendas, debido tanto
al orden espacial y a la jerarquía de relaciones que creaban sus componentes como al rol y las funciones que las mismas cumplieron
en la sociedad en que surgieron, asimilable al de las poblaciones que se fundaron en sus inmediaciones y que dichos conjuntos
contribuyeron a consolidar), siguiendo la metodología que emplea la disciplina de la restauración en la valoración e intervención
de bienes inmuebles de alto valor patrimonial. Para el caso que nos ocupa –hechas las adaptaciones y ajustes que esta metodología
reclama en su aplicación a cada caso particular–, tomaremos en consideración los siguientes aspectos o variables: implantación y
volumetría del conjunto; espacialidad, desagregada en los componentes del conjunto (capilla, casa de habitación, ramada); valores
formales, igualmente desagregados según componentes; técnicas constructivas de cada uno de estos componentes (cimientos,
muros, estructura de cubierta, carpinterías de madera); y, nalmente, las fases constructivas, cuatro en total, acompañadas con
grácos que reejan la posible evolución del complejo a lo largo de su centenaria historia, deducidas de la valoración o la lectura
crítica realizada de los planos de levantamiento y del cuidadoso estudio de unas pocas viejas fotografías. A estas cuatro fases, que
dan cuenta de cómo ha llegado el complejo hasta nuestros días, agregamos una quinta que no gracamos, dado que corresponde
determinarla a un proyecto integral de restauración, y que podría dar lugar a usos nuevos e inéditos, siempre que sean compatibles
con los valores de cada uno de los inmuebles del conjunto y con las eventuales nuevas construcciones; proyecto que, reiteramos,
reclama con urgencia este bello y excepcional patrimonio.