Abstract
Hace menos de un siglo el tiempo se partió, una mitad se fue quedando atrás mientras que la otro avanzaba, la separación dolía pero la distancia aumentaba. El punto de ruptura ardío en pasión y nostalgia, decir que sangraba es decir poco. El punto de ruptura ardió en pasión y nostalgia, decir que sangraba es decir poco, hablar de sufrimiento insuficiente, pero todo pasa y las heridas sanan. Salvo la parte cercana a la herida y después a la cicatriz, que se conmovió en su totalidad, el resto tuvo noticia del hecho y después olvido, el tiempo siguió su marcha con esa apariencia tan suya de no tener pesar ni alegría. Todo esto cambió al mundo, algunos lo notaron y siguieron su camino, otros tiempos partidos, guardaron silencio y ataron con sutileza la que miraban más allá de la evidencia. Esa no fue la primera vez que el tiempo se partía, no sería la última. Entender al mundo en su composición y organización es una tarea humana de orden secundario desde la tierra, y de orden primario desde el cielo, lo humano siempre entre las dos fuerzas. Y he aquí que la cultura surge y se ubica al centro. Lo que hay que entender es múltiple y diverso, cercano y lejano útil e indispensable. Las formaciones culturales están en el centro de cualquier punto de vasta. Todo lo que es motivo de juicio o evaluación en un sentido amplio es manifestación del juego cultural. Detrás de cualquier certidumbre o duda está la cultura. Lo que se comprende y lo inaccesible son rostros de la moneda cultural. La cultura da sentido a la vida dice como vivirla, propone lo que es deseable vivir, obscurece lo que ni es evidente.This journal is registered under a Creative Commons Attribution 4.0 International Public License. Thus, this work may be reproduced, distributed, and publicly shared in digital format, as long as the names of the authors and Pontificia Universidad Javeriana are acknowledged. Others are allowed to quote, adapt, transform, auto-archive, republish, and create based on this material, for any purpose (even commercial ones), provided the authorship is duly acknowledged, a link to the original work is provided, and it is specified if changes have been made. Pontificia Universidad Javeriana does not hold the rights of published works and the authors are solely responsible for the contents of their works; they keep the moral, intellectual, privacy, and publicity rights.
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