CONVOCATORIA | Escrituras fronterizas: la palabra como práctica artística y el cuerpo expandido en la escritura

Escrituras fronterizas: la palabra como práctica artística y el cuerpo expandido en la escritura

Volumen 21-Número 2 

Editora invitada: Marcia Cabrera*

Fecha de cierre de convocatoria:  16 de enero de 2026

 

La escritura artística constituye, en esencia, un acto de traducción imposible y necesaria: imposible porque el arte habita un territorio prelingüístico donde los significados se gestan antes de las palabras, porque el lenguaje discursivo, con su sintaxis lineal y su lógica secuencial, nunca logra capturar completamente la experiencia viva del proceso creativo, ese flujo de decisiones intuitivas, revelaciones corporales y saberes tácitos que resisten a ser fijados en formas lingüísticas convencionales. Necesaria, porque, precisamente, al fracasar en su intento de contener lo inefable, genera un territorio intermedio donde la creación se piensa a sí misma. En este intersticio, la grafía se convierte en huella del gesto, el vocabulario en eco de la percepción y el texto en mapa de un viaje donde lo fundamental sigue siendo el territorio inexplorado que señala sin nombrar del todo.

Este acto de traducción funciona como un puente tendido entre dos modos de conocimiento que se necesitan mutuamente, aunque nunca lleguen a coincidir del todo: el académico, con su rigor sistemático que ordena, demuestra y concluye, y el artístico, con su verdad orgánica que vibra, duda y se reinventa. En ese espacio fronterizo, donde lo académico y lo artístico se miran frente a frente sin anularse, emerge una tensión vital que mantiene esta escritura en constante búsqueda de formas para expresar lo que quizás resulte indecible, pero que vale la pena seguir intentando articular.

Frente al academicismo convencional, y sus paradigmas que privilegian métodos estandarizados de validación, que separan al investigadorx de su investigación, que mantienen la ficción de una mirada objetiva, la escritura en el arte propone escrituras (no solo ensayos) que incorporan lo poético, lo errático y lo autobiográfico como formas válidas de conocimiento. Estos textos crean gramáticas propias que resisten a la normatividad del discurso, es decir, a las reglas tácitas sobre qué puede decirse, cómo debe decirse y quién tiene derecho a decirlo, transformando los espacios académicos desde dentro no para subvertirlos, sino para ensancharlos.

Esta transformación ocurre cuando los textos fronterizos se infiltran en los circuitos académicos no para buscar legitimación, sino para sembrar nuevos interrogantes. ¿Cómo escribir desde el cuerpo que crea? ¿De qué modo la palabra puede capturar el pulso, los movimientos y ritmos del proceso creativo? ¿Cómo construir una práctica citacional desde el quehacer artístico? ¿En qué medida las conversaciones entre artistas pueden convertirse en metodología?

Las prácticas escriturales del arte no niegan el rigor, sino que lo redefinen mediante estrategias fronterizas que entrelazan formas tradicionales y experimentales de escritura: un ensayo que incorpora versos entre citas teóricas, una tesis que alterna análisis conceptual con fragmentos del diario personal, una ponencia que se presenta como partitura performática.

En este territorio liminal, la escritura no es necesariamente un producto terminado, sino un resto orgánico del proceso, un detritus que conserva la vitalidad de lo tentativo, lo fragmentario y lo inacabado. Es lenguaje en estado germinal, donde cada palabra lleva inscrita la memoria de su gestación, con sus vacilaciones, fracturas y potencialidades latentes. Escrituras que se expanden como constelaciones de voces, tejidos de escuchas comprometidas y merodeos por los bordes de lo decible.

La frontera se concibe no como línea divisoria, sino como zona de fricción creativa donde lo académico y lo artístico se reconfiguran mutuamente, permitiendo la entrada de los saberes que emergen de la práctica misma y que llevan impresas las huellas y resonancias de cada proceso creativo: las marcas del taller, la memoria acumulada en los gestos repetidos, los ritmos sincopados de la improvisación en la danza, las vibraciones que persisten en el laboratorio sonoro.

Frente a modelos que privilegian la demostración sobre la indagación, las escrituras artísticas proponen una epistemología del hacer, donde citar es tejer conversaciones entre talleres, donde la evidencia incluye el testimonio del cuerpo creador y donde la metodología emerge de los materiales tanto como de los marcos teóricos. Escrituras que asumen una política de la enunciación que desnaturaliza el lenguaje como medio transparente, revelándolo como territorio en disputa donde cada elección formal es un posicionamiento. Y celebran una ética de lo incompleto en la que el rigor se mide por la capacidad de sostener preguntas incómodas antes que por conclusiones definitivas. Así, lo que podría leerse como límite, la imposibilidad de traducir plenamente la experiencia creativa, se transforma en potencia: ese resto intraducible es precisamente lo que mantiene viva la escritura, siempre en movimiento, siempre recomenzando.

Esta idea resuena profundamente con la propuesta de Hélène Cixous en La risa de la Medusa (1975), en que invita a “dejar pasar a ese otro que somos y no somos”. Para ella, esto no es un simple recurso literario, sino un acto ético que cuestiona la ilusión de que nuestra identidad es fija y coherente. En este espacio liminar donde lo propio y lo ajeno se confunden, la escritura se convierte en un refugio para todo aquello que no puede ser categorizado o dominado. Complementariamente, María Zambrano, en Claros del bosque (1977), nos enseña que escribir implica un “desprenderse de las palabras y de nosotros mismos”, paradoja fundante que convierte cada texto en ceremonia de pérdida y renacimiento. Lejos de ser contradicción estéril, este doble movimiento (afirmación/abandono) constituye el latido mismo del pensamiento crítico: solo soltando las certezas podemos habitar la fecundidad de lo impreciso, solo vaciándonos del afán de control podemos percibir esos conocimientos que emergen en los márgenes, los que se revelan cuando silenciamos por un momento el pensamiento discursivo para escuchar el susurro de los materiales, los gestos no planeados, los accidentes que terminan guiando el proceso creativo.

Celebramos la escritura que se atreve a ser política, mediante una rebelión íntima contra los regímenes de lo decible: palabras que son gritos, murmullos o manifiestos, que construyen significados más allá de lo normativo, es decir, que desafían las expectativas establecidas sobre lo que es ‘válido’ o ‘aceptable’ en los discursos dominantes, revelando cómo estos mismos criterios de validación han sido históricamente construidos para excluir formas otras de saber. Como tejidos vivos, estas escrituras exponen sus costuras políticas: eligen qué callar y qué enfatizar, qué voces amplificar y qué ecos silenciar, en un acto constante de edición crítica del mundo.

Invitamos a enviar contribuciones que exploren las derivas, los cruces o desplazamientos entre arte y escritura, donde el lenguaje se hace cuerpo y el cuerpo se hace lenguaje. Textos que revelen el diálogo íntimo con los procesos creativos, permitiendo sentir en su lectura la respiración de quien escribe, sus énfasis y susurros; en los que las operaciones, los conceptos y las intuiciones se tensionen en marcos académicos; que se dejen habitar por asociaciones imprevistas, saltos, desvíos y, sobre todo, por aquellas palabras que importan (las que arden, las que pesan, las que resuenan, las que insisten). Porque cada palabra contiene la fuerza de un momento y, en conjunto, configuran nuevos espacios, tiempos y formas de pensamiento en permanente construcción.

Esta convocatoria abre un campo de posibilidades en el que la escritura artística se despliega en múltiples direcciones. Más que delimitar ejes fijos, proponemos áreas fluidas de exploración que sugieren rutas posibles sin agotar las formas en que la escritura y la práctica artística pueden dialogar. Estos son algunos puntos de partida, coordenadas abiertas a ser reinterpretadas, combinadas o interpeladas:

 

  • Tejidos textuales: diarios procesuales, redes de apuntes
  • Constelaciones citacionales: mapas de influencias no canónicas o hegemónicas
  • Ensayos que adopten formas no lineales: textos que respiran al compás del pensamiento artístico, con estructuras que se pliegan y despliegan
  • Reflexiones sobre el acto mismo de escribir en la práctica artística
  • Partituras textuales: escrituras (performativas) para ser activadas con la voz o el cuerpo
  • Diálogos intermediales: cruces entre palabra, sonido, movimiento e imagen
  • Poéticas del pensamiento: modos en que cada disciplina desarrolla sus propias estrategias de conceptualización a través de la palabra

 

Referencias

Cixous, Hélène. 1975. La risa de la Medusa: Ensayos sobre la escritura. Barcelona: Anthropos.

Zambrano, María. 1977. Claros del bosque. Barcelona: Seix Barral.

 

 

*Artista transdisciplinar, docente e investigadora de la voz, Marcia Cabrera despliega su práctica en los umbrales entre la música, la escritura y la escena expandida. Graduada en Educación Artística y con maestría Summa Cum Laude en Teatro y Artes Vivas, ha convertido la voz en un territorio de investigación y resistencia, desafiando jerarquías lingüísticas mediante una exploración multidimensional que cruza lo sonoro, lo textual y lo performativo. Desde la creación, integra escrituras expandidas, composición musical, poesía, traducción performativa y archivos sonoros, tejiendo propuestas que cuestionan estructuras de poder hegemónicas y coloniales, reinventan los lenguajes artísticos, interrogan los formatos escénicos y cultivan diálogos interdisciplinares, desde una mirada poética y política siempre en movimiento. Como pedagoga, desarrolla metodologías insurgentes que disuelven la dicotomía teoría-práctica, creando espacios donde la voz moviliza la imaginación y la palabra desvela su fugacidad, tensionando los límites entre lo escénico y lo sonoro. Actualmente labora como docente en la Maestría Interdisciplinar en Teatro y Artes Vivas de la Universidad Nacional de Colombia, donde despliega sus indagaciones en torno a la voz como fenómeno performativo, profundizando en sus resonancias políticas, corporalidades vibrátiles y potencias transformadoras.

 

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