Memoria y olvido: el arte y la reconstrucción del sujeto
La memoria como dispositivo de decodificación, almacenaje y recuperación de información a través de la repetición puede ocasionar tanto dolor que convoca al olvido para resignificar, dar espacio y desechar lo que “no sirve”, pero, incluso, a veces se cuela cuando queremos invocar un recuerdo que se está desvaneciendo y logramos recuperarlo ya distorsionado. La memoria y el olvido operan dialécticamente en una maquinaria que nos ayuda a resignificarnos constantemente, a reconstituirnos y a reconstruirnos para recuperarnos del sufrimiento en forma de gesto que ha de ser consumido por otro, sea escuchado, leído, contemplado. Un otro en cuya alma puede reflejarse la propia.